El sello azul Marine Stewardship Council, representa al programa de certificación de pescados y mariscos, con mayor reconocimiento mundial y que cuenta con la aprobación de la Iniciativo Mundial relativa a la Sostenibilidad de los Productos Marinos y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Hay estudios que constataron que en lo que más confían los consumidores, para hacer frente a los problemas que presentan hoy los océanos, es en la ciencia y en las ONG y que, los programas interdependientes de certificación ayudan a aumentar la confianza del consumidor en la marcas.
En ese camino, los consumidores irlandeses y británicos, durante el año 2023, consumieron 154.543 toneladas de productos de mar, con una cifra récord que alcanzó los 1.552 millones de euros.
Esta generación de divisas, significa un 5% más que lo conseguido en 2022, aumentando los volúmenes de producción en 1% más con respecto al mismo año.
Estos productos con el sello MSC significan aproximadamente el 59% del valor y el 58% del volumen de todo el pescado y los mariscos salvajes que se han vendido en el comercio minoristas en el Reino Unido.
Justamente los británicos fueron los compradores de un volumen de 15.390 toneladas (certificadas con el sello) durante 2023, lo que representó un aumento del 78% sobre el 2022, marcando también un récord para las ventas de atún certificado.
A nivel global tal vez la cifra no es tan significativa, ya que a pesar de su crecimiento, el Reino Unido todavía representa solamente el 8% de todo el atún certificado por el MSC vendido a nivel mundial, de acuerdo a las cifras que publica la organización internacional, la que destaca también que el 25% de las ventas minoristas de atún, cuentan ahora con la certificación.
Las distintas especies de origen sostenible que están a disposición de los consumidores británicos e irlandeses siguieron creciendo, con 53 especies diferentes vendidas en comparación las 49 que se pescaban el año pasado y las 32 de hace una década.
El pescado blanco siguió siendo el preferido durante el 2023 en lo que se refiere a productos certificados, constituyendo el 59% de las ventas, mientras que el bacalao del Atlántico, el abadejo y el eglefino (otra variedad de abadejo), son una vez más las tres especies de MSC que más se han vendido en Irlanda y el Reino Unido.
La Marine Stewardship Council ha hecho foco en que a pesar de los actuales desafíos geopolíticos y económicos, manifestando que “los mercados del Reino Unido e Irlanda, se han manifestado profundamente comprometidos con el apoyo a la pesca sostenible certificada y al programa MSC”.
“Ha habido un gran progreso en varias áreas clave del mercado durante el año pasado y la edición 2023 de nuestro informe de mercado, que destaca estos logros y compromisos notables asumidos en toda la cadena de suministro que han hecho posible este progreso”, sostienen desde el organismo.
Esta certificación es de vital importancia para el crecimiento y la seriedad de las empresas, dada la confianza que depositan los consumidores como hemos señalado, sobre todo a nivel internacional, tal como ocurre con la centolla argentina, que logró la certificación definitiva para esa especie, abriéndose de ese modo nuevos mercados mundiales de consumo directo en las góndolas de supermercados tanto europeos como americanos.
Esto fue merced a trabajos que se estaban desarrollando desde el año 2004, cuando se comenzó a compilar información sobre la especie a través de distintos análisis por parte de científicos e investigadores, sobre todo aquellos que revisten en el INIDEP.
Como así también el proceso de certificación de la especie Merluza hubbsi de buques congeladores como es el caso del modelo PROME, proceso que han encarado en forma conjunta Iberconsa, Estrella Patagónica, Solimeno y Moscuzza en esta primera instancia.
En el año 2019, Iberconsa, Estrella Patagónica, Solimeno y Moscuzza firmaron un acuerdo con CedePesca para iniciar el proceso de certificación MSC para la merluza de buques congeladores.
El plan de acción, que esta en plena evolución, incluye mejoras en las reglas de control de captura, la administración de la pesquería y la disminución del impacto sobre la biomasa.
Para ello, se creó un perfil en Fishery Progress para el seguimiento del proyecto, donde un comité Asesor, un comité de Supervisión Técnica y un comité Asesor Social brindarán apoyo y supervisión. Se estableció un programa de trabajo con objetivos a corto, mediano y largo plazo, basado en los estándares del MSC.
Como lo vislumbramos en la nota, la certificación logra dos pilares fundamentales para las empresas.
- Ambientales: recuperación de poblaciones, reducción de interacciones con aves marinas, mejor gestión de capturas incidentales y mayor comprensión del impacto en el ecosistema.
- Económicos: apertura de nuevos mercados para la merluza argentina, especialmente en Europa, Estados Unidos y Australia, en principio.