Como todos los años, el éxodo de la flota potera extranjera comienza por dos trazados distintos. Quienes lo hacen desde los puertos de sudeste asiático a través del sur de Ciudad del Cabo, en Sud África, por el Océano Atlántico, y quienes completan la temporada desde aguas afuera de Perú, al sur de Islas Galápagos, que arriban por los canales fueguinos o directamente, con un costo algo más bajo, al sur del Cabo de Hornos.
Cualquiera de los dos derroteros, modernos buques, algunos de reciente puesta en servicio, año 2021 o 2022, con capacidad de bodega de 1500 toneladas, ponen su proa directamente donde una gran flota de arrastreros españoles y chinos, junto a algunos poteros residuales que pasaron el año pescando donde apareció concentración de Calamar illex Argentinus, sin promediar veda ni respetando sus ciclos reproductivos y tamaños, confluyen en una zona de pesca al borde de la milla 200, entre el paralelo 45 Sur y el 46 30 Sur.
Ademas, una flota de buques coreanos, estos, pescando en la modalidad de palangre, integran el total de 227 buques concentrados hasta ayer en un sector donde la plataforma continental con profundidades menores a 200 metros se extiende por fuera de la milla 200, lo que hace propicio la pesca como rebalse de especies del mar argentino.
El éxodo de la flota que pescó hasta hace algunos días aguas afuera de Perú, solicitó autorización de tránsito a las autoridades argentinas, donde un primer grupo inicial encabeza el Convoy, aguas afuera de Río Gallegos, de unos 47 buques, como cabecera de una larga lista que con rumbo sur navega desde las costas de Viña del Mar, en forma sucesiva hasta el ingreso a aguas del canal de Beagle, para ingresar al mar argentino y situarse, hasta fines de agosto, aguas afuera de la ZEEA desde el paralelo 47 hasta el 42, según donde la concentración sea más relevante para su captura, navegando desde enero a agosto, mientras el calamar crece arrastrado por la corriente fría de Malvinas, que junto a la cálida de Brasil, generan un ambiente propicio para la creación de plancton, fitoplancton y especies que son parte de su cadena trófica.
Así es como todos los años, la flota extranjera de bandera principalmente china, aunque hay de Corea del Sur y Taiwán, en modalidad potera, levanta todo tipo de calamar sin importar tamaño y estado. Puesto que el de menor talla es utilizado para carnada de palangreros, y buques que utilizan trampas para la captura de otras especies de más alto valor económico.
Además de capturar un recurso transzonal, siendo Argentina país ribereño con derecho sobre el recurso, fuera de la milla 200, vale todo. Es imposible competir, primero porque no se respetan épocas y zonas de veda, pescan todo e laño, segundo cuando no hay control del tamaño, si hay calamar; se pesca. Y por sobre todo porque las costos operativos de esa flota son muy distintos que la flota potera nacional, puesto que el gasoil utilizado para navegar y para mantener encendidas cerca de 250.000 lámparas como la generación de frio para las bodegas, es subsidiado por el gobierno de China, que muchas veces integra sociedad con empresas mixtas privado estatales.
Por otro lado, hay que destacar, que esta flota transborda su captura y carga combustible en alta mar, por lo que los costos de descarga en puerto (cercanos a 85.000 dólares por descarga bajo CCT) se evita, como, así también, los impuestos sobre el gasoil exentos en altamar.
Los salarios de la tripulación a veces caen a 150 dólares mensuales, mientras en buques argentinos, los valores son más de una decena de veces superior; compartiendo los mismos clientes y mercados internacionales, siendo una competencia desleal en detrimento de la potera nacional.
Su objetivo, va más allá del usufructo pesquero, pues en principio sientan peligrosamente un precedente de ocupación del espacio que ningún otro país ocupa, y por otro lado el valor geoestratégico de presencia de China en el Atlántico Sur, donde no está comprobado, pero algún buque simula pesquero, pero su destino es de inteligencia y control del tráfico marítimo en la zona.
Cualquiera sea la actividad, lo concreto es que este año como los anteriores, la flota que engrosa la potera y arrastrera extranjera sobre la milla 200 aguas afuera de la Patagonia argentina, llegará a 450 unidades navales, generando una captura de calamar illex, que comparte el mercado y el precio pero cuyos costos son varias veces inferiores constituyendo un grave perjuicio a la flota nacional.
Por último, hay que decirlo, esa flota potera fuera de la milla 200, es un testigo de la latitud donde se encuentran las concentraciones del calamar, actualmente, mientras pescan entre el paralelo 45S al 46S, la flota nacional que saldrá los primeros días de enero, tiene la obligación de pescar al sur del paralelo 49S, algo que debiese reconsiderarse, y en caso de buscar un testeo sobre el recurso, debiesen hacerlo los buques del INIDEP y no así con la flota comercial. Este año 2023 no hubo campaña a la especie calamar a bordo de buques del INIDEP. Poco serio con la millonaria participación de aportes al FO.NA.PE. por parte de la flota nacional.