No hay muchos buques en nuestro país con permiso para la pesca de centolla, no llegan a media docena los que pueden dedicarse a ello. Si bien es un mercado interesante en el mundo, no muchos van por ese camino. A pesar de ello, en pocos días, Argentina tal vez tenga el certificado de MSC, aunque aún está en proceso y no hay certeza de conseguirla.
Cuando decimos un mercado interesante es por el alto valor que tiene en los mercados extranjeros, sin ir más lejos en 2020 se exportaron 1100 tn. a un valor promedio de U$S 17.000.
En la Argentina existen empresas que pertenecen a Rusia, pero su pretensión no es nuestro mercado interno, sino poder llegar hasta los Estados Unidos que es ahí donde existe un alto consumo, no tanto a nivel doméstico, sino a nivel gastronómico, donde la centolla patagónica cobraría un alto valor y se piensa en rentabilidades muy optimistas.
Los especialistas del INIDEP, han cubierto el 85% de las capturas, con observadores a bordo, notando que es una de las pesquerías más importantes de nuestro país.
En la Argentina solo se pueden capturar animales machos y se debe usar un arte de pesca que permita el “escape” a los juveniles, teniendo en cuenta que tienen una tasa muy baja de reproductividad, y una larga vida útil.
Como todas las especies tienen “amenazas”, y ese “enemigo” no es otro que el propio hombre.
Los proyectos de exploración petrolera son los principales obstáculos para lograr detectar esta especie, que por su propio instinto, va a seguir migrando como lo hizo ya la centolla ante la aparición del camarón rojo y “se fue” hacia el norte.
Hay una empresa (Bentónicos), que posee el permiso para ir por el ansiado producto, más allá de la consabida y siempre nombrada milla 200, pero para ello deberán adaptar sus artes de pesca para poder trabajar en aguas más profundas.
Desde 2019 se está tratando de lograr que se exporte centolla viva, lo que constituiría un enorme atractivo para los mercados internacionales. Ya se había comenzado con el proyecto pero la pandemia, hizo detener las iniciativas, que previo al inicio del proyecto, tuvieron su comienzo en la construcción de una planta en Puerto Deseado. Otras modalidades que están en estudio, e incluso para otras especies PREMIUM, es el análisis de factibilidad, desarrollo y prueba de bodegas inundadas y con procesos de refrigeración de agua salada en bodega, algo ambicioso como novedoso para estas latitudes., que además bien podría mitigar la tan preciada calidad de algunos productos de delicado manejo.
Técnicamente es posible transportar la especie viva, y según especialistas, el precio actual, donde se vende el producto cocido y congelado, podría duplicarse en principio, dada la novedad, pero también podría generar un fuerte aumento cuando los puertos de arribo empiecen a multiplicarse.
No hay que perder de vista esta otra opción que da el riquísimo Mar Argentino, pero siempre debe tener el control del órgano de competencia, el propio CFP, que lo viene haciendo acorde a las necesidades de los diversos sectores.