El flujo de pescados y mariscos hacia Brasil, un destino clave para la industria pesquera local, continúa afectado por barreras sanitarias interpuestas desde el país vecino. Especies como langostino y merluza sufren la problemática.
En el caso del marisco, el Senasa diseñó un nuevo modelo sanitario a partir de la promocionada reapertura de ese mercado. La medida alcanza al langostino no congelado a bordo; pero el Dipoa, la autoridad sanitaria brasileña, viene demorando su aprobación.
Así lo explicó el gerente de Capeca, Eduardo Román, ante la consulta de Pescare.com.ar. “Ya pasaron quince días y no tenemos respuestas”, señaló el dirigente que recientemente participó de la reunión de la Intercámaras de la Pesca junto a empresarios marplatenses.
Inquietud extendida
La preocupación del sector en torno al tema cruza de norte a sur y formó parte de la agenda que tuvo la mesa en la ciudad: “Por la cuestión del sanitario algunas de nuestras empresas tuvieron que desconsolidar contenedores y han tenido que devolver anticipos de operaciones comerciales. Muy complicado todo”, describió Román.
En lo que es langostino congelado a bordo, directamente Brasil no está autorizando ingresos. Paralelamente, la situación con el pescado blanco es también compleja: “Rechazan contenedores aplicando criterios sanitarios que sólo ellos entienden”, expuso Román.
El presidente de la Cámara Argentina de Armadores de Buques Pesqueros de Altura, Diego García Luchetti, coincidió con el diagnostico: “Existe una gran preocupación entre los asociados a la cámara que exportan a Brasil, ya que advierten verdaderas trabas. Los fiscales del Mapa actúan con criterios arbitrarios que funcionan como barreras paraarancelarias”, puntualizó.
Si bien se había acordado con las autoridades de ambos países la formación de una mesa técnica para definir parámetros claros respecto del nivel de PH, sodio, parásitos y demás variables, transcurrieron los últimos dos meses sin novedades en la materia.
“Hoy hay temor de exportar a Brasil porque no se sabe qué puede pasar cuando la merluza llega a destino. Si el producto es cuestionado, la empresa entra directamente en el Régimen de Alerta de Importación y debe reexportar el contenedor nuevamente hacia la Argentina después de meses de espera entre pruebas y contrapruebas. Las pérdidas son millonarias” evaluó García Luchetti.
Respuesta política
Se registraron casos tanto con el pescado blanco procesado y congelado en tierra, como con el congelado a bordo; aunque los actores reconocen el esfuerzo de los funcionarios de Agroindustria y Cancillería en las gestiones para superar las diferencias.
En ese sentido, trascendió que el ministro de Agroindustria de la Nación, Luis Etchvehere, le trasladó la inquietud al presidente, Mauricio Macri.
Por otra parte, intervinieron el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Guillermo Bernaudo; el subsecretario de Pesca, Juan Bosch; el coordinador de Relaciones Internacionales del Senasa, Miguel Donatelli; y el agregado agrícola en Brasil, Javier Dofurquet, entre otros; sin embargo, el escenario no se modificó.
Brasil es el cuarto destino en importancia para las exportaciones pesqueras argentinas. Al margen de este ruido en la relación comercial, entre enero y junio de este año se quedó 16.796 toneladas a cambio de 50,1 millones de dólares.