Finalizó con éxito la reparación programada del remolcador de altura Didi K, de 58 metros de eslora y 14.7 metros de manga, de bandera uruguaya que opera con puerto base en La Paloma (Uruguay), en el marco de una intervención técnica integral que abarcó múltiples especialidades y cumplió con los estándares de clase exigidos para este tipo de unidades.
Las tareas mecánicas incluyeron la toma de huelgos del timón, la medición de caída de línea de eje y el desmontaje y montaje del eje porta hélice de estribor. Además, se reemplazaron el o’rings, sellos y juntas en la caja reductora, mientras que ambas hélices propulsoras —junto con la del bow thruster— fueron inspeccionadas y pulidas. También se desmontaron y cambiaron sellos reemplazándose las empaquetaduras en ambas mechas de sus respectivos timones.
En el área de carenado, se realizó un lavado a alta presión de 500 bar sobre la obra viva y la obra muerta, siguiendo las indicaciones del armador y su representante técnico de pintura. Posteriormente, se aplicaron cuatro manos de pintura en el casco y se repintaron las marcas reglamentarias de calados, francobordo, nombres y señalización de tanques.
El equipo de Syncrolift desengrilletó ambas anclas y cadenas para su inspección, extendiéndolas en platea. Luego de las pruebas correspondientes, fueron engrilletadas nuevamente. El área de Control de Calidad llevó a cabo la calibración de cadenas, sondajes de casco y mediciones de espesores mediante ultrasonido, siguiendo las indicaciones de la sociedad de clasificación ABS y del armador.
Estas tareas se desarrollaron en el marco de la inspección especial de ciclo (Special Survey 3), conforme a los estándares de la International Association of Classification Societies (IACS), garantizando su validez y reconocimiento internacional. Asimismo, se efectuaron ensayos no destructivos (END) sobre ambas hélices propulsoras.
Desde el área de Calderería se realizaron el desmontaje y montaje de dos guardacabos, junto con la renovación de los ánodos de protección catódica, elementos esenciales para preservar la integridad estructural del buque frente a la corrosión.
Con esta intervención, la industria nacional vuelve a demostrar su capacidad para brindar soluciones técnicas confiables a embarcaciones de alta exigencia operativa. El astillero mantiene una línea de trabajo sostenida que refuerza su rol estratégico dentro de la industria naval argentina, articulando innovación, control de calidad y cumplimiento normativo en cada proyecto.