En el marco del Foro PescAR 2025, la destacada veterinaria y ex subsecretaria de Pesca y Acuicultura de Chile, Alicia Lorena Gallardo Lagno, disertó sobre la importancia de la acuicultura en la alimentación global y el desarrollo económico de los países. En su exposición, destacó la necesidad de un equilibrio entre la pesca y la acuicultura, dos actividades que hoy representan las tendencias globales del sector.
Gallardo Lagno, especialista en pesca y acuicultura, enfatizó que la producción acuícola no solo satisface una demanda alimentaria creciente, sino que también fortalece las economías locales y nacionales. «Cuando hay producción, hay una economía mejor; se beneficia la localidad y el país«, afirmó, destacando el rol de la acuicultura como elemento de subsistencia, especialmente en tiempos de crisis como la pandemia.
Según la experta, el consumo de productos acuícolas ha crecido significativamente a nivel mundial. En 2023, por primera vez en la historia, la acuicultura superó a la pesca extractiva en volumen de producción. Se estima que para 2030 este sector crecerá un 14% adicional. Noruega, el mayor productor de salmón a nivel mundial, planea aumentar su producción entre un 10 y un 15%, mientras que América Latina se posiciona como la segunda región más importante en el rubro, después de Oceanía y en competencia con África.
La disertante resaltó los beneficios nutricionales del pescado, destacando su aporte de vitamina D, hierro, calcio y ácidos grasos esenciales como el omega 3. Además, comparó el consumo per cápita de pescado en diferentes países, subrayando que mientras en Perú se consumen 27 kg por persona al año y en Asia 25 kg, en Argentina la cifra es de apenas 5 kg, lo que representa un desafío para la promoción del consumo de estos productos.
Gallardo Lagno repasó la evolución de la acuicultura en Chile, señalando que en los años 80 el país importó ovas de salmón desde Noruega para desarrollar la industria. Inicialmente, la iniciativa fue impulsada por el sector privado sin una participación estatal significativa, hasta que una crisis sanitaria con el virus ISA en 2008 obligó a la intervención del gobierno. Esta enfermedad provocó pérdidas millonarias, la reducción del 75% de la producción y la pérdida de 15.000 empleos.
Para superar esta crisis, Chile implementó regulaciones estrictas, como certificados sanitarios obligatorios y medidas de control de enfermedades, además de fomentar la cooperación entre el sector público y privado. Como resultado, el país se consolidó como el mayor productor mundial de trucha y el segundo de salmón, exportando actualmente a más de 150 países.
Por su parte, la expositora, informó al todo el plenario, sembrando un mar de preguntas, que las exportaciones del país trasandino durante el 2024 fueron de U$S 7.700 millones, mientras el total del complejo argentino no alcanzó a los U$S 2.000 millones, exponiendo a Argentina en un camino que hasta parece el equivocado, en materia pesquera, aunque con sus bemoles, ya que se trata de productos de origen distintos, siempre en el modelo de proteínas de origen marino.
Uno de los temas abordados en el foro fue la percepción negativa que ciertos sectores tienen sobre la acuicultura en Argentina. Gallardo Lagno destacó que en Chile la «licencia social» para la producción acuícola sigue siendo un desafío, pero enfatizó la importancia de la comunicación y la transparencia para generar confianza en la sociedad. Además, remarcó que el Estado debe desempeñar un rol clave en la regulación y promoción de la actividad.
En el cierre del panel, el director del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), Gonzalo Bacigalupo, mencionó la planta piloto, que se desarrolla en la ciudad de Mar del Plata, de pez limón como una iniciativa clave para el desarrollo acuícola en Argentina. También comparó el desempeño exportador de Argentina y Chile, señalando que mientras el país vecino generó 7.000 millones de dólares en exportaciones acuícolas, Argentina apenas alcanzó los 2.000 millones en total, lo que evidencia el margen de crecimiento significativo para la industria local.
Finalmente, Bacigalupo subrayó que «Argentina ya pesca al máximo de su capacidad para cuidar sus recursos, por lo que la forma de crecer es con valor agregado o a través de la acuicultura«. Con una planificación adecuada y el desarrollo de normativas claras, el país podría aprovechar su condición de territorio libre de enfermedades virales en acuicultura y posicionarse como un actor clave en el mercado internacional.
Argentina y el desafío acuícola: ¿es el momento de dar el salto?, un gestor que puso de relieve esta respuesta en su paso por la administracion pública, fue el ex director nacional de acuicultura de la nación, el Lic. Guillermo Abdala Bertiche, presente en la sala, que junto al ex Subsecretario de Pesca, Dr. Carlos D. Liberman, fueron quienes trazaron el camino hacia donde ir en esa materia, en un país más abocado a lo salvaje y natural que al cultivo, lamentablemente; porque la acuicultura, -como se escuchó-, no tiene techo.