En Perú, la segunda temporada de pesca en la zona Norte-Centro continuó desarrollándose con señales que el mercado interpreta como alentadoras; en los primeros nueve meses la producción alcanzó los dos tercios de la cuota total, fijada en 1,63 millones de toneladas, según un informe de la Organización de Ingredientes Marinos, (IFFO por su sigla en inglés). Este desempeño refuerza el escenario de disponibilidad para los próximos meses y sostiene proyecciones optimistas para el balance anual de próximos dÃas.
En ese marco, IFFO estima que la producción de 2025 alcanzarÃa aproximadamente 5,4 millones de toneladas de harina de pescado y 1,2 millones de toneladas de aceite de pescado, según destacó el Dr. Enrico Bachis, director de investigación de mercado de la organización.
Harina de pescado: crecimiento anual acumulado, con excepciones puntuales
A escala global, la producción acumulada de harina de pescado hasta octubre de 2025 muestra un incremento interanual cercano al 7% frente al mismo perÃodo de 2024. El avance se explica por mayores volúmenes en la mayorÃa de las regiones reportantes, mientras que Islandia y el área del Atlántico Norte se desmarcan con una contracción respecto del año previo.
Aceite de pescado: suba moderada, con la particularidad de los rendimientos peruanos
El aceite de pescado acompaña la tendencia, aunque a un ritmo más moderado, la producción acumulada hasta octubre se ubica alrededor de 5% por encima de 2024. La mejora es generalizada entre los paÃses relevados, salvo en Perú, donde los bajos rendimientos de aceite en 2025 incidieron de forma determinante y explican un retroceso relativo en la comparación interanual.
Los indicadores mencionados se construyen a partir de datos compartidos por miembros de IFFO en Chile, Dinamarca, Islas Feroe, Islandia, Costa de Marfil, Mauricio, Noruega, Reino Unido, Estados Unidos, Perú, Sudáfrica y España. En conjunto, estas fuentes representan aproximadamente el 40% de la producción mundial de harina de pescado y el 50% de la producción de aceite de pescado, lo que otorga robustez y una importante base como muestra testigo al panorama global, aun reconociendo que se trata de una muestra parcial pero representativa.
China: consumo anual con sesgo alcista, pese al enfriamiento estacional
En China, la producción doméstica de ingredientes marinos permaneció limitada durante el último trimestre de 2025. Con ese telón de fondo, no se espera que el volumen anual supere el nivel de 2024, estimado en 570.000 toneladas.
Del lado de la demanda, la acuicultura sostiene el consumo. De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, la producción acuÃcola continuó creciendo hasta octubre en las principales regiones agrÃcolas. La actividad se concentra ahora en provincias cálidas —Guangdong, Guangxi y Hainan—, mientras que en zonas frÃas muchos productores han suspendido operaciones o recortado drásticamente el uso de alimento balanceado.
Dentro de ese esquema, el camarón de patas blancas producido en cobertizos e invernaderos se consolida como especie clave, su continuidad productiva contribuye a sostener el uso de harina de pescado en una etapa del año en la que otras cadenas se retraen.
El resultado neto es consistente, el consumo acumulado de harina de pescado en acuicultura ya habrÃa superado los niveles del año pasado, aunque la demanda de los últimos dos meses se ubicó por debajo de la registrada en igual tramo de 2024, lo que alentó la prevision de una mayor demanda en meses anteriores.
En ganaderÃa, el cuadro es más complejo. Los precios de cerdos y lechones, una de las industrias productivas que absorbe la mayor cantidad de proteÃna bruta (PB) de origen marino, incluso en determinados segmentos por encima de la harina de soja, continúan bajos por un escenario de sobreoferta. Si bien hacia fines de octubre se observó una reducción significativa del plantel de cerdas —ajuste que podrÃa recortar la oferta de cerdos en 2026—, la disponibilidad actual de lechones recién nacidos todavÃa supera la de hace un año.
En condiciones normales, una mayor población de lechones tenderÃa a impulsar el consumo de harina de pescado. Sin embargo, la debilidad reciente en la demanda de lechones redujo la producción comercial de alimentos balanceados especÃficos para esa categorÃa, moderando el uso del insumo. Aun asÃ, el empuje registrado en la primera mitad de 2025 permite sostener la expectativa de que el consumo anual total de harina de pescado en China termine por encima de 2024.
Fuente IFFO
El rol de las harineras
Las harineras —plantas productoras de harina y aceite de pescado— ocupan hoy un lugar estratégico en la arquitectura alimentaria global, son el punto de convergencia entre una pesca bien administrada, una acuicultura en expansión y la necesidad urgente de cerrar ciclos de materia en la economÃa marina. Su aporte trasciende la mera transformación industrial, constituyen el eslabón más valioso para capturar y revalorizar subproductos y desperdicios inevitables de las plantas procesadoras (recortes, cabezas, vÃsceras, frames), convirtiendo lo que antes era un pasivo ambiental en proteÃnas y lÃpidos de alto valor destinados principalmente a alimentos balanceados para el cultivo.
Este modelo se inscribe de lleno en la Transformación Azul impulsada por la FAO (2022–2030), que descansa en tres pilares complementarios, gestión eficaz de las pesquerÃas, expansión sostenible de la acuicultura y cadenas de valor de mayor eficiencia. En ese marco, las harineras funcionan como infraestructura habilitante, cuando la pesca se ordena con reglas claras —cuotas, vedas, control y trazabilidad— la oferta de ingredientes marinos tiende a estabilizarse y a operar dentro de lÃmites biológicos responsables. Al mismo tiempo, la acuicultura demanda insumos nutricionales confiables; allÃ, la harina y el aceite de pescado siguen siendo decisivos por su palatabilidad, su rol en las primeras etapas de alimentación y el aporte de omega-3 de cadena larga (EPA y DHA), asociados a mejor desempeño nutricional de producciones de cultivo.
Finalmente, el valor superior de este sistema aparece cuando se lo observa como economÃa circular, cuanto mayor es el aprovechamiento de subproductos y capturas especÃficas de alta disponibilidad —como la anchoÃta, insumo central por volumen y calidad—, menor es la presión sobre el ambiente y mayor la eficiencia del conjunto.
En un contexto donde la sustitución indiscriminada por materias primas terrestres puede elevar la huella ambiental, la sostenibilidad ya no depende solo de “producir másâ€, sino de “producir mejorâ€, (principio impulsado en el segmento local, por la gestión desarrollada por el ex subsecretario de Pesca Dr. Carlos D. Liberman) con orientación objetiva, estándares verificables y una administración que priorice el máximo usufructo de los recursos marinos para el bien común.
En resumen, harineras bien gestionadas son sinónimo de orden, nutrición y reciclado. Transforman residuos en valor, sostienen la expansión responsable de la acuicultura y consolidan cadenas productivas con impacto positivo en la economÃa y en un planeta más limpio.






