En una situación sin precedentes, condicionada de una manera que en otra oportunidad hubiese sido un escándalo, tanto gremios y cámaras signatarias del fresco, encontraron un punto de equilibrio para llegar a un acuerdo por la primera parte (el semestre) de la paritaria 2023-2024.
El sector viene negociando desde los primeros días de marzo pasado, cuando los CCT habían caducado el 28 de febrero. Los primeros guarismos entre puntas rozaban el 45% entre lo ofrecido y el 60% acorde a lo exigido por parte de algunos gremios.
No fue fácil acordar, en principio, por la dureza por la que gremios sostuvieron sus exigencias, pero a decir verdad, gozan de una amplia «ola a favor», el deterioro de la moneda es permanente y en los últimos meses parece haberse acelerado, por ende el poder adquisitivo de las familias continúa perdiendo valor y hasta daría la impresión que lo que hoy parece «caro» comparado a las pocas semanas, termina siendo «barato». Eso es inflación y la constante pérdida del poder adquisitivo.
No obstante, algunos gremios vienen exacerbados con una brillante temporada de langostinos en aguas provinciales de Chubut, que condiciona y da «piso» a futuras negociaciones. Así fue.
Los gremios de manera unísona terminaron cerrando un ajuste salarial del 20% para el mes de marzo, -tomado como base febrero-, 15% para Mayo y un 20% para julio, quedando así un 55% para el semestre marzo-agosto, para volver a negociar la segunda parte del año en el mes de septiembre. Los pormenores de lo que impacta como remunerativo y no remunerativo se dará a conocer apenas se conozcan las actas respectivas.
Decíamos ut supra que esta negociación paritaria no tiene precedente, ya que se ha cerrado el CCT con la flota parada en el puerto (barcos presentan demoras en la zarpada, desde el mismo domingo 9 del corriente; es decir, hace 5 días) por motivos ajenos a la negociación que a decir verdad, estaba acordada desde hace alguna semana atrás. El reclamo es contra el Estado Nacional por el tema ganancias, y a decir verdad, hasta goza de fundadas consideraciones, pero quienes sufren esta situación son las propias empresas que después de seis meses y medio tiene sus barcos parados, deteriorándose en el muelle a la espera de una zafra, que en definitiva se terminó demorando como era de presagiar por grandes intereses de un sector acorde a quienes cuentan con stock en cámaras, no siendo así para la mayoría de las empresas del cluster pesquero marplatense. Pero como agravante, el Estado intenta -a través de un régimen de excepción, temporal, extraordinario y transitorio- que las empresas liquiden y adelanten divisas para oxigenar financieramente las alicaídas reservas de las arcas nacionales, cuando para las empresas del principal puerto de desembarque de pescados y mariscos, Mar del Plata, aún la temporada «fuerte» no empezó.
Además, otro tema no menor, es la parálisis en los muelles del país, en Mar del Plata, el deterioro es mayor, en principio por falta de respaldo y por cuanto la merluza presenta una caída del 18% menos en descargas y donde después de Pascuas volvió a precios desagiados; en cuanto a la temporada de calamar, hasta ahora, tiene una merma superior al 17%; lo que agrega incertidumbre de frente a un nuevo ciclo pesquero 2023.
La situación es preocupante, no solo por los números, ya que detrás de los números hay familias, hay gente que necesita del derrame generado por el sector primario extractivo, sino, además, por las formas que se desarrollan los acontecimientos acordes a un sector muy alejado de Mar del Plata tenedor de cámaras repletas con más de 110.000tn de langostino, que además tiene la posibilidad de exportar a sus casas matrices europeas aprovechando el salto en el tipo de cambio, hoy, desde el actual $212 a los $300 estipulados como el diferencial del Tipo de Cambio para incentivar las exportaciones, y otro dato a tener en cuenta, es que el mismo sector, ajeno a Mar del Plata, es el que pretendía un inicio de zafra, en el mejor de los casos, después de la Feria de Barcelona 2023 que tiene su inicio hacia fin de mes; por lo que no sería de extrañar -sin hacer futurismo- que las medidas iniciadas por gremios de peso, ayuden a alcanzar ese objetivo, cuasi fogoneado por míseros intereses; aunque pretendemos estar equivocados, pero la realidad, nos supera.