El Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información del Mar denominado “SABIA-Mar”, tendrá como objetivo principal proveer información para el estudio de la productividad primaria del mar, los ecosistemas marinos, el ciclo del carbono, la dinámica de las aguas costeras, el manejo de los recursos pesqueros y la calidad del agua en las costas y estuarios, está cada vez más cerca de ver la luz.
El satélite es en su totalidad de fabricación argentina, el cual tendrá un peso aproximado de 700 kilos y una envergadura de 9 metros.
El desarrollo del mismo se está realizando en el marco del Plan Nacional Espacial que lleva adelante la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), con la participación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y de numerosas empresas del sistema científico y técnico nacional, entre ellas el INVAP.
Luego de varios meses de estudios y trabajos, el “SABIA-Mar” acaba de sortear con éxito la revisión crítica de diseño, algo que fue muy celebrado por sus creadores ya que era una de las etapas más críticas y fundamentales de todo el proceso de fabricación.
Carolina Tauro es una de las principales investigadoras que trabajan en el proyecto, quien comentó sobre el mismo que “la revisión crítica de diseño es una fase en la que intervienen expertos externos a la misión, tanto nacionales como internacionales, quienes hacen una revisión general de cómo se está llevando adelante el proyecto, con un enfoque multidisciplinar. Es, sin dudas, un hito en todo el proceso. Recibir las observaciones e intercambios de referentes en diversas áreas es una experiencia muy productiva, sobre todo, porque estas nuevas perspectivas te pueden dar otro punto de vista. Además, la valoración que hicieron de todo lo hecho hasta ahora fue muy positiva”, añadió Tauro.
En el mismo sentido, la investigadora relató que el uso del “SABIA-Mar”, en una primera etapa, será utilizado por el sistema de ciencia y tecnología nacional, más otros organismos regionales e internacionales.
El uso incluye tanto al CONICET como a institutos especializados en el estudio del mar o del agua, como el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero.
La misma investigadora señaló que “gracias a este satélite vamos a poder contribuir al manejo de la pesquería y de la acuicultura desde varios lugares. Por ejemplo, alertando sobre la posibilidad de que se produzca un bloom de algas nocivas, las conocidas como mareas rojas, que es un evento de crecimiento desmedido de ciertas algas que pueden afectar la calidad del agua y, por ende, a la producción y a la salud humana. También se puede monitorear calidad del agua en las costas. Todo eso hace al hábitat marino, por lo que te permite hacer estudios de tipo ecológicos, como así también para dar soporte a las actividades productivas y de turismo”, finalizó.
La puesta en órbita del satélite argentino, está proyectada para cumplirse durante el próximo año, aunque por el momento no han podido confirmar la fecha aproximada de manera oficial, aunque en el momento que fue presentado en mayo de este año, se había anunciada su puesta en órbita para el año 2025.
La Revisión Crítica consiste en un análisis técnico multidisciplinar para consolidar el diseño y verificar que se pueda cumplir con los requerimientos establecidos para garantizar el éxito de la misión.
En el mes de mayo se habían dado cita en la ciudad de Córdoba revisores expertos de agencias espaciales, como así también otras instituciones internacionales tal el caso de la reconocidísima Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES), la Agencia Espacial Brasileña (AEB) y el Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE).
Además participaron de modo virtual representantes de la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT), el Instituto Scripps de Oceanografía y la empresa internacional de servicios de ingeniería y consultoría espacial Solenix, desde Italia, Estados Unidos y Alemania respectivamente.
Del mismo modo integraron la reunión los principales proveedores de la misión, como es el caso de las empresas INVAP, VENG, IMER y Ascentio, la Universidad Nacional de la Plata y la Comisión Nacional de Energía Atómica.