Desde el año 1799 se celebra en nuestro país el Día de la Marina Mercante, en conmemoración de la actividad comenzada por la Real Escuela de Náutica, tal su denominación original, siendo esta escuela el primer instituto de enseñanza superior dedicado a las Ciencias Exactas que se erigió en el Río de la Plata.
La creación de esta escuela fue aprobada durante el Virreinato por el Real Consulado de la Industria y Comercio de la Ciudad de Buenos Aires como iniciativa de Manuel Belgrano, quien por esos días tenía a su cargo la Secretaría de Industria y Comercio del Consulado Real Santa María de los Buenos Aires.
La idea de Belgrano era fundamentada en la necesidad de contar con una flota propia de carácter mercantil y así fomentar los conocimientos de la ciencia náutica.
Justamente un 25 de noviembre, pero de 1799, comenzaron los cursos de los cuales fueron egresados quienes luego serían piezas trascendentes en la historia argentina, tal el caso de Bernardino Rivadavia, Lucio V. Mansilla y Mariano Moreno (h). La iniciativa concretada de Manuel Belgrano del instituto de enseñanza superior tiene como objetivo la formación de los oficiales de la Marina Mercante en todas las especialidades que requiere el servicio de los buques de ultramar y precisamente el día del inicio de los cursos, hace 222 años, es el que se eligió para celebrar el Día de la Marina Mercante.
La institución brinda a los alumnos una preparación integral que les permite realizar eficientemente la conducción y el mantenimiento de buques, trabajando en buques mercantes tanto de bandera nacional como de otras banderas, cuya tarea principal es el transporte de mercaderías dentro y fuera del territorio argentino.
Los oficiales que allí se forman en todas las especialidades son requeridos para el servicio de los buques mercantes de ultramar, tal el caso de graneleros, petroleros, portacontenedores, porta minerales, cruceros y otro tipo de embarcaciones que sin estar destinadas directamente al comercio, realizan tareas de asistencia y apoyo, como por ejemplo las dragas, los balizadores y los remolcadores.
En lo referido a la preparación integral del marino mercante, la Escuela Nacional de Náutica realiza tareas fundamentales como la formación para sus cadetes y la capacitación para el personal graduado de la Institución.
En lo que respecta a la formación del marino, la Escuela dicta las carreras de Pilotos de Ultramar, vinculadas a las distintas licenciaturas como la de Transporte Marítimo, Maquinista Naval con Licenciatura en Plantas Propulsoras Marinas. Estas licenciaturas tienen una validez a nivel internacional, siendo reconocidas por la OMI, que habilitan al egresado a ser el responsable legal y operativo de la conducción, mantenimiento o gestión del buque en sí.
De acuerdo a la especialidad universitaria elegida, que puede ser Oficial de Cubierta u Oficial de Máquinas, los alumnos puede recibir una doble titulación, el título profesional de Piloto de Ultramar y licenciado en Transporte Marítimo o de Maquinista Naval y licenciado en Plantas Propulsoras Marinas, respectivamente.
Los egresados como oficiales de Cubierta pueden dirigir una unidad de un puerto a otro, efectuar las maniobras necesarias y operar comercialmente, mientras que el oficial de Máquinas será la responsable de la planta motriz del buque, de la operación y mantenimiento de las plantas propulsoras, servicios principales, generadores y sistemas auxiliares.
Desde PESCARE saludamos a cada uno de los Marinos Mercantes en su día, destacando la enorme tarea que realizan, con compromiso, con dedicación y con pasión por algo que es no solo el medio de vida de miles de personas, sino también un eslabón en la cadena productiva vinculada a la navegación. Muchas veces decimos que la pesca es una sola, hoy, en reconocimiento a quienes desarrollan tareas en la Marina Mercante, podemos decir que las tareas en cualquier tipo de buques es una sola, la misma, navegar, transportar y siempre llegar a puerto salvaguardando la seguridad en la navegación, de los tripulantes, la embarcación y de terceros.