En una exitosa operación, que causó emoción en los tripulantes del BP Don Gaetano al ver la llegada del helicóptero de la Prefectura Naval Argentina a una distancia cercana a 300 km de la costa continental argentina con vientos firmes de 45km/h y rachas de hasta 60km/h se realizó una aeroevacuación de emergencia de un tripulante que sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) mientras realizaban operaciones de pesca en zona de captura de merluza.
El incidente tomó un cariz de extrema gravedad cuando el capitán del buque pesquero Don Gaetano, insignia de la flota y propiedad del legendario Francisco Saverio Romano, emitió un llamado de auxilio a la Autoridad Marítima Nacional. A bordo, un tripulante de 55 años comenzó a manifestar un cuadro clínico alarmante, caracterizado por una parálisis súbita en su extremidad superior e inferior izquierda, acompañada de episodios de emesis y otros signos inequívocos de una afección neurológica de alta complejidad.



La naturaleza de los síntomas evidenciaba la urgencia de una intervención médica inmediata, requiriendo, sin margen de demora, su traslado a un centro de excelencia en neurociencias para una evaluación y tratamiento especializados. La situación, cargada de dramatismo, puso a prueba los protocolos de emergencia marítima y la capacidad de respuesta de las autoridades, en un contexto donde cada minuto podía marcar la diferencia entre la vida y la fatalidad.
Ante esta durísima situación, el equipo médico de la Fuerza realizó una evaluación remota mediante radio consulta. Aunque el hombre había recibido atención médica inicial a bordo, los síntomas no cesaron y continuaron las intensas náuseas. Los profesionales decidieron entonces ordenar la evacuación aérea para brindarle atención especializada.
Ante la angustiante situación, de inmediato, se activó el protocolo de emergencia, bajo las órdenes del propio Jefe de la delegación Mar del Plata de la Prefectura Naval Argentina PM José Cristian Abel Viganó, quien suspendió toda la agenda de la mañana para adentrarse a esta delicada operación por las condiciones y complejidad del tripulante.
Un helicóptero con un médico a bordo despegó desde la Estación Aérea Mar del Plata. La aeronave voló hasta el buque pesquero, donde realizó una maniobra precisa para descender una canasta sanitaria e izar al tripulante en un entorno hostil que propinaba una dinámica compleja.
Una vez a bordo, el hombre recibió las primeras atenciones médicas mientras el helicóptero lo trasladaba hacia la costa, donde una ambulancia aguardaba para llevarlo a un centro médico especializado.
Con esta evacuación la Estación Aérea Mar del Plata completó su número 200 de rescates exitosos, consolidándose como referentes en operaciones de rescate y asistencia médica aérea en el ámbito marítimo.
En el devenir de la historia marítima, los rescates en alta mar, tras innumerables gestas y conquistas técnicas, podrían parecer un hábito rutinario, desprovisto de la épica que realmente los define. No obstante, cada operación encierra un entramado de desafíos únicos, donde la destreza, la entrega y la inquebrantable vocación de servicio de quienes la ejecutan se conjugan en una sinfonía de precisión y coraje. La excelencia profesional de los pilotos y el personal de a bordo de la unidad aérea, sumada al trabajo meticuloso de quienes operan incansablemente desde el Control de Tráfico Marítimo de Mar del Plata y el Edificio Guardacostas, forjan la posibilidad de que estas misiones alcancen el éxito. Sin embargo, paradójicamente, su trascendencia suele diluirse en el anonimato, sin la resonancia mediática que, sin duda, merecerían.
A veces, la heroicidad no se manifiesta en la imagen romántica de figuras envueltas en capas y blandiendo espadas en pos de la justicia. Hay un heroísmo más silencioso, más profundo, que se encarna en aquellos hombres y mujeres de la Prefectura Naval Argentina, cuya entrega sobrepasa cualquier atributo convencional de valentía. Ellos, en la conjunción de disciplina, preparación y un temple inquebrantable, transforman lo que para muchos sería un episodio desesperado en un acto de sublime humanidad.
La emoción contenida en la espera angustiosa de los marinos a bordo del Don Gaetano, aguardando la llegada de la unidad aérea, no es más que el reflejo de una certeza: la vida humana en el mar es un principio sagrado, no solo proclamado por la Institución, sino honrado con cada uno de estos gestos que, aunque escasamente documentados en la prensa, resuenan con profunda gratitud en la comunidad pesquera quienes conocen lo que es estar lejos de casa en eventos desafortunados como el descripto.

Así lo expresó, con una emoción palpable, el propio Saverio Romano en la noche de ayer, cuando, en comunicación con nuestra redacción, transmitió su más profundo reconocimiento y gratitud a todo el personal de la Prefectura Naval Argentina, Delegación Mar del Plata. Su testimonio, más que un simple agradecimiento, es la confirmación de que en el corazón de esta institución late un compromiso inquebrantable con la vida y el deber, elevado a su máxima expresión en cada misión de rescate.