El concepto se va repetir a lo largo de la disertación: innovar. Aparece cuando Antonio Solimeno repasa la historia y también cuando perfila el futuro inmediato de la empresa. En el auditorio lo escuchan jóvenes emprendedores, algunos de sus colegas y empleados de la firma.
La cita fue en el salón auditorio de la Ucip, en el marco del ciclo anual «Charlas #E2E – Emprendedor a Empresario, Empresario a Emprendedor», coordinado por Juan Blas Taladrid, secretario de la entidad.
La exposición de Solimeno, a la que asistió Pescare.com.ar, se apoyó en una línea de tiempo. El recorrido mostró sus comienzos en la década del sesenta, como comprador de pescado en la banquina chica, pasando por su primer frigorífico y la compra de barcos, hasta la construcción de la planta modelo Solimeno Mare, donde apunta a sumar cada vez más valor a los productos.
“En esta actividad cada día necesitamos más innovación. A pesar de que estamos en un país complicado para hacer inversiones, nosotros hoy tenemos una empresa totalmente integrada; hemos ido creciendo”, graficó.
Readecuación de la estructura
En ese marco, se refirió a la estructura del grupo y la posibilidad de readecuarla a los tiempos que corren. En el caso de Solimeno, se trata de universo complejo y variado: sus productos se comercializan en 49 países.
“Llegamos a tener 18 barcos y hoy tenemos 12. Nos quedamos con los más eficientes y tratando de mejorar nuestras virtudes (…) Es importante ir hacia las nuevas tecnologías. No se puede parar el progreso, el mercado lo va requiriendo”, dijo.
Uno de los límites en esta industria está anclado en la disponibilidad de los recursos, una disponibilidad que no es infinita. El desafío de todo el sector es minimizar los desperdicios y maximizar el aprovechamiento.
“Los recursos son los que están, mucho más no va a haber. Lo que tenemos que ver es cómo darle valor agregado. El producto base de Solimeno Mare es el que recuperamos cuando hacemos el filet. Cada barco (congelador) que entra trae 100/150 toneladas de ese producto. De ahí hacemos medallones. Es un recurso que hoy lo estamos recuperando. Le damos vida a la industria y el barco está siete días menos en el mar”, ejemplificó.
Otro de los puntos que destacó Solimeno fue la confianza generada con los clientes y el peso que tiene la tradición en la pesca.
“Nosotros tenemos una particularidad, tenemos el oficio. Sabemos lo que es un barco, una planta, conocemos la industria y sabemos qué hacer con una escama de pescado. Del año 72 a hoy pasaron 45 años. No hubo un mes en este tiempo que no pagara una cuota de barco o fábrica. Y hoy seguimos innovando”, subrayó
Proyectos 2018
El siguiente desafío será ampliar la producción en un treinta por ciento durante el próximo año. Vale recordar que hoy la empresa tiene capacidad para realizar 500 toneladas mensuales de producto terminado para góndola y que además de pescado, trabaja pollo y vegetales.
“La idea es combinar la producción a bordo con la de tierra. Hoy tenemos capacidad para hacer 25/30 toneladas diarias sólo de empanados y podemos almacenar entre 8 y 9 mil toneladas de producto, todo paletizado y en estanterías», expuso.
Luego, agregó: «Estamos apuntando al producto con valor agregado. Ahora, tenemos un proyecto para el año que viene hacer las rabas de calamar a gran escala, hacer 20 ó 30 toneladas por día. Ese producto se puede hacer natural o pre fritado”.
Además, se adosará una línea más de producción para llegar a 9 mil toneladas de producto terminado por año: “Ya trajimos tecnología para mejorar el empaque”, reveló Solimeno en otro tramo de la exposición.
Video: La Capital.
Oportunidad en la crisis
Por otra parte, el empresario se refirió a los ciclos económicos del país y cómo buscar oportunidades cuando las variables asoman negativas para hacer negocios.
“Durante las crisis siempre hay oportunidades. En la Argentina tuvimos crisis cada diez años, pero nosotros nunca paramos de trabajar y nos caracterizamos por innovar y seguir lo que mandaba el mercado. Hasta hoy lo seguimos haciendo”, señaló.
Así destacó de qué manera la empresa hizo sus primeros intentos de trabajar pescado congelado a bordo desde mediados de los ochenta y terminó por afianzar esa tendencia en la década del noventa mediante la incorporación de modernas unidades.
“No fueron años fáciles. Había precios bajos. La tonelada de un producto que hoy cuesta 3 mil dólares, valía 600. Era el año 93. Nosotros compramos el “Navegantes” y había que remar. Además, no teníamos experiencia con barcos congeladores. En Mar del Plata, los primeros armadores de barcos congeladores fuimos nosotros”, recordó.
Números de Solimeno
• 890 trabajadores
• 12 barcos
• 3 plantas de elaboración
• 49 destinos en exportaciones
• 500 toneladas/mes en ventas de producto terminado