La industria global de ingredientes marinos atraviesa un escenario de contrastes: mientras la producción se ve limitada por factores climáticos y la menor disponibilidad de materia prima, el mercado chino anticipa una recuperación de la demanda para la segunda mitad de 2025.
En Perú, la primera temporada de pesca de anchoveta en la zona norte-centro concluyó el 23 de julio, antes de lo previsto, debido a la alta proporción de ejemplares juveniles detectados en las capturas diarias. Aun así, se logró desembarcar más del 80% de la cuota asignada de 3 millones de toneladas. La medida, respaldada por el Instituto del Mar del Perú (IMARPE), busca preservar la sostenibilidad del recurso. Tras el cierre en el norte, se inició la temporada de pesca en la región sur de este importante productor.
De acuerdo con el último informe de Marine Ingredients Organisation (IFFO), la producción acumulada en los primeros meses de 2025 experimentó una baja en la producción, atribuida principalmente a la menor actividad en países europeos, especialmente en el norte del continente. Aunque otros miembros del IFFO registraron crecimientos, el bajo desempeño europeo, sumado a menores tasas de extracción de aceite en Perú, generó una leve reducción en la producción mundial de aceite de pescado. Esto contrasta con las proyecciones iniciales de la organización, que estimaban 5,6 millones de toneladas de harina de pescado y entre 1,2 -1,3 millones de toneladas de aceite para este año.
Perú se destaca como el auténtico termómetro y principal regulador de la oferta en el mercado global de harina y aceite de pescado, concentrando una imponente cuota del 45 % de participación. En un distante segundo lugar, Taiwán mantiene un sólido 17 %, reafirmando su posición como actor relevante, aunque claramente subordinado al liderazgo indiscutible del país andino.
En China, el principal demandante de estos productos, la producción local de materia prima de origen marino se mantiene limitada por la veda de pesca costera vigente durante el verano, lo que obliga a depender del pescado congelado y de subproductos de plantas procesadoras. Sin embargo, las perspectivas mejoran para el segundo semestre: el incremento en la actividad de siembra, la reducción en los costos de alimentos balanceados y un contexto más favorable para los acuicultores impulsan expectativas de una fuerte recuperación del consumo de alimentos acuícolas, lo que interactuará con los precios ante una demanda firme y sostenida de proteína bruta de origen marino.
Durante su cumbre de junio en Foshan, el IFFO anticipó que la demanda china de ingredientes marinos podría incluso superar los niveles de 2024, presionando al alza la demanda global de harina y aceite de pescado.