El Colegio de Ingenieros de la provincia de Buenos Aires mostró su preocupación por el Canal Magdalena. Manifiestan que hay “abandono” de parte del gobierno nacional y la importancia que tiene el mismo para el desarrollo marítimo.
“Tenemos una profunda preocupación por el abandono del dragado del Canal Magdalena. Indirectamente están favoreciendo al puerto de Montevideo”, sostienen desde la entidad.
“El Canal es vital para impulsar el desarrollo local y transformar el acceso marítimo a las vías navegables interiores, sin depender del control extranjero. La provincia de Buenos Aires concentra más del 40% de la infraestructura portuaria del país. Su participación en el mercado de transporte de cargas y en el ámbito internacional es mínima en comparación con ciudades como Rosario. Redirigir el tráfico hacia los ríos interiores impulsaría la economía local, generando una importante demanda de mano de obra especializada”, describió el presidente del Colegio de Ingenieros Alejandro Passarini.
Desde el otro lado del Río de la Plata sostienen: “Uruguay gana la larga dispuesta portuaria con Argentina en el Río de la Plata”, tal como tituló el reconocido diario “El País”.
“El Gobierno de Milei autoriza al país vecino a dragar el canal de entrada al puerto de Montevideo hasta los 14 metros, una decisión que entierra el proyecto del canal Magdalena que defendía el peronismo”, sostuvo el mismo matutino.
Tras más de una década de negociaciones que tuvieron más trabas que claridades, Uruguay podrá cumplir con contratos que tenía ya firmados, los cuales establecían la profundidad de los 14 metros que es el calado la que se llevará el puerto montevideano, por lo que las tres empresas que ya habían preacordado con los uruguayos, podrán ingresos con buques de mayor calado, haciendo que aumente su capacidad de carga y darle otra dinámica tanto a nivel local como regional.
El costo de los trabajos está estimado en unos 200 millones de dólares, previéndose para su mantenimiento anual, entre 20 y 40 millones de la misma moneda, para que los 62 kilómetros de longitud sean usados para aumentar las cargas de Montevideo por una parte, pero también como puerto de salida para Bolivia, Paraguay y Brasil.
“Más que rivales, podemos ser socios”, dijo el canciller uruguayo Omar Paganini, en una frase que más futbolera que diplomática.
Quien se pronunció también al respecto fue el administrador del puerto de La Plata, José María Lojo, a través de las redes sociales: “Si no se hace el Canal Magdalena estaremos condenados a gastar innecesariamente nuestros pocos dólares en realizar trasbordos en el puerto de Montevideo”, agregando en otro de sus posteos: “El puerto de Montevideo tiene muy buena conexión náutica, pero la carga que mueve es principalmente de origen o con destino a Argentina. Sería positivo explorar acuerdos de complementación con las y los hermanos uruguayos. Pero esos acuerdos deben ser en beneficio de ambos y no penalizar nuestro comercio a favor de las multinacionales del transporte”, sostuvo el administrador del puerto de la capital bonaerense.
Finalizando el año 2020 Uruguay había manifestado su intención de profundizar el canal, pero nuestro país no lo permitió dado que esgrimía que el acuerdo entre ambos países nunca se había suscripto, pero lejos de buscar un escándalo con ribetes mediáticos, Uruguay admitió que era un error pedir algo que no estaba firmado, por lo que rehízo el proyecto y sobre finales de 2022 volvió a la carga sobre el tema, no sin evitar aspectos técnicos muy complejos y negociaciones que recién pudieron destrabarse al comienzo del presente año con la nueva gestión del gobierno nacional argentino.
Nuestros colegas uruguayos consultaron al presidente Lacalle Pou sobre cuál había sido el pedido de Milei a cambio de la concesión, a lo que el mandatario “charrúa” respondió: “Absolutamente nada”.
Las cifras de movimientos de contenedores que maneja el puerto de Montevideo no son para nada despreciables, es más, son admirables. Durante el último año movilizaron más de 1 millón de TEU’s, una cifra que en la Argentina es totalmente impensada.