Todo parece ir por carriles distintos. Mientras desde las cámaras del sector no ofrecen más que los incrementos salariales ya cerrados con la marinería SOMU-SIMAPE, es decir 30% bimestre septiembre-octubre, 30% noviembre-diciembre y 30% enero-febrero para cerrar el año paritario en el 150% de ajuste salarial comparado a valores de febrero 2023, desde el gremio comenzaron la semana con una asamblea informativa en los lugares de trabajo para informar a todo el personal la situación y hoy intensificaron con asamblea permanente en varias empresas del sector procesador.
Ayer, como todos los jueves, hubo reunión de delegados en la sede del SOIP donde se les explicó cual es la situación para sus afiliados, después de una solicitud del 90% repartidos 35% septiembre, 10% octubre, 35% noviembre y 10% diciembre para volver a reunirse a principio de año para negociar el primer bimestre 2024.
Desde el gremio ven cierta rigidez por parte del sector empresarial que esgrime el pago por anticipado de la inflación reinante, pero ademas saben que un cese de actividades en un ambiente altamente inflacionario e imprevisible, de iniciar una medida de fuerza que sea prolongada, al momento de llegar a un acuerdo, el tiempo les termina diluyendo lo solicitado.
Hoy se esperan asambleas en los lugares de trabajo aunque a esta hora no hemos sido informado de ninguna medida de fuerza, se sabe que varias plantas de la ciudad permanecen con asambleas permanentes. Cerca del mediodía de hoy, desde el Ministerio de Trabajo pidieron a los referentes de ambos sectores, una reunión de urgencia para el lunes próximo; de no llegar a un arreglo entre partes, se dictará la conciliación obligatoria. Al final de esta nota, trabajadores del sector informados por la referente del SOIP, reiniciaron actividades hasta el mismo lunes después del cónclave en el Ministerio de Trabajo de la Nación.
Es lamentable no encontrar un punto de equilibrio en forma categórica y urgente; los tiempos evolutivos de los precios juegan en contra del sector laboral, puesto que cada día de demora en recibir el sueldo termina licuando el poder de compra del mismo.
Ingresarán una cantidad considerable de fresqueros a lo largo de la jornada con merluza fresca al puerto local, y de iniciarse el cese de actividades, ese mismo caudal de pescado descargado lo procesará el sector marginal, con el agravante que el problema de fondo persistirá sin solución con fuerte detrimento para el bolsillo del trabajador genuino y las arcas del gremio procesador.
Otra posibilidad es alcanzar mediante el derecho que le otorga la Ley, un pedido de conciliación obligatoria que podría alcanzar plazos hasta mediados/fines de noviembre, pero el perjuicio es mucho mayor, por cuanto mientras dure el conflicto sólo se percibirán pagos a cuenta, con lo que el tiempo juega en contra del bolsillo del obrero, y lo saben.
De fondo, un marco gremial que no desea provocar en víspera de las elecciones, medidas contraproducentes para el oficialismo provincial y nacional.
La pregunta a realizarse, es vistas a la cantidad de fresqueros que tocaron muelle hoy, y mañana es, si las plantas procesadoras con trabajo genuino y dentro del marco legal no trabajan, ¿donde va a parar esos 45.000 cajones de pescado que se descargaron y descargaran el fin de semana?, seguramente al sistema informal, marginal que nutren a plantas clandestinas que funcionarios y desde el propio sindicato se rasgan las vestiduras por erradicar. ¿Y la trazabilidad, el certificado de captura legal, SENASA, Ministerio de Trabajo y demás documentación que tanto desde Nación como fundamentalmente de la provincia de Buenos Aires autorizan en el CFP (pedidos de cuotas de captura desde la reserva de administración de la especie con fines de interés social)? bueno, ese es otro tema que todos los hipócritas de la regulación y el control hablan, pero que a la hora de investigar, miran para otro lado…
Desde lo económico, sin dudas, una encrucijada mucho más difícil que en otras épocas, hay un ambiente hiperinflacionario en alimentos y bienes de primera necesidad, que el tiempo juega a favor de la licuación del poder de compra, el trabajador lo siente en su bolsillo y es probable privilegie el viejo axioma que dice es preferible un mal arreglo, que una victoriosa guerra…
Es momento de aportar ideas y alternativas de diálogo con madurez; lo que jamás se debe cortar es el diálogo y la defensa de los derechos de cada una de las partes, donde todos sabrán que están en un mismo barco y las necesidades son símiles por más que las espaldas, sean distintas. Detras de todo número, siempre hay gente, pero atención..! menospreciar un aumento del 30% con el atenuante de haberlo cobrado «ayer», en caso de haber aceptado, por ahí es mejor que un aumento del 35%-40% o el 45% a cobrar al finalizar una conciliación obligatoria (en 20 días hábiles), pues en el marco inflacionario que vive el país, el poder adquisitivo de la moneda pierde valor en horas, mientras el cerebro tarda días en pensar y adaptarse al cambio. El bolsillo sufre.