Un proyecto nacido en Mar del Plata llegó a la NASA. Bajo la supervisión de docentes del Instituto Industrial Pablo Tavelli, un grupo de estudiantes diseñó un picosatélite para colaborar con la pesca argentina.
El joven docente de 24 años, Marcos Berón, le relató a PESCARE que el proyecto se generó a través de una convocatoria que realizó el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la CONAE, para lo cual reunieron a cinco alumnos de la especialidad de electromecánica, tres de los cuales cursan sexto año y dos quinto, cuyas edad van entre los 16 y 17 años.
“Es un proyecto internacional, coordinado por la NASA en Estados Unidos y en Europa lo hace la Comisión Europea Espacial. En el caso de Argentina es coordinado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la CONAE.”
El proyecto en sí consiste en la construcción y “puesta en el aire” de un picosatélite. La convocatoria comenzó el año pasado pero no pudieron inscribirse porque la convocatoria les llegó a destiempo. Sin ánimo de bajar los brazos pusieron atención y energía para inscribirse en el 2023, paso que lograron y les permitió desarrollar la idea.
El proyecto es financiado por el propio Ministerio y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales.
El proceso en sí comenzó el 20 de abril último, a partir del cual tuvieron una semana, donde los estudiantes recibieron una capacitación virtual realizada por especialistas de la Comisión, donde se les explico cómo eran las bases y las condiciones para participar.
“Les contaron como es el sistema de la industria aeroespacial en Argentina, cómo funcionan los picosatélites. A partir de ahí le propusieron a los chicos, a cada grupo que participó, que presenten un proyecto, donde ellos tienen que resolver una problemática local ambiental. Los chicos hicieron la propuesta relacionada a varios aspectos del Mar Argentino”, detalló Berón.
Fueron más de 400 equipos los que se presentaron y solamente 30 fueron seleccionados para esta etapa, en la cual se encuentra el proyecto del “Tavelli”.
“Todos los Can-Sat (así se los denomina) tienen aproximadamente 15 centímetros y 7 centímetros de diámetro. Un tamaño comparable con una lata de gaseosa. Todos los Can-Sat cuando son lanzados tienen que cumplir dos misiones: una misión primaria y una misión secundaria. En la misión primaria es para todos por igual, todos tienen que medir la presión, la temperatura y la humedad en el aire de la atmósfera. La misión secundaria -ahí es donde la Organización hace hincapié en que resuelva una problemática ambiental local. Ahí es donde está el ingenio de cada grupo en las propuestas que hicieron” le contó el docente a nuestro portal.
La propuesta de este grupo de jóvenes marplatense fue el analizar la pesca ilegal e indiscriminada en las costas de nuestra ciudad.
“Esto también es trasladable a la milla 2011. En Mar del Plata tenemos tres tipos de buques: las lanchas amarillas, los de media altura y los de altura por darles una denominación. Por lado se buscará evaluar la pesca ilegal, lo que produce en particular en la milla 201, y analizar también la contaminación lumínica de los barcos (poteros) que pescan en la milla 201 y que usan los emisores de luz para atraer al recurso. Sabemos que esto provoca un desbalance biológico a las especies o afecta los ciclos reproductivos. Los chicos también propusieron que el satélite se incorpore al sistema de vigilancia que utiliza Prefectura y pueda también ‘pensar’ y controlar donde se encuentra cada barco”, comentó el profesor Berón.
“De esta forma también ayudaría a que no tengan que hacer patrullajes constantes, sino que con un satélite podríamos detectar donde se encuentra cada barco. Lo mismo sucedería en el caso de que haya un geolocalizador de un barco que se rompe, se lo pueda tener de apoyo soporte, que pueda saber dónde está”, explicó quien dirige el proyecto marplatense.
El grupo de trabajo ya recibió un “kit” básico desde la CONAE, con una serie de componentes electrónicos que ellos ya tienen predeterminados para todos los proyectos por igual. La escuela ya se puso a trabajar en la adquisición de los componentes que resta, debido a la gran cantidad que demanda la construcción del picosatélite.
El profesor Berón nos cuenta con orgullo que “los chicos ya van a empezar a trabajar. Desde CONAE van a hacer un seguimiento del trabajo, y para fines de agosto lo tienen que tener terminado. Una vez que lo tengan terminado, CONAE analiza la construcción y la validación de estos prototipos y de esos 30 solamente 5 son seleccionados y pasan a la última etapa que es la etapa de lanzamiento. Tengo que contarte que en la etapa de lanzamiento, el satélite no va a orbitar por el momento. Sí se va a lanzar hasta una cierta altura, hasta unos 400 metros y a partir de ahí se va a evaluar la operación de todos los componentes electrónicos y de toda la simulación que se van a hacer. En la etapa de descenso, es decir cuando está cayendo, se realizan todas las pruebas. En el caso de que de que esté todo ‘ok’ y funcione (no sabemos hasta dónde podría llegar) tal vez el día de mañana viene una empresa que está interesada en desarrollarlo y lo continuará. Esto es básicamente para tener registro de los barcos y sobre todo en la milla 201 donde tantos problemas tenemos”.
“Arrancaríamos analizando la problemática local y a partir de ahí, si está todo en condiciones, podríamos tener un satélite que podría operar en todo lo que sería la costa argentina”, destacó el profesor.
Un hecho que nos enorgullece como medio de difusión es que el grupo de alumnos, junto con el profesor Marcos Berón, en la presentación del proyecto, incluyeron gran cantidad de material periodístico publicado a través de PESCARE para dar severidad de lo que ellos estudiaron, nutriéndose de datos fidedignos publicados a través de nuestra página.
La historia del Instituto Industrial Pablo Tavelli se remonta a los años de gloria de esa casa de estudios, con profesores como José Félix Carbone (Análisis matemático), Ángela Mañueco (Castellano), Recio Sosa (termodinámica), Horacio Horacek (Tecnología Mecánica y Mecánica Aplicada), Oscar Parin, Daniel Federico, Oscar Tesoriere (Taller), Cobas y el ing.Basso (Dibujo Técnico), bajo la Dirección del Ing. Ernesto José Rica y la conducción de Don Pedro Todeschín, Jose Ardizzi y José Moure, entre otros que construyeron la historia grande del Tavelli con un nivel académico de excelencia siendo la base de actuales ingenieros y profesores. Orgullo del conocimiento de nuestra ciudad.