Por una parte, investigadores del INIDEP, se encuentran trabajando para determinar si la muerte de las 15 ballenas francas está asociada a la marea roja. Para ello se encuentran en Puerto Madryn procesando muestras de ejemplares encontrados muertos durante los últimos días.
Una de las dudas que se genera es que si esto puede tener relación con alguna posible mortandad también de peces y si algún tipo de consumo de productos provenientes del mar tendría consecuencias en personas.
Para ello PESCARE dialogó con la investigadora Viviana Sastre, quien con 40 años de trayectoria en la materia, nos brindó un pormenorizado detalle de lo que es la denominada marea roja.
Sastre forma parte del Instituto de Investigación de Hidrobiología. Es miembro de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Desarrolla actividades en el laboratorio de Fitoplancton dentro del mencionado Instituto.
Para entender mejor el fenómeno, ¿de qué se trata la “marea roja”?
Es el nombre que se le ha dado hace mucho tiempo en otros mares donde las algas le daban color rojo al mar. Estamos hablando de microalgas, algas unicelulares microscópicas, que a simple vista no se ven, pueden darle color rojo al mar o pueden no darle color rojo al mar.
¿De qué depende eso?
Eso va a depender exclusivamente de los pigmentos fotosintéticos que tengan. Estamos hablando de microalgas que tienen pigmentos fotosintéticos que les permiten hacer fotosíntesis justamente y además de liberar oxígeno, proveerse de su propio alimento, que le van a servir para todas las funciones celulares.
Dentro de las microalgas hay algunas especies que producen toxinas y la gran mayoría no. Son unas pocas especies las que producen distintos tipos de toxinas. Pueden ser toxinas de tipo paralizantes, pueden ser toxinas de tipo amnésicas, toxinas lipofílicas diarreicas y lo que conocemos vulgarmente como marea roja, es justamente la producción de toxinas paralizantes, que son las que más frecuentemente se han encontrado en el Mar Argentino y las que han producido muerte de personas.
No obstante tenemos en la zona especies productoras de los tres tipos de toxinas que mencioné. En otros mares del mundo hay otro tipo de toxinas, pueden haber neurotoxinas, ciguatera que es una toxina que aparece en el Mar Caribe y que es transmitida por los peces. En este caso, el nuestro, de toxinas paralizantes o amnésicas o diarreicas, en realidad son concentradas por los moluscos bivalvos ya que para para alimentarse filtran muchos litros de agua y retienen las partículas que vienen en el agua, que le van a servir de alimento.
Cualquier microalga le sirve de alimento a los moluscos bivalvos. Cuando en el agua hay especies productoras de toxinas, los moluscos no discriminan y retienen también las productoras de toxinas. Cuando estas son muy abundantes, los moluscos se vuelven tóxicos, porque concentran esas toxinas y es ahí cuando son un riesgo para la salud humana.
En definitiva los moluscos bivalvos son los vectores, los que van a transmitirle al ser humano la toxina, pero la toxina es producida por microalgas.
Se colige que las ballenas muertas han incorporado esas toxinas entonces. ¿Cómo se llega a esa situación? ¿Puede esto afectar el recurso pesquero?
El tema de las ballenas está en estudio. Nada se puede confirmar por ahora. Todo se encamina a que la muerte se deba a estas toxinas. Pero hasta que no estén los resultados de las necropsias que están haciendo otros investigadores, que además van a medir toxinas en tejidos de las ballenas, en materia fecal, en la leche, porque entre las hembras que murieron, como la gran mayoría son ballenas adultas, había hembras amamantando, por lo que se suponía que iban a aparecer también en las crías muertas, en los ballenatos.
Hasta que esos estudios de toxinas en ballenas no estén, no vamos a poder confirmar la situación. Todo se encamina a eso porque ha sido un evento inusual, de una gran cantidad de ballenas que han muerto en simultáneo y en una zona bastante restringida del Golfo Nuevo, y que además coincide con una alta toxicidad de toxina paralizante en moluscos.
La presencia en forma abundante de la única especie que tenemos acá, productora de toxinas paralizantes que es la Alexandrium catenella y de varias especies productoras de toxinas amnésicas y también alguna productora de toxina diarreica.
Vale decir que puede haber un combo de toxinas y habrá que ver cuál de todas es la que más ha afectado a las ballenas. Si bien no se ha demostrado acá muerte de ballenas por toxinas, sí se ha demostrado que el zooplancton del cual se alimentan las ballenas, concentra estas toxinas también, al igual que los moluscos. Y si se han encontrado trazas de toxinas en algún tejido de ballena.
¿Quiénes están llevando adelante la investigación y los análisis?
Hay gente del programa sanitario de Ballena Franca Austral, hay gente del Instituto de Conservación de Ballenas y de alguna otra fundación, gente de Puerto Madryn, también hay un grupo de investigadores que es la que está analizando lo que está pasando en los copépodos, en el zooplancton, del que se alimenta la ballena en esta zona y el Plan Provincial de Prevención y Control de marea roja de la provincia también está funcionando a pleno. Se trata de proteger la salud humana también.
También participan investigadores del INIDEP…
Así es. Han venido investigadores del programa de marea roja justamente, la Dra. Nora Montoya y gente de su equipo. Estaban en Puerto Madryn hasta ayer, procesando muestras para llevarse, para medir allá, ellos tienen un equipamiento importante de cromatografía, ellos van a medir lo que esté pasando en las ballenas.
¿Todo esto puede afectar al recurso pesquero puntualmente?
En general no, las toxinas no afectan a animales de sangre fría, en general los peces no se ven afectados, aunque hay algún registro anterior también de toxinas registradas en anchoítas y en caballa también. Justamente este grupo de INIDEP que integra Nora Montoya son los que han visto eso también en peces. En general las toxinas afectan a animales de sangre caliente, por eso aves y mamíferos e incluye al ser humano.
¿Esta situación la han vivido en algún otro momento? Más allá que siempre se escuchan noticias sobre “marea roja”.
Nunca con esta magnitud. Ha habido muertes de ballenas y en los estudios realizados sobre esos ejemplares, han dado indicios de que había toxinas, pero no la mortandad así de 15 ejemplares al menos.
Probablemente aparezcan algunos más, lo que suponemos es que el “pico” de toxicidad probablemente se haya dado un poco antes de que apareciera la primera ballena muerta, o sea que hayan venido acumulando. Lamentablemente no tenemos datos de lo que estaba pasando antes. Ahora estamos también en la búsqueda de imágenes satelitales para ver qué concentración de clorofila ha habido en el Golfo Nuevo los días previos, como para tratar de dilucidar cómo fue este fenómeno.
¿Cuán grave cree que puede ser esta situación?
Para tener una idea, el valor máximo permitido para el consumo humano, el límite que pone la Organización Mundial de la Salud, al cual adhiere el Código Alimentario Argentino, son 400 unidades ratón por 100 gramos de carne de molusco y en este momento está dando casi 20.000. Realmente son valores muy altos y por eso inmediatamente se estableció la veda por supuesto.