En una jornada que deja huella en la historia reciente de la industria naval argentina y marplatense, el buque pesquero Santísima Trinidad, perteneciente a la firma Maronti S.A., ha superado satisfactoriamente su prueba de mar, consolidándose como un ejemplo tangible de calidad constructiva, ingeniería aplicada y trabajo articulado entre el sector privado y el astillero nacional, siendo el tercero de la serie Luigi.


La navegación de prueba, realizada por el equipo de SPI Astilleros, no solo certificó el correcto funcionamiento de todos los sistemas del buque, sino que reflejó con elocuencia el estándar superior alcanzado en cada fase del proceso: desde el diseño hasta la ejecución final. El Santísima Trinidad no es simplemente una nueva unidad en la flota pesquera; es una expresión concreta del potencial tecnológico, operativo y humano que distingue a la industria naval argentina cuando se conjugan visión, compromiso y profesionalismo. Hecho por SPI astilleros con inteligencia, manos y corazón marplatense para desafiar todo el mar argentino.

Este resultado es fruto del vínculo virtuoso entre Maronti S.A. y SPI Astilleros, forjado sobre la base de la confianza mutua, la planificación rigurosa y el respeto por el conocimiento técnico. En ese sentido, cabe resaltar especialmente la decisión estratégica de la familia Baldino, promotora de este proyecto, cuya convicción en el desarrollo nacional se traduce hoy en un buque plenamente operativo, con estándares que se alinean a los más altos niveles de exigencia del sector.

Asimismo, resulta justo y necesario reconocer el papel insustituible de todos los trabajadores que, con pericia, vocación y esfuerzo sostenido, hicieron posible esta realización. Con orgullo puede afirmarse que la totalidad de la mano de obra involucrada en la construcción del Santísima Trinidad fue marplatense, un testimonio irrefutable del talento, la capacidad técnica y el compromiso de los oficios locales. Su tarea, muchas veces silenciosa, constituye el cimiento invisible sobre el que se erigen los grandes logros colectivos, y en este caso, el ejemplo palpable de una industria que encuentra en su gente su principal fortaleza.



La concreción del Santísima Trinidad excede el marco de una operación técnica exitosa. Representa una apuesta firme por el fortalecimiento del entramado productivo pesquero, la generación de empleo calificado y la afirmación de una industria nacional capaz de proyectarse con autonomía, eficiencia y competitividad.
Este buque, que pronto zarpará a cumplir con su misión en el mar argentino, es un emblema de lo que el país puede lograr cuando confluyen el conocimiento, la voluntad y el compromiso de construir un futuro con desarrollo, identidad y soberanía.