La actividad pesquera en el puerto de Rawson ingresará en un receso temporal con motivo de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, a partir de un acuerdo solicitado por los gremios del sector. La medida implica una pausa en las mareas de la flota amarilla, que permitirá a las tripulaciones pasar las fiestas con sus familias y, al mismo tiempo, otorgar un descanso al caladero de langostino, este año con un perfil muy distinto a otros.
Según lo informado, el domingo 21 de diciembre fue el último dÃa de despacho a zona de pesca para la mayorÃa de la flota, mientras que algunos buques extendieron su última marea hasta hoy, lunes 22 inclusive, donde se ven por estas horas una docena de buques con destino objetivo pesca de langostino. A medida que completen bodega, las embarcaciones irán retornando a puerto para que la materia prima pueda ser procesada en tierra.

La operatoria se retomará el viernes 26 de diciembre, con salidas previstas hasta el 29, dando continuidad a la temporada. Posteriormente, se aplicará un esquema similar de receso por Año Nuevo, con una reanudación definitiva de la actividad el 2 de enero, fecha a partir de la cual la flota volverá a operar con normalidad.
Este esquema escalonado busca ordenar la actividad sin interrumpir por completo la zafra, en un contexto donde las capturas vienen mostrando resultados dispares en los últimos dÃas.
Desde una perspectiva productiva, el receso se configura también como una pausa necesaria para el recurso, que este año —a diferencia de temporadas anteriores— exhibe señales de inquietud al compararse con el desempeño del ciclo previo. En igual tramo del inicio de la temporada 2024–2025, las descargas rondaban las 43.000 toneladas; en cambio, en lo que va de la temporada 2025–2026, apenas superan las 25.000 toneladas. Aún no resulta concluyente si este comportamiento responde a una menor actividad derivada de un mercado que no logra consolidar la absorción requerida —y, por ende, compromete la rentabilidad— o si obedece, en un escenario más preocupante, a una merma efectiva en la biomasa de la especie. En este último caso, la creciente presencia de merluza en las capturas asociadas empieza a perfilarse como un problema de magnitud.
En los últimos dÃas se observaron operaciones con resultados escasos, con marea tras marea que arrojaron capturas insuficientes e incluso lances completos que no pudieron ser aprovechados comercialmente y fueron devueltos al mar. Este escenario supone horas de faena, gasto de combustible, exigencia para las tripulaciones y desgaste de los equipos de pesca, sin una descarga efectiva que lo compense, además del efecto que este esfuerzo tiene sobre la biomasa acompañante.
A esta altura de la temporada, en el sector ya se da por descontado que los volúmenes de captura serán inferiores a los de la zafra anterior, lo que refuerza la lectura de que estos dÃas de pausa pueden contribuir a una mejora posterior en los rendimientos.
En paralelo, las plantas de procesamiento continuarán trabajando para garantizar el tratamiento del langostino fresco descargado, asegurando el estado de la producción y el cumplimiento de los compromisos comerciales.
El receso de fin de año se presenta asà como una medida que combina organización operativa, alivio para los trabajadores y una señal de prudencia frente al estado del recurso, en un tramo de la temporada marcado por capturas más ajustadas y mayores costos de operación.






