Dábamos cuenta en la víspera del convenio celebrado por la Unión Europea donde por unanimidad aprobaron que se abran contingentes arancelarios autónomos para determinados productos pesqueros en Europa.
Por una parte Conxemar y Anfaco-Cecopesca celebraron la adopción del nuevo reglamento de contingentes arancelarios autónomos, pero de manera automática llegó la respuesta por el lado de la flota pesquera.
Europêche (la organización europea que nuclea a armadores y empresarios particulares) trasladó su apoyo a la decisión de excluir a Rusia del trato sobre exenciones de derechos debido a la invasión de este país a Ucrania, señalando que “espera que esta medida se aplique también a los productos pesqueros rusos procesados en otros países extracomunitarios como Noruega o China, y posteriormente vendidos en el mercado de la UE”.
Pero además la organización criticó a la Unión Europea que conceda libre acceso al mercado para el suministro extranjero de productos del mar bajo el sistema ATQ “sin adherirse a los principios fundamentales de sostenibilidad, reciprocidad y beneficio mutuo y de dudosa reputación”.
Recordemos, el reglamento de contingentes arancelarios autónomos ATQ cubre especies como el atún, abadejo, merluza, , bacalao, langostino y los peces planos tipo fletán, rombo y lenguado, lo que permite comercializar volúmenes relativamente elevados de productos importados de países no pertenecientes a la UE sin pagar derechos de aduana o con aranceles reducidos. Según explicó oportunamente Europêche, «en los primeros años de la década del ’90, apenas seis especies representaban 43.000 toneladas que se importaban con derechos reducidos. En 2020, más de 15 especies con 830.000 toneladas de pescado ingresaron anualmente al mercado europeo con arancel cero«. Un despropósito frente a la histórica y pujante industria pesquera española.
La organización sostiene que si bien en el año 2022 se llevó a cabo un estudio externo sobre la sostenibilidad de los contingentes arancelarios autónomos, “no se realizó absolutamente ninguna evaluación de impacto de esta nueva regulación para verificar si los suministros de ATQ son coherentes con las actuales iniciativas políticas de la UE sobre abastecimiento y comercio sostenibles. No se añadió ningún criterio de sostenibilidad a la nueva propuesta”, criticando en el mismo tono al Consejo para que volviese al período habitual de implementación de tres años.
El director de Europêche, Daniel Voces, manifestó al respecto: “La política comercial europea es nuestra arma más poderosa para lograr una competencia leal y la promoción de principios fundamentales como la sostenibilidad y la justicia social en el ámbito de la pesca. Incluir la sostenibilidad en el sistema ATQ es primordial para salvaguardar los propios intereses pesqueros de la UE”.
El sistema ATQ al que se hace referencia no es otra cosa que el sistema que permite la importación libre de aranceles o aranceles reducidos.
El reconocido Javier Garat, presidente de Europêche, agregó al tema que “el reglamento 2024-2026 sobre los ATQ fue adoptado por el Consejo tres meses después de la propuesta de la Comisión sorprendentemente no ha sido publicada en ningún momento de la negociación. Esto nunca ha sucedido y no puede suceder. Durante este proceso se ha dejado de lado la transparencia y con ella los principios de democracia, rendición de cuentas, participación pública y confianza”.
La preocupación gira también en torno a las nuevas cuotas de captura, tal el caso de la merluza, el pescado plano y los lomos de atún, en especial a la flota de la Unión Europea.
“Las cuotas de pescado plano son abundantes y no hay escasez alguna de materia prima. No había necesidad de suministro adicional al mercado europeo ni justificación para mantener un ATQ de 7500 toneladas”, explicaron desde Europêche, considerando que la guerra de Ucrania está impactando la comercialización de la merluza del Pacífico y de Argentina, para la que ya no era necesario el ATQ de 40 mil toneladas que beneficia principalmente (al 95 %) a la producción china.
Europêche cree que era realmente necesario reducir las cuotas de 35 mil toneladas de lomos de atún, que están afectando gravemente a la flota europea.
“China, Indonesia, Tailandia y Vietnam se benefician y reciben una asignación del 98 % de las cuotas de lomo de atún. Estos países son especialmente criticados, al considerar que no respetan estándares globales mínimos, alejados de las normas avanzadas de la UE, en materia de gestión y control de las actividades pesqueras, condiciones de trabajo, salud y sostenibilidad de los recursos”, destacaron desde la organización.
En este sentido, destacaron que Vietnam recibió la “tarjeta amarilla” en el año 2017 y que todavía está vigente en la actualidad, por lo que aún puede disfrutar de un trato libre de impuestos
En el mismo sentido recalcaron que la cuota ATQ para lomos de atún se agota los primeros días de enero de cada año.
“Esta entrada masiva de materias primas baratas y de bajos estándares crea una distorsión de precios que impide a la flota europea vender sus productos en la Unión Europea. No es sólo la flota la que ha expresado su preocupación en su contra. La gran mayoría de las partes interesadas dentro de los consejos asesores de la UE para el mercado y la flota de larga distancia abogaron por suprimir las ATQ para los productos originarios de China, incluidos los lomos de atún, considerando el vínculo de China con la pesca INDNR y los graves abusos laborales”, remarcaron.
Garat concluyó que “el problema es que la creciente flota pesquera de China está agotando los océanos del mundo en las mismas aguas donde faenan nuestros barcos. Peor aún, el pescado insostenible que capturan acaba en nuestro mercado. Además de eso, la UE está otorgando derogaciones arancelarias a estos productos sin ningún motivo o mérito, aparte del bajo precio. Esto tiene que parar”.
Con la autoridad que le compete, Garat, dejó en claro la posición en defensa de la actividad primaria extractiva española, pero por sobre todo, destacando la desigualdad de costos y reglas de juego claras, en perjuicio de un sector muy importante de la actividad española y del mercado del consumo de pescados y mariscos.
Oficiando, entre otras cosas, respetar los convenios internacionales de trabajo como el OIT C-188 que regula la actividad de las tripulaciones sobre embarcaciones pesqueras, los DDHH y los derechos del trabajador en el mar, siendo España uno de los paises que ha suscripto y promovido el presente convenio y exigiendo que quienes deseen competir en el mercado de consumo español también sean paises con los mismos principios, derechos y obligaciones.
Es imposible competir con la pesca ilegal, tiene otros costos e inunda mercados sin detallar la desigualdad de condiciones laborales a bordo de buques e impositivas, y la sostenibilidad del recurso, pescando sin el respeto por el medio ambiente ni épocas de veda, desove ni reproducción, algo que en estas mismas latitudes por fuera de la ZEEA, también se sufre.