La medida se enmarca en el “Procedimiento de actuación ante solicitud de la flota pesquera extranjera para ingresar a la ZEEA en busca de resguardo por condiciones meteorológicas desfavorables”.
Ante condiciones climáticas adversas en el Atlántico Sur, la Prefectura Naval Argentina, bajo la órbita del Ministerio de Seguridad de la Nación, desplegó un operativo especial para autorizar y controlar el ingreso temporal de buques pesqueros chinos a la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del país. La medida, que se extenderá en principio desde el lunes 19 hasta la tarde del jueves 22 de mayo, responde a la previsión de vientos intensos de entre 30 y 45 nudos, con ráfagas que podrían alcanzar los 60 nudos, y olas cercanas a los cinco metros. Se estima que las primeras embarcaciones ingresarán el 20 de mayo y permanecerán durante aproximadamente tres días.
Amparado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), el ingreso de estas embarcaciones se produjo bajo un estricto protocolo que prohíbe cualquier tipo de actividad extractiva, de investigación o exploración en aguas jurisdiccionales. Las embarcaciones debieron mantener sus equipos de pesca a la vista, asegurados en cubierta, apagar las luces de faena y conservar encendidos sus sistemas de localización y comunicaciones para permitir su monitoreo constante por parte de las autoridades.
El seguimiento del ingreso y permanencia de los buques extranjeros es realizado por la Prefectura a través del Sistema Guardacostas, que opera desde diferentes estaciones costeras distribuidas a lo largo del litoral marítimo. Esta estructura permite mantener informadas a las autoridades nacionales y garantizar el cumplimiento de las restricciones impuestas.
En paralelo, la flota pesquera argentina que opera en la zona ya recibió el correspondiente aviso y comenzó a desplazarse hacia áreas seguras para resguardarse del temporal.
Esta no es la primera vez que se implementan estas acciones. Episodios similares ocurrieron en marzo y junio de 2024, cuando oleajes de hasta 8,8 metros y vientos que superaron los 100 km/h obligaron a centenares de buques, en su mayoría de bandera china, a solicitar resguardo dentro de la ZEE. En ambos casos, la Prefectura Naval y la Armada Argentina coordinaron tareas de vigilancia con medios aéreos como el avión Beechcraft B-200 y sistemas satelitales proporcionados por la CONAE. Se exigió a los capitanes mantener contacto radial con la estación costera L3A y reportar constantemente su posición.
El procedimiento adoptado se encuadra dentro del concepto de “paso inocente”, una figura reconocida por el derecho internacional que habilita a buques extranjeros a transitar o refugiarse temporalmente, siempre que no infrinjan las leyes del Estado ribereño.

La creciente presencia de flotas pesqueras en los márgenes de la ZEE argentina, en especial en la zona de la Milla 201, ha encendido alarmas por el impacto ambiental y económico que genera. La actividad pesquera china en esa área se incrementó un 800% en la última década.
El endurecimiento de los controles y la adhesión de Argentina al acuerdo internacional sobre Biodiversidad en Áreas Fuera de Jurisdicción Nacional buscan frenar la presión sobre el ecosistema marino. Las autoridades nacionales insisten en que la combinación de vigilancia constante, cooperación internacional y legislación ambiental robusta es clave para preservar los recursos del Mar Argentino frente a un escenario cada vez más complejo.
También cabe destacar, que una vez más, y como ya es habitual cada temporada, la flota extranjera que opera fuera de la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) aprovecha un temporal —situación climática previsible y frecuente en estas latitudes— para justificar actividades que poco tienen que ver con una interrupción de la pesca y mucho con tareas encubiertas de prospección ecoica e investigación sobre la biomasa de calamar y otras especies de interés comercial del mar argentino. Este comportamiento, repetido sistemáticamente año tras año y coincidente con el inicio del repliegue de estas flotas hacia el Pacífico frente a Perú, no es inocente. A lo largo de la temporada frentes de baja presión con condiciones mucho peores a las actuales no modificaron ni su posición ni su rumbo.
La solicitud de medidas o permisos especiales bajo el pretexto de condiciones meteorológicas adversas podría estar orientada a captar información ecoica y realizar análisis estratégicos que sirvan para planificar futuras campañas sobre recursos transzonales argentinos que por rebalse salen de la milla 200 en la misma plataforma de hasta 200 metros de profundidad que coexiste extendiéndose por fuera de la ZEEA.. Resulta particularmente sospechoso si se considera que dentro de la ZEEA, a lo largo de toda la isobata de 200 metros de profundidad, se registran capturas significativas y abundantes mientras que fuera de ella, donde operan estos buques, la concentración de ejemplares es notoriamente baja.
No es ni será el primer temporal que estas flotas enfrentan, y sin embargo, el patrón se repite con exactitud milimétrica: un «retiro táctico» acompañado de maniobras que podrían trascender el ámbito investigativo. Se trata, lisa y llanamente, de una estrategia reiterada y previsiblemente oportunista, que subestima la soberanía científica y económica argentina sobre sus propios recursos.