Cerca de las 22:00 del lunes, la Legislatura de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur aprobó por mayoría la reforma de la Ley provincial 1355, que regula el desarrollo sustentable de la acuicultura como actividad agropecuaria integral en aguas continentales y marítimas bajo jurisdicción provincial. La votación fue ajustada, ocho votos afirmativos y siete negativos, tras un debate intenso y un cuarto intermedio previo a la definición nominal.
El tratamiento parlamentario estuvo atravesado por cuestionamientos vinculados al dictamen abordado en el recinto. La oposición, por su parte, sostuvo que el procedimiento presentaría objeciones de constitucionalidad, por lo que no se descarta una eventual judicialización del resultado legislativo.
Una regla clara: Máxima protección ambiental
Entre los puntos centrales, la norma regula toda actividad de cultivo y producción de salmónidos en aguas bajo la jurisdicción de la provincia, con el objetivo explícito de asegurar la protección y preservación integral de un ecosistema costero singular, sostener su biodiversidad marina y resguardar los usos actuales del área.
De este modo, el nuevo texto establece un criterio de máxima prudencia ambiental en un área de alta sensibilidad, delimitando con claridad dónde no se admite este tipo de actividad y reforzando el principio rector que no hay desarrollo posible sin preservación efectiva del patrimonio natural.
La reforma incorpora instrumentos orientados a anticipar impactos y evitar improvisaciones:
- Evaluación Ambiental Estratégica (EAE): el Poder Ejecutivo deberá reglamentar procedimientos para delimitar zonas aptas para acuicultura, anticipar impactos y ordenar el uso del agua y los ambientes asociados.
- Requisitos previos obligatorios: se establece la presentación de la Guía de Aviso de Proyecto (GAP) y del Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) antes de cualquier desarrollo acuícola.
- Centro de Desarrollo Pesquero y Acuícola: se crea en el ámbito de la Secretaría de Pesca y Acuicultura (Ministerio de Producción y Ambiente) un centro destinado a promover investigación aplicada, producción acuícola, puesta en valor de recursos genéticos provinciales y transferencia de conocimiento, para consolidar una acuicultura sostenible en todo el territorio.
En aguas continentales —lagos, lagunas y cursos fluviales— se reafirma el uso consultivo y se encomienda a la autoridad de aplicación garantizar tareas actuales de resguardo de reproductores y repoblamiento de peces, de acuerdo con parámetros de sustentabilidad definidos para cada recurso hídrico.
Impulso productivo, consumo local y estímulo a productores fueguinos
El texto aprobado prevé que un porcentaje de la producción de los proyectos acuícolas se reserve para consumo local (a fijarse por reglamentación) y ordena crear programas y estímulos para alentar a productores locales a desarrollar iniciativas en la provincia. En los hechos, esta actualización normativa también abre la posibilidad de destrabar proyectos postergados por el marco anterior, que dificultaba el despliegue de nuevas iniciativas bajo estándares modernos, comparables a experiencias internacionales de fuerte regulación y control.
Tras la sanción, el gobernador Gustavo Melella se refirió a la aprobación en su cuenta de X, destacando la importancia del nuevo marco legal y su enfoque ambiental:
“Es un momento importante para el futuro productivo de Tierra del Fuego. Quiero agradecer a las y los legisladores que acompañaron la modificación de la Ley Provincial 1355, actualizando y fortaleciendo el marco normativo para el desarrollo acuícola. Esta norma será fundamental para ampliar nuestra matriz productiva. Coloca a la acuicultura como una actividad estratégica para la generación de puestos de trabajo y la inversión privada. Además actualiza y fortalece las reglas del juego, incorporando los más altos estándares de control ambiental, promoviendo la investigación científica y fomentando el consumo local de productos de excelencia. Quiero destacar también el trabajo de la Secretaría de Pesca y Acuicultura, por su profesionalismo y empeño en generar una herramienta legislativa que nos garantizará crecimiento, más producción y más empleo.”
Asimismo, en la misma red social el ex Director Nacional de Acuicultura, el Lic. Guillermo Abdala Bertiche, fuerte impulsor de la acuicultura en Argentina, destacó el avance hacia un desarrollo próspero y con fuerte sesgo del máximo respeto ambiental.
La reforma de la Ley 1355 se presenta como un esquema de desarrollo responsable, que busca ampliar oportunidades productivas sin relativizar el cuidado ambiental. Con prohibiciones expresas en zonas sensibles, planificación estratégica, estudios obligatorios y fortalecimiento institucional para investigación y control, el eje queda planteado con nitidez: la expansión de la actividad sólo es admisible bajo reglas estrictas, evaluación previa y monitoreo efectivo, priorizando la protección de los ecosistemas fueguinos como condición indeclinable.






