Los intereses marítimos son el conjunto de beneficios que un país o individuo obtiene del mar. Estos beneficios pueden ser económicos, sociales, ambientales, estratégicos y/o de seguridad.
El mar argentino, ubicado en el Océano Atlántico Sudoccidental, abarca la porción menos profunda del margen continental argentino. Con alrededor de un millón de kilómetros cuadrados, es conocido por su importante pesquería. Es un mar litoral y epicontinental, con una plataforma de suave pendiente que se extiende hasta los 200 metros de profundidad, incluso por fuera de los límites de la milla 200 que trae aparejado un fuerte rebalse de especies marinas codiciadas por su alto valor de mercado, donde ademas operan mas de 430 buques de nacionalidades varias, sin constituir pesca ilegal para nuestro pais, ya que lo hacen en aguas internacionales.
Al este, presenta un talud submarino, con cañones submarinos y una emersión continental constituida por numerosas islas que generan lugares óptimos para los recursos vivos marinos. La circulación de aguas incluye la Corriente de Malvinas y la Corriente de Brasil, con aguas de plataforma cerca de la costa, influenciadas por varios factores.
El mar argentino, es una fuente de riqueza e ingresos para la Nación como base de uno de los caladeros mas importantes del mundo, que a diferencia de otros desaparecidos o con curvas de biomasa en franco descenso, mediante una buena administración sustentada en base a la Ley Federal de Pesca 24.922 permitió sostenibilidad de sus recursos y sustentabilidad económica y social para quienes interactúan con el mismo.
La cuestionada Ley Federal de Pesca, ha sido un modelo, un paradigma que ha permitido recomponer 3 aspectos fundamentales que después de la década del ’90 habían colapsado, y son:
- Económico: Las participaciones privadas y todo el núcleo integrado por el clúster pesquero argentino ha crecido en una base de sustento genuino, sin créditos y endeudamiento. Sin demandar dinero del sistema financiero permitiendo crecer en base a su propia retroalimentación.
- Biológico: La pesca olímpica de aquellos años producto de malas políticas, de vuelo corto e imprevisor, sin tener en consideración que el recurso vivo del mar es un recurso renovable si es bien administrado, y para ello hace falta un estricto y permanente control y monitoreo de biólogos y científicos del INIDEP para garantizar los umbrales de sostenibilidad de la biomasa de las especies. Así fue, y permitió a lo largo de estos 25 años recomponer especies como la merluza hubbsi, el principal recurso económico del mar argentino, desde las casi extintas 90.000tn anuales hasta las 310.000tn actuales, en un esfuerzo sin precedentes y mancomunado de las provincias, la administración, el INIDEP y principalmente le sector privado que pudo adecuarse a aquellas magras capturas y catapultarse para lo que es hoy el cluster pesquero naval argentino.
- Social: porque sin pescado, no hay industria, no hay inversión y tampoco trabajo. La conflictividad laboral se ha bajado a límites mínimos en contiendas que tienen que ver con diferencias menores en los ajustes salariales, pero no de fondo como en aquellos años.
El sistema, el paradigma encontrado a través de la Ley Federal de Pesca, funcionó ya que no hubo objeciones de ningún participante acerca de la instrumentación de la misma, por el contrario, fue un conjunto de normas que permitió la evolución desde las cenizas hasta una industria primaria extractiva, industrial y procesadora exportadora de altos estándares de nuestro país.
La importancia de un país que vuelve a tener una visión comercial y estratégica de nuestro mar, y el renovado aire de la Comisión de Interés Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios impulsado por su propio Presidente, el Diputado Nacional por Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Héctor Stefani, dentro de un organismo que sin dudas volverá a estar en la primera plana de las noticias, con los dos proyectos de Ley que se reimpulsarán como el DNU y la Ley Bases, es sin dudas, el vínculo para el acceso al resto de la Cámara de Legisladores. Lo secunda, su Vicepresidente, el Diputado Nacional por Chubut, Cesar H.Treffinger y una comisión conformada por 31 parlamentarios en total.
Desde su nombramiento, Stefani, solo ha tenido un objetivo, conocer a cada participante del sector, buscar cuales son sus preocupaciones y analizar en un futuro inmediato como desarrollar la actividad parlamentaria con el sector pesquero y no de espaldas al mismo como otras administraciones cuyo rumbo tomaba en el tiempo un gran distanciamiento de una actividad que genera empleo, riqueza y divisas para la Nación.
A horas de su nombramiento, ya impulsa el deseo de una apertura en sesiones del CFP, lo que muestra un estilo de gestión.

Las expectativas del sector, que fue convocado a través de Intercamaras la semana pasada, y previamente en una charla informal en el seno del Astillero Naval Federico Contessi, con la botadura del BP Americano, además siendo el único funcionario que participó de un evento histórico para la industria naval marplatense, ya que en la semana, Además del Americano, se habían colocado la quilla para la construcción de dos buques para la firma Conarpesa en el SPI Astilleros, comienza a dar indicios que la flamante Comisión de Intereses Marítimos, busca un rol inédito dentro del esquema legislativo argentino y que la pesca se posiciona como autor y participe de un modelo de país volcado al trabajo, la producción y la inversión, que solo necesita certezas y sacarse el pie burocrático de encima para lograr el dinamismo y eficiencia que ha demostrado tener.
Con tamaña responsabilidad y predisposición de la nueva Comisión de Intereses Marítimos del parlamento; la esperanza de lograr objetivos comunes comienza a ser una realidad. Soplan mejores vientos, y el camino es a través del diálogo, reglas de juego claras sostenidas en el tiempo, dedicación y responsabilidad social empresaria.