Mar del Plata, principal centro pesquero de la Argentina e hist贸rico coraz贸n productivo del sector, atraviesa d铆as de inquietud profunda. La actividad, que ya ven铆a transitando escenarios dis铆miles en el plano operativo, se ve ahora impactada por una sucesi贸n de factores que van desde la presi贸n sobre los c谩lculos de las cuotas remanentes o sobrantes de merluza entre lo capturado y lo asignado por CITC, hasta un deterioro creciente del marco de seguridad jur铆dica posible, una vez m谩s, desde 芦el sur芦.
Este 煤ltimo, marcado con crudeza por el affaire Red Chamber鈥揚rofand鈥揈mbajadas鈥揋obierno de Chubut, reaviva la sensaci贸n de un entorno institucional fr谩gil, poco serio y atravesado por intervenciones que enturbian la operatoria privada, por m谩s que algunos actores intenten revestir el cuadro con una transparencia que, a todas luces, no existe.
En este clima, Mar del Plata comienza a realizar sus propios c谩lculos. Concretamente, ya se analiza con preocupaci贸n lo que diversas empresas buscan instalar como eje de la agenda pesquera: la cuotificaci贸n del langostino. La pr贸xima semana, una reuni贸n en la Ciudad Aut贸noma de Buenos Aires congregar谩 a representantes del sector congelador, donde 鈥攕eg煤n voces del puerto鈥 se intentar谩 impulsar 鈥渓a posible cuotificaci贸n bajo el hip贸crita argumento de ordenar la pesquer铆a鈥, tal como se coment贸 en las 煤ltimas tertulias entre parroquianos del m铆tico y tradicional Michelangelo, en el complejo comercial del puerto marplatense.
La controversia es profunda y no se limita a la cl谩sica divisi贸n norte鈥搒ur o fresquero鈥揷ongelador. Los alineamientos se fragmentan a煤n m谩s: bodegas contra bodegas, permisos irrestrictos frente a historias de captura, y lecturas t茅cnicas frente a intereses corporativos. Lo central es que, para quienes sostienen la integridad del recurso, la discusi贸n no puede avanzar sin un proceso previo de esclarecimiento operativo.
Los propios n煤meros reflejan esa opacidad, nadie tiene del todo claro cu谩l es el verdadero l铆mite normativo de un sistema regulatorio de leyes federales, provinciales, resoluciones y que se aplica con criterios orientativos, el谩sticos, cambiantes y muchas veces contradictorios y a medida del usuario. Nadie puede dejar de reconocer que, incluso el constante monitoreo de la PNA a toda la flota comercial pesquera, apenas un barco con velocidades compatibles a las de pesca, toca una 谩rea vedada, el sumario y la infracci贸n desde las distintas 谩reas de control y fiscalizaci贸n son inminentes y jugosas.

Mientras tanto, y con el mal tiempo ya superado, unos once buques fresqueros de la flota de Rawson comenzaron la b煤squeda de concentraciones de langostino, ayer. La tarea es ardua. Los vientos que azotaron el litoral mar铆timo de Chubut y Santa Cruz 鈥攃on picos de 215 km/h鈥 dispersaron la biomasa, dificultando cualquier intento de agrupar card煤menes de magnitud suficiente para iniciar formalmente una temporada que ya se perfila como dilatada y compleja en aguas provinciales.
A esto se suman trascendidos que a煤n no han podido verificar para esta redacci贸n. Trasciende nuevamente que hubo embarcaciones desplaz谩ndose m谩s all谩 de las 12 millas por lapsos de entre 40 y 85 minutos, y otras navegando a velocidades compatibles con maniobras de pesca desde las 19 hasta la 1 de la ma帽ana, algo expl铆citamente vedado en la propia violada y maltratada Resoluci贸n CFP Nro. 7/2018.
Ante ese tel贸n de fondo, uno de los referentes m谩s respetados del puerto sintetiz贸 la preocupaci贸n del sector: 鈥渁ntes de hablar de cuotificaci贸n primero hay que transparentar la operatoria, porque al final quienes impulsan ordenamiento en aguas nacionales son los mismos que en la provincia hacen lo que quieren y miran para otro lado, y lo peor es que las voces de Mar del Plata que llevaban la bandera en defensa nuestra, por edad, por falta de representaci贸n o por conveniencia, quedaron silenciadas鈥. Lo dijo mientras compart铆a mesa con uno de los hist贸ricos del puerto, un hombre que comenz贸 a los doce a帽os arriba de la lancha de su padre y cuya voz a煤n pesa entre armadores hist贸ricos y contempor谩neos en los muelles marplatenses.
El resultado es un caldo de cultivo complejo que en la incipiente introducci贸n a la cuotificaci贸n, ya muestra un tenor que no ser谩 sencillo. En Mar del Plata, la discusi贸n sobre la cuotificaci贸n del langostino empieza a elevar la temperatura. Y en el sector pesquero, cuando la temperatura sube, rara vez trae certezas.
La actividad ya enfrenta los embates del clima, de los costos, del cambio clim谩tico y del desgaste natural provocado por costos, -que por momentos fue asfixiante,- para no entrar en el detalle de la complejidad de gremios que tambi茅n necesitan un escenario de recomposici贸n frente a la masa que representan. Todo un desaf铆o. Ahora se suma un escenario pol铆tico que observa con detenimiento lo que muchos preferir铆an mantener lejos de la luz.
El riesgo es evidente, la tensi贸n institucional puede terminar golpeando el coraz贸n productivo del pa铆s en un momento en que la pesquer铆a exige reglas claras, previsibilidad y un ordenamiento sustentado en criterios reales. Parad贸jicamente, quienes hoy promueven con 茅nfasis el discurso de la transparencia son, justamente, los que a煤n no han logrado demostrarla en sus propias pr谩cticas, un contraste que el sector observa con una calma tan prudente como elocuente.









