El Puerto de Mar del Plata dio un paso significativo en su desarrollo educativo y productivo con la habilitación oficial de la Planta Procesadora Escuela del Consorcio Portuario Regional. La ceremonia estuvo encabezada por el Ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez, junto a la subsecretaria y consejera de la provincia de Buenos Aires, Lic. Carla E.Seain, quienes destacaron la importancia de esta iniciativa para la región.
Durante el acto, el presidente del Consorcio Portuario, Marcos Gutiérrez, subrayó el esfuerzo conjunto entre el organismo portuario y la Provincia para concretar este proyecto. «Esta habilitación es fruto de un trabajo coordinado que permitirá optimizar los procesos educativos y productivos en la Planta Escuela, fortaleciendo no solo al puerto, sino también a la ciudad de Mar del Plata «, afirmó con un claro compromiso social de la estratégica habilitación.
La Planta Procesadora Escuela tiene como principal objetivo capacitar a trabajadores y estudiantes en técnicas avanzadas de procesamiento y conservación de productos pesqueros. Este espacio combina formación teórica con prácticas en un entorno real, lo que contribuye a mejorar las competencias del sector y a generar impacto económico y social. Además, su puesta en marcha habilitada amplía las posibilidades de producción y distribución de alimentos, posicionando al puerto como un referente de innovación y desarrollo sostenible. Por otro lado, busca, -con la materia prima terminada-, tener el propósito de abastecer comedores infantiles. Un gesto pensado e ideado para mejorar la calidad nutricional de niños casi desamparados de los suburbios del ejido urbano, algo que el propio Gutiérrez conoce de muy cerca, ya que en su permanente militancia forjó su espíritu intentando mitigar los dolorosos índices de desnutrición infantil como la posibilidad de mejorar la calidad de vida de niños y madres que, por distintas razones, crecieron en un ámbito carente hasta de la más básica alimentación.
Por su parte, el Ministro Rodríguez destacó el compromiso provincial con el crecimiento del sector pesquero y educativo. “Mar del Plata no solo es el corazón del sector pesquero, sino también un motor de innovación y formación. Esta planta procesadora representa una herramienta clave para impulsar el desarrollo sostenible del puerto y de toda la comunidad”, expresó.
Con esta habilitación, la Planta Procesadora Escuela se erige como un pilar estratégico para el desarrollo local, al integrar de manera sinérgica educación, producción y sustentabilidad en una de las ciudades más representativas del sector procesador de pescado de cola en Argentina. Cabe destacar que la planta ha sido diseñada con instalaciones amplias y modernas, equiparables a las de las más prestigiosas plantas de fileteado de la región.
Si bien en la actualidad la actividad del fileteado de pescado enfrenta desafíos en términos de rentabilidad, lo que podría comprometer la demanda laboral, esta planta asume un rol estratégico a futuro. Su propósito principal, centrado en la capacitación y formación de nuevos profesionales, resulta esencial para revitalizar una actividad que ha experimentado una notable disminución tanto en relevancia como en fuerza laboral. Por ello, y debido a su misión de capacitar e instruir a jóvenes y adultos interesados en aprender un nuevo oficio, esta iniciativa se posiciona como un acontecimiento de gran trascendencia que merece ser resaltado.
El consorcio se presenta como el marco necesario para impulsar una industria que atraviesa un momento crítico, dando un paso significativo hacia la formación de cuadros laborales especializados. Además, esta institución tiene el potencial de establecer convenios estratégicos y pasantías laborales, permitiendo que, ante una eventual demanda puntual de mano de obra en el sector procesador, exista un recurso calificado al cual recurrir.
Cabe subrayar que este instrumento, si es gestionado adecuadamente, no solo brinda capacitación al personal, sino que también permite que los productos generados en la planta cumplan una función social de gran valor nutricional. Lo producido tiene el doble objetivo de abastecer a comedores infantiles, asegurando el acceso a proteínas de origen marino en edades tempranas, lo que refuerza su impacto positivo tanto en lo económico como en lo social, consolidando una promesa de compromiso integral desde sus inicios.