El puerto de Mar del Plata vuelve a vibrar con la energía del trabajo. Desde las primeras horas de la madrugada, la actividad pesquera alcanzó niveles pocas veces vistos, en una jornada marcada por el retorno simultáneo de más de 25 buques y un movimiento constante que se extenderá a lo largo de todo el día.
La finalización de la temporada de langostino en aguas nacionales fue el detonante de una escena portuaria que se espera tan frenética como emblemática. Grandes embarcaciones regresaron a puerto con bodegas -algunas incompletas de langostino-, mientras que los fresqueros completos arribaron con su pesca objetivo de merluza común a pleno, y parte de la flota descarga anchoíta, caballa y variado costero, sumando también dinamismo al muelle 10.
El regreso masivo de barcos volvió a instalar un viejo dilema, la competencia por conseguir espacio operativo y metros de muelle fundamentalmente en el segmento de grandes congeladores.
Entre armadores, capitanes y autoridades del Consorcio Portuario Regional, la discusión por los metros de amarre se torna inevitable, con una agenda cargada de tensiones logísticas; todos pretenden descargar y poseer el mejor lugar de amarre para dicha operación, pero no alcanza para todos.

Según registros oficiales, entre las 02:00 y las 19:00 horas ingresarán más de 27 unidades, un flujo que obligó a desplegar planificación y control, desbordando la capacidad operativa habitual aunque un ejercicio que todo el personal operativo absorberá sin mayores problemas.
Para las tripulaciones de los tangoneros congeladores, la jornada marcó el final de campañas que superaron los 80 días desde su zarpada hasta el arribo.
El descanso de los marineros contrasta con el inicio de una nueva fase laboral para miles de trabajadores en tierra; personal de la estiba, mecánicos, calderería, pintura, mantenimiento, inspectores de la Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera, personal de SENASA y transportistas que mantienen vivo el engranaje económico de esta actividad.
El movimiento se siente en cada rincón. Desde las primeras luces, Prefectura Naval, con el cuerpo de inspectores, personal de operaciones del Consorcio Portuario, y personal administrativo coordinaron esfuerzos para mantener el orden en un contexto de actividad frenética y puntual.
Las cooperativas de descarga y alistamiento afrontaron una de las jornadas más exigentes del año. Con compromiso y profesionalismo, el personal sostiene la dinámica del puerto, garantizando que cada tonelada descargada llegará con precisión al circuito productivo cuidando las formas y la calidad del producto.
A este esfuerzo se sumó el de los mecánicos, soldadores, astilleros y equipos de mantenimiento, quienes ya trabajan en la preparación de los buques para la próxima temporada o para una nueva marea que se iniciará en cuestión de horas.
El rebalse de trabajo se trasladó también al frente logístico; acoplados repletos de redes, cajones y pescado fresco y congelado circularon sin pausa entre los muelles y las plantas de procesamiento, mientras las exportaciones del sector pesquero se intensificaban desde el puerto local.

El escenario se amplifica con la reciente puesta en marcha de la planta Lamb Weston, que comenzó a operar exportaciones de alto volumen desde Mar del Plata. La necesidad de incorporar un portacontenedores permanente refuerza la importancia del puerto como polo de exportación regional.
Con más de 80 embarcaciones en modo parking —incluidos 25 poteros de gran eslora ya posicionados para la próxima temporada de calamar 2026—, el puerto enfrenta un desafío logístico sin precedentes.
Cada metro de muelle cuenta, cada maniobra exige precisión, planificación y esfuerzo; y cada actor, desde el marinero hasta el administrativo, cumple su rol esencial para que el mecanismo fluya sin obstrucciones.
El día cerrará como uno de los más activos del año mostrando la capacidad que tienen los marplatenses y argentinos de generar un rol importante en la cadena productiva e industrial generando empleo digno, valor agregado y movimiento económico, reafirmando su rol como corazón productivo de la pesca argentina desde Mar del Plata.
En una Argentina que muchas veces se debate entre crisis y esperanza, el puerto ofrece una imagen poderosa; la del trabajo digno y genuino, que no se declama, sino que se ve, se escucha y se respira en cada espigón del puerto de Mar del Plata.