Durante su reciente visita a Roma, el presidente argentino, Javier Milei, no dejó lugar a dudas sobre su postura ideológica al afirmar en una entrevista para el programa italiano Quarta Repubblica que “los impuestos son un robo”. En una retórica marcada por frases provocadoras, Milei defendió la reducción del gasto público y calificó los tributos como una imposición coercitiva: “Se pagan con una pistola apuntando a la cabeza”. Su discurso, coherente con su visión libertaria, apuntó a erradicar lo que llamó “el cáncer del socialismo”, una ideología que ha empobrecido a las naciones a lo largo de la historia, marginándolas al subdesarrollo y el retraso tecnológico con fuertes consecuencias sociales.
Líderes y alianzas en la cruzada global
El mandatario destacó el surgimiento de una nueva era política, liderada por figuras como Giorgia Meloni, Benjamin Netanyahu, Donald Trump y él mismo. Para Milei, este grupo de dirigentes simboliza un viraje hacia una visión más liberal y meritocrática, alejándose de las premisas de la izquierda. Además, elogió a Elon Musk como un “salvador” comparable a los genios del Renacimiento, y mantuvo un tono crítico hacia instituciones internacionales como la ONU, a las que calificó de “burócratas autoritarios alejados de la humanidad”. En su discurso, Milei consolidó su imagen de líder disruptivo, comprometido con cambiar las reglas del juego global.
La gestión pesquera: entre principios y acciones
Sin embargo, en la práctica, la política implementada por su gobierno en el sector pesquero en el último año pone de manifiesto una fuerte dicotomía entre el discurso libertario y las decisiones administrativas. Mientras Milei proclama la necesidad de reducir la carga impositiva como una cuestión de principios, su gestión ha llevado a un incremento significativo de las obligaciones financieras sobre la industria pesquera, sin parangón.
Entre las medidas más controvertidas se encuentra el aumento del Derecho Único de Extracción (DUE), que pasó a ser más de once veces superior al aplicado durante el 2023. Asimismo, se impone un costo de asignación de las Cuotas Individuales Transferibles de Captura (CITC) de merluza hubbsi fijado en 95 dólares por tonelada, (exactamente USD 95.166 por tonelada equivalentes de hacer 5.10UP x $1,244 x 15 años / Tipo de Cambio) y los derechos de exportación se mantienen con un promedio superior al 6%. Estas políticas han elevado drásticamente los costos para un sector clave de la economía argentina, contradiciendo la retórica presidencial sobre la necesidad de aliviar la presión fiscal.
¿Pragmatismo fiscal o incoherencia ideológica?
Las acciones de su administración han generado un manto de dudas sobre la verdadera coherencia entre los principios libertarios que Milei enarbola y las políticas que ejecuta al menos para el sector pesquero. Si bien el contexto fiscal del país puede explicar en parte estas decisiones, las mismas chocan con la narrativa del mandatario, quien no ha dudado en calificar los impuestos como un acto ilegítimo.
La situación del sector pesquero ilustra la complejidad de trasladar la ideología a la gestión práctica. Mientras Milei busca consolidar su imagen como líder global de una nueva era libertaria, en nuestro país, los sectores productivos enfrentan políticas que parecen más alineadas con un pragmatismo recaudatorio que con una verdadera revolución fiscal.
El contraste entre el discurso y los hechos pone en tela de juicio la capacidad del presidente para equilibrar su agenda ideológica con las necesidades de la administración pública. ¿Es esta una concesión inevitable a las realidades económicas, o refleja una desconexión más profunda entre sus ideales y su gestión? En un momento en que Milei busca proyectarse como un referente global del cambio, su desempeño interno plantea interrogantes que no podrán eludirse por mucho tiempo.