En una pormenorizada nota publicada en el periódico Faro de Vigo de hoy, 27 de junio, la más destacada periodista especializada viguesa, Lara Graña, describe con precisión histórica y actual a la industria española del pescado, especialmente la vinculada a la comercialización de producto congelado, atraviesa una de las etapas más convulsas y a la vez resilientes de su historia reciente. Mientras el tejido empresarial ha sido zarandeado por un reguero de insolvencias y liquidaciones —algunas sonadas, como la de Berete, —explica e ilustra a modo de ejemplo—, que en 2022 superó los 20 millones de euros en ventas—, el sector en su conjunto ha cerrado el último ejercicio 2024 con un balance positivo y una facturación que supera los 5.214 millones de euros, según el último informe sectorial de Alimarket.
Graña, explica que el caso de Berete, recientemente calificado como concurso fortuito, es solo la punta visible de un iceberg que ha arrastrado a operadores históricos como Atunlo, Videmar, Fandicosta, Marpesca Europa o Pescados Rubén. La reorganización de la industria ha sido drástica, implacable incluso, y no ha terminado todavía. Empresas como Comercial Pernas (Coper), Jaime Soriano o Pesquería Vasco Montañesa (Pevasa) representan el capítulo final de una sacudida estructural que redefine las reglas del juego.
Y sin embargo, el músculo del sector ha resistido. Compañías que facturan más de 20 millones de euros, en su mayoría centradas en el congelado —un segmento al alza frente a la menguante pesca fresquera—, no solo han aguantado el envite sino que lo han hecho con un crecimiento del 6% respecto a 2023. De las diez firmas que lideran el ranking por toneladas comercializadas, ocho tienen sede en Vigo, una en Redondela y otra en Marín, consolidando el eje gallego como el corazón operativo de esta industria en Europa.
El nuevo orden del podio
La gran sorpresa vino de la mano del Grupo Profand, que ha alcanzado una cifra récord: 1.009 millones de euros en ventas, desbancando a Nueva Pescanova y convirtiéndose en la primera empresa del sector, fuera de la histórica Pescanova, en superar la barrera de los mil millones. Una marca reservada a muy pocas compañías a nivel mundial.
A falta de consolidar datos anuales completos, Nueva Pescanova estimó cerrar 2024 con 982 millones, afectada por el cambio de calendario fiscal. Le siguen en el ranking Grupo Iberconsa (476,5 millones), presionado de cerca por una pujante Wofco (Worldwide Fishing Company), que roza los 460,4 millones y continúa expandiendo su influencia en mercados clave. Grupo Pescapuerta, fiel a una estrategia de crecimiento orgánico y expansión en flota y acuicultura, se posiciona en quinta posición con 323 millones.
El contexto no es menor: la flota tangonera argentina en pausa, tensiones arancelarias, caídas de consumo en mercados como el japonés o el español, y restricciones en caladeros como Malvinas. A pesar de ello, las caídas de ventas son anecdóticas y ampliamente superadas. Empresas como Mascato (237 millones), Pereira (186,6), Congalsa (151,8), Interatlantic Fish (139), Frioantartic (120,5) o Cabomar (110) consolidan su posición. Solo Lanzal (129 millones) y Marfrío (91,6) mostraron descensos.
La gran novedad es la entrada de Grupo Alfrío al exclusivo club de los 100 millones, impulsado por un crecimiento de doble dígito bajo el liderazgo del veterano empresario Ángel López Soto. Una muestra más de que, en el mar agitado de la industria, hay patrones que aún saben trazar rutas firmes.
La bifurcación de dos mundos: congelado vs. fresco
La transformación es también estructural. Mientras las firmas de producto congelado o refrigerado viven una etapa de integración vertical, invirtiendo en flota y acuicultura —con algo de alivio por la caída de tipos de interés, aunque penalizadas por la retracción crediticia de la banca tradicional—, la pesca fresca afronta una contracción casi existencial: menos caladeros, escaso relevo generacional y ausencia de políticas eficaces para la renovación de flotas.
En este escenario, Nueva Pescanova redefine su modelo. Bajo la dirección operativa de Jorge Escudero, la multinacional ha lanzado su tercer plan estratégico, con horizonte 2028, basado en una clara orientación comercial. No se anuncian nuevas inversiones o compras, sino una racionalización del portafolio, mejoras en márgenes y eficiencia operativa, tanto en origen como en destino. A esto se suma una reestructuración organizativa enfocada en agilidad y captación de talento, así como una profunda transformación operativa transversal.
Del análisis emergen con nitidez dos vectores de reflexión. El primero, la reafirmación estratégica de la FAO 41 como bastión clave para la flota viguesa, donde tanto las aguas de Malvinas como la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) desempeñan un rol determinante en la sustentabilidad económica y proyección del esfuerzo pesquero. El segundo, más sutil pero no menos relevante, apunta a una advertencia de calado económico: el crecimiento en la facturación, aunque condición necesaria, dista de ser suficiente para garantizar resultados positivos en los balances finales. La salud financiera de una compañía no se mide únicamente por el volumen de facturación o ventas, sino por su capacidad de transformar esa magnitud en rentabilidad neta, lo que exige eficiencia operativa, control de costos y estrategias de largo alcance.
En suma, mientras unos se consumen en el sigilo de su naufragio, otros abren paso a nuevas singladuras con el coraje intacto y a toda vela por el viento de la transformación. La industria pesquera española no agoniza: muta con la severidad que exigen los tiempos, con una selectividad propia de los ecosistemas más complejos, con una exigencia feroz, pero sin renunciar a su vitalidad. Este recorrido, lúcido y minucioso, trazado por la pluma de Lara Graña, revela con meridiana claridad que la pesca, como toda actividad sujeta a las fuerzas del mercado y a la brújula de la geografía, puede traducirse en riqueza o en ruina, dependiendo tanto de las coordenadas económicas como del temple estratégico de quienes la gobiernan. En ese vaivén de fortunas —donde conviven ascensos vertiginosos y desplomes ruidosos— se intuye también un espejo, acaso una advertencia, para nuestra propia aldea: en un mercado libre, no hay certezas eternas, pero sí señales elocuentes de lo que podría estar por venir.
Fuente Faro de Vigo, nota 27JUN25 Lara Graña periodista especializada.