El langostino atraviesa otro buen año. En términos de volumen/calidad, la pesquería no muestra fisuras y la jurisdicción nacional es una buena muestra.
En coincidencia con su apertura a la flota tangonera, los desembarques del crustáceo dieron un salto que ya se refleja en la estadística oficial.
Según datos provisorios de la Subsecretaría de Pesca de la Nación, en junio se descargaron 8.651 toneladas, acumulándose un global de 19.021.
De ese total parcial, similar al registrado en el mismo período de 2012, los tangoneros aportaron 11.234 toneladas; mientras que los costeros, 6.594; y los fresqueros, 577.
“La temporada en aguas nacionales se está desarrollando con buenos resultados en cantidad y tamaño con una migración del recurso hacia el este, y en algunos casos hacia el norte”, confirmaron días atrás desde Cepa y Caipa.
La referencia se dio como marco en el pedido cursado ante el Consejo Federal Pesquero para ensanchar el área de operaciones.
Finalmente el cuerpo ordenó entonces extenderla hasta los 62° de longitud Oeste, entre los paralelos 45° y 47° de latitud Sur.
“Actualmente el desplazamiento de las concentraciones que están siendo explotadas se produce en sentido norte-noreste, como se lleva a cabo todos los años en temporada invernal”, ratificaron desde el Inidep.
El costado débil de la temporada asoma en los precios de venta, al igual que en otros segmentos de la industria pesquera local.
Hasta abril el precio promedio pagado por tonelada de langostino rondó los 5.527 dólares, con una caída interanual del 1,9 por ciento.
Las dudas en el sector están planteadas por la evolución que tendrán los mercados a partir de un escenario internacional desfavorable, con la crisis de Europa en el centro.
En tanto, para el nivel interno las empresas siguen esperando algún tipo de medida que impacte en los costos y les otorgue capacidad para competir.