La presente temporada de zafra de corvina se presenta marcada por un notable retraso temporal en comparación con años anteriores. A pesar de ello, las capturas más significativas en términos de volumen y tallas se están registrando en el margen norte del Río de la Plata, específicamente en aguas adyacentes a Uruguay. Esta región ha sabido aprovechar el recurso cercano a su puerto, aunque enfrenta el desafío de una zona de veda próxima a Pontón Recalada, que limita la accesibilidad y afecta el perfil de descargas.
Para los pescadores uruguayos, la actual temporada muestra un rendimiento aceptable, que va de menor a mayor y ahora con la biomasa mucho mas cercana al puerto. Sin embargo, en esta zona, los costos se han alineado estrechamente con los precios internacionales de venta. Este año, el mercado con mayor relevancia para las exportaciones de corvina se sitúa en la costa oeste de África, específicamente Camerún, que utiliza el mismo reefer que levanta la producción marplatense y después hace recalada por el puerto de Montevideo previo destino final ese país africano.
Camerún ha experimentado un crecimiento notable como destino de las exportaciones de Uruguay en las últimas semanas, superando a China como principal receptor de esta especie por primera vez en varios años.
La mano de obra, tras un cese de actividades que se prolongó por siete meses a causa de tensiones gremiales, ha recobrado protagonismo, experimentando un incremento en moneda dura cercano al 18%. Este aumento ha incrementado los costos operativos, a pesar de la negociación favorable respecto al precio del gas oil, que se sitúa en torno a USD 0.75 por litro, gracias a un acuerdo entre el sector pesquero y la principal petrolera estatal, ANCAP.
Los precios de venta en boca de bodega se mantienen similares a los equivalentes $1100 que se registraban en el puerto marplatense.
No obstante, hay que destacar, en el segmento local, la llegada de la flota fresquera de altura ha influido en el mayor volumen de descargas, provocando una caída de aproximadamente el 12% en los precios en muelle, que desde los $1100 que se negociaba corrido, hoy ya se encuentra en torno a los $980.
Desde la Asociación de Embarcaciones de Buques Pesqueros Costeros y Fresqueros se anticipa que, a medida que aumente considerablemente el volumen de descargas en los próximos días, los precios podrían ajustarse a un rango cercano a los $800. Esta fluctuación refleja una demanda activa que capitaliza la situación, evidenciando la robustez de los embarques destinados a la exportación, en su mayoría con destino a la costa occidental africana, que aprovecha el mayor volumen en el muelle.
En cuanto a la flota de costeros, el desempeño ha sido decoroso, especialmente para aquellos que operan en la Bahía de Samborombón, con puerto base en General Lavalle. Por su parte, los pescadores artesanales, que han proliferado en los últimos años, encuentran el recurso algo alejado de sus zonas de operación, dirigiéndose principalmente hacia Punta Indio en busca de distancias más cortas al recurso, que hoy, quedó algo alejado para ese segmento de flota.
A partir de datos oficiales al 17 de septiembre de 2024, la temporada arroja un saldo de 10.159,4 toneladas descargadas por la flota costera, 6.985,0 toneladas por el segmento de fresqueros de altura y 11.379,7 toneladas en embarcaciones de menor tamaño. El total general desde enero alcanza 28.524,29 toneladas, superando ya el total del año 2023, que fue de 27.837,40 toneladas.
En resumen, la zafra de corvina de 2024 se presenta como un ciclo en transformación, donde las condiciones del mercado y los factores operativos influyen en el desarrollo de esta actividad esencial para la economía regional quizá afectada por el depreciado valor de la merluza originando un éxodo hacia la corvina rubia con mejor precio que fue aprovechado por la flota fresquera de altura que, al volver de la pesquería de langostino, prefirió operar a la pareja en esta especie, con el agravante para el segmento menor que espera la zafra para poder solventar los costos operativos del resto del año encontrándose con volúmenes de descargas en alza y precios presionando a la baja. La adaptación de los castigados viejos pescadores serán clave para navegar los retos que deben atravesar impuesto por un modelo financiero que termina por romper los principios básicos de la normal convivencia, sabiendo que no serán ni los primeros ni los últimos, ya casi en un final de la zafra 2024 donde la incidencia de la flota mayor, apuró la demanda y derritió precios.