La industria pesquera extractiva enfrenta un 2025 crítico: caída en desembarques, presión fiscal asfixiante y un esquema de distribución desigual que golpea su sustentabilidad. Mientras la merluza y el langostino patagónico enfrentan escenarios de rentabilidad cuestionable, la incertidumbre en alta mar refleja una crisis que se profundiza en tierra firme.
Categoría: sector pesquero
El sector pesquero argentino se encuentra en una encrucijada. La política de contención salarial del gobierno, sumada a la alta inflación y la devaluación del peso, está generando tensiones en las negociaciones paritarias y poniendo en riesgo la sostenibilidad de la industria. La necesidad de encontrar un equilibrio entre las demandas de los trabajadores y la competitividad del sector se presenta como un desafío urgente.
La Comisión de Intereses Marítimos del Senado aprobó avanzar con la Ley de Fraccionamiento Pesquero. Sin embargo, gremios advierten sobre riesgos de judicialización y consecuencias graves para miles de empleos, especialmente de mujeres en el sector pesquero.
En una reunión clave realizada en Mar del Plata, SICONARA reafirmó su compromiso con la modernización del Laudo 4/75, piedra angular de la regulación laboral en la industria pesquera. El sindicato busca consensos para actualizar el marco normativo y garantizar derechos laborales en un sector en constante evolución, dando inicio a la temporada de pesca 2025.
Mar del Plata se consolida como un polo exportador clave en Argentina, liderado por el sector pesquero y una diversificación creciente. Sin embargo, el progreso contrasta con la desidia estatal en infraestructura y planificación, que afecta gravemente el desarrollo económico local.
Mientras Javier Milei proclama que “los impuestos son un robo” y defiende su agenda libertaria, las políticas en el sector pesquero argentino revelan un aumento de cargas fiscales sin precedentes. ¿Coherencia ideológica o pragmatismo recaudatorio?
Las exportaciones de merluza Hubbsi crecieron un 43% en volumen durante 2024, alcanzando 97 mil toneladas. Sin embargo, los precios internacionales cayeron un 7%, lo que pone presión sobre la rentabilidad del sector. Diversificar mercados y optimizar la producción son claves para enfrentar este desafío, pero con Tipo de Cambio anclado e Indices de Precios al Consumidor dos veces por encima del acomodamiento mensual, es cuestión de tiempo ver el impacto sobre los distintos segmentos de empresas del sector merlucero.
Los sindicatos marítimos argentinos (SOMU, SI.CO.NA.RA. y SIMAPE) rechazan la propuesta salarial basada en el IPC, exigiendo recomposición que reconozca una mayor productividad y garantice mejores condiciones laborales.