La “temporada” de reparaciones se refleja con intensidad en SPI. El astillero muestra todos sus espacios de trabajo ocupados a partir de la demanda que genera el sector pesquero en esta época del año.
Las plataformas de la empresa, que incluyen al dique flotante Mossdok 2000 y a su par menor, el Mossdok I, junto a las gradas de tierra, ya tienen agendada plena ocupación hasta la primera quincena de marzo.
“Estamos en un volumen de reparaciones muy interesante. A pesar de un año con algunas dificultades, los clientes están haciendo un esfuerzo para hacer las inversiones necesarias”, reveló la presidenta de SPI, Sandra Cipolla, en diálogo con Pescare.com.ar.
Según manifestó la directiva, existe entre las empresas un compromiso general con el mantenimiento de las unidades productivas, sobre todo de las más importantes; pero que este año asoma extendido por el cambio de las variables económicas.
“Tuvimos reparaciones de barcos bien acotadas, porque el año pasado ya habían hecho un trabajo más a fondo, y otras que a partir del nuevo contexto económico han decidido inversiones más importantes”, describió.
Diversidad de flota
La lista de buques que pasaron o pasarán por el astillero incluye a costeros, fresqueros, congeladores, poteros y tangoneros; es decir, abarca un amplio espectro con un promedio de estadía que ronda los 23 días.
Entre ellos, aparecen el «Florida Blanca», «Indomable», «Codepeca IV», «Iglu I», «707 Sureste», «María Eugenia», «Borrasca», «Taisei Maru 8», «Itxas Lur», «Ventarrón I», «Puente Chico», «Erin Bruce» y «Ponte Coruxo».
“También estamos trabajando con la línea de gas y petróleo; eso también nos abre un juego distinto. Este tipo de embarcaciones paran a partir de abril, por eso ahí estamos trabajando para traerlos a nuestra unidad de negocios”, añadió Cipolla.
Consultada por la disponibilidad de insumos, reconoció que la especulación es un factor en el mercado, como en tantos otros sectores productivos.
“Algunos han trabado insumos esperando la devaluación, otros no han entregado; hay de todo. Nosotros tenemos una nómina de 1.200 proveedores, con más de cien de ellos tenemos acuerdos estratégicos y tratamos de llegar a buen puerto. En definitiva, hemos encontrado un punto de encuentro”, definió.
El cumplimento de los contratos pactados con los armadores es otra de las variables alcanzadas por los vaivenes del contexto.
“Hay una demora en los pagos, pero es razonable y entendible para la situación del país. Lo bueno de esto es que siempre hay acuerdo. Si tenemos que acompañar, acompañamos. Y si en algún momento tenemos alguna necesidad en particular, nos acompañan ellos a nosotros”, explicó.
Mano de obra ocupada
Actualmente el astillero ocupa a unos 390 trabajadores, esto incluyendo a los establecimientos de Caleta Paula y Campama. De esa planta de obreros, unos 240 operan en Mar del Plata, considerada sede central y coorporativa; es decir, que presta servicio al resto de las unidades.
“Con el gremio (Saon) estamos en buena relación. Por el volumen de trabajadores que tenemos, somos una de la empresas representativas del sector. En términos generales, estoy muy satisfecha porque nosotros tenemos un contacto directo con la gente y la gente nos ha acompañado«, analizó Cipolla.
El desafío próximo para ambas partes será canalizar la discusión paritaria; aunque todavía es prematuro hablar de números. Desde la empresa prefieren esperar hasta febrero o principios de marzo para tener un panorama más claro respecto a precios e inflación y a partir de allí encontrar un punto de equilibrio.
Las gradas del astillero tendrán plena ocupación hasta marzo por la demanda del sector. Influencia del nuevo contexto económico.