En el marco del Expediente Nro. EX-2022-64944700–APN-DGD#MAGYP y considerando los antecedentes normativos y técnicos relacionados según se desprende de la Disposición DNCyFP Nro.4/2023 dependiente del Ministerio de Economía de la Nación, se han puesto en marcha importantes iniciativas para abordar una problemática que preocupa tanto a la comunidad científica como al sector pesquero: los aparejos de pesca perdidos, abandonados o descartados (APPAD).
Estos elementos, a menudo invisibles pero altamente dañinos, representan una amenaza silenciosa para la biodiversidad marina. Los APPAD no solo contribuyen al fenómeno de la pesca fantasma, atrapando inadvertidamente a especies marinas, sino que también degradan los ecosistemas y generan contaminación persistente debido a su composición, frecuentemente plástica, pero ademas, como el caso de la zona de Punta Rasa, muchas veces restan redes de deriva y aparejos trasmallos que dificultan el tránsito marítimo de la zona en cuestión.
Frente a este panorama, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación ha implementado una serie de medidas integrales destinadas a mitigar estos efectos adversos. Entre las acciones destacadas, se encuentran las campañas de sensibilización, el desarrollo de sistemas de marcaje y rastreo, la colaboración con organismos internacionales y el fomento de la innovación tecnológica.
Estas medidas no solo buscan proteger la riqueza de los ecosistemas marinos argentinos, sino también preservar la sostenibilidad del sector pesquero, pilar fundamental para muchas economías locales, garantizando el recurso para las futuras generaciones.
El expediente en cuestión subraya el compromiso del Estado argentino con la gestión responsable de los recursos marinos y la necesidad de una acción conjunta entre todos los actores involucrados: pescadores, científicos, legisladores y la sociedad en general. En un océano donde cada especie cuenta, abordar la problemática de los APPAD es un paso crucial hacia un futuro más limpio y sostenible.
Contexto y fundamentación
En un escenario global donde el uso de plásticos ha transformado la dinámica de los ecosistemas acuáticos, el Mar Argentino no está exento de la amenaza derivada de los desechos marinos. Cajones plásticos y aparejos de pesca, a menudo perdidos, barridos por algún golpe de mar o descartados, son transportados por las corrientes hasta las costas, generando preocupaciones ecológicas y socioeconómicas. Según estimaciones de la ONU, la actividad pesquera contribuye con aproximadamente 0,3 millones de toneladas de macroplásticos al medio marino, destacando la urgencia de medidas específicas.
El uso predominante de materiales sintéticos en las artes de pesca y la creciente complejidad de su diseño han subrayado la necesidad de respuestas coordinadas que involucren a todos los actores del sector pesquero, desde fabricantes hasta capitanes, armadores y recicladores.
Avances normativos y técnicos
En Argentina, la preocupación por el impacto ambiental de los APPAD dio lugar a una serie de iniciativas normativas. Entre ellas, la Disposición DI-2021-1-APN-DNCYFP#MAGYP, enfocada en la pesquería de centolla, marcó un hito al introducir el primer sistema de marcado de artes pasivas en el país. Posteriormente, la Disposición DI-2022-28-APN-DNCYFP#MAGYP amplió estas medidas, incorporando la obligación de declarar la cantidad de cajones plásticos utilizados y perdidos en cada marea.
A nivel internacional, las directrices de la FAO y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) han guiado el desarrollo de normativas nacionales, como el Manual para el Marcado de Aparejos de Pesca publicado en 2023. Este documento establece criterios técnicos para la identificación de equipos de pesca, considerando factores como materiales, durabilidad y contexto operativo.
Implementación y desafíos operativos
La Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera, en conjunto con actores del sector, ha avanzado en la implementación de sistemas de trazabilidad para los aparejos de pesca. En este marco, se han realizado pruebas piloto con redes de arrastre en condiciones operativas reales, destacando que el 100% de las marcas colocadas permanecieron legibles tras siete mareas y 131 lances.
Asimismo, se reconoció la relevancia de los rederos, cuya pericia en el armado y reparación de aparejos resulta crucial para garantizar la correcta identificación de los equipos, y la integración de estos actores al Sistema Integrado de Información de Pesca refuerza la trazabilidad.
La nueva disposición establece obligaciones claras para los buques pesqueros en modalidad de arrastre, como la incorporación de cuatro marcas obligatorias en cada red, con la posibilidad de añadir marcas complementarias. Las inspecciones previas a la zarpada y las sanciones ante incumplimientos buscan fomentar la pesca responsable, minimizando impactos negativos como la mortalidad involuntaria, la contaminación de playas y la introducción de plásticos en la red alimentaria marina.
En línea con las recomendaciones de la FAO, estas medidas no solo responden a la problemática actual, sino que promueven una gestión sostenible de los recursos marinos, conciliando la preservación del medio ambiente con la viabilidad del sector pesquero, aunque el mercado de boyas constituye un verdadero dilema, no solo por el costo económico sino por la imposibilidad de responder con stocks suficiente para cada barco, lo que constituye un elevado costo de reposición.
El fortalecimiento de los sistemas de marcado y trazabilidad de los aparejos de pesca en la República Argentina constituye un paso decisivo hacia la reducción del impacto ambiental de la actividad pesquera según FAO y la oficina de coordinacion pesquera dependiente de la Dirección de Pesca. » Las normas están dictadas, falta aplicarlas conforme a legislación vigente según consta en el marco de los estrictamente operativo «, nos indicaba en off un integrante de la propia oficina de la Dirección. Las acciones emprendidas evidencian un compromiso firme con la protección de la biodiversidad marina, posicionando al país como un referente regional en la implementación de medidas innovadoras y sostenibles, también, siendo una traba más a la pesca comercial argentina.