Recomponer las historias de tragedias no es tarea sencilla ya que se mezclan emociones y pensamientos y la tarea de abstraerse mentalmente no es fácil a menudo, por lo menos para algunos.
El fuerte vínculo del sector pesquero con el que convivimos a diario, hace que en más de una ocasión tengamos que hacer una pausa, tomar aire y seguir.
Sin entrar en precisiones de horarios, ni buscar aspectos técnicos, nos adentramos con todo respeto en la historia, la que escribió el B/P “Rigel” y su tripulación
Casi finalizando el viernes 8 de junio de 2018, se generaba una enorme preocupación en la comunidad pesquera toda. Es que desde Prefectura Naval Argentina se declaraba un caso SAR ya que el Rigel, que se encontraba navegando al sur de Puerto Madryn, había registrado su último contacto a la hora 23:00 y mientras se desataba un intenso temporal en el derrotero entre Mar del Plata y la zona habilitada a la pesca de langostino en aguas nacionales.
Aún estaba vívido el recuerdo de lo ocurrido poco tiempo atrás donde naufragó otro buque: el Repunte.
El Monpesat ya no respondió luego de las 23, al igual que el Inmarsat y AIS, tras emitir una señal de emergencia la EPIRB, que activó el operativo de búsqueda por mar y por aire.
Los esfuerzos denodados por encontrarlo continuaron. Se hizo un rastreo submarino del SR-15 Tango, en una zona donde se destelló la radiobaliza (EPIRB).
Los buques pesqueros, con los códigos propios del mar, abandonan sus tareas y colaboran con la búsqueda.
El B/P “Xeitosino”, el “Sirius II”, el “José Américo”, el “Mara 1” y el “Minchos Octavo” fueron en la búsqueda de sus compañeros, de sus conocidos, de sus amigos.
Un avión B-200 sobrevoló la zona, más dos helicópteros y los guardacostas “Fique” y el “Prefecto Derbes” que había zarpado desde Puerto Madryn, buscando los 27 metros de eslora y los 6 de manga que tenía el “Rigel”.
Los gremios portuarios, tras conocer una de las más infaustas noticias, decretan un paro total, que fue acompañada por una enorme manifestación en las puertas de la sede de Prefectura Naval en Mar del Plata.
Esa noticia, que nadie quería dar ni escuchar, era el hallazgo del capitán del barco: Salvador Taliercio, “Toti” Taliercio, el mismo que recorrió las mismas aulas del Colegio Sagrada Familia al igual que Rodrigo Sanita, otro de los tripulantes que supiera destacarse como jugador de fútbol en Aldosivi y que era el segundo patrón del barco, tras capacitarse en la UTN marplatense.
Néstor Fabián Rodríguez, jefe de máquinas –necochense-, Cristian Osorio, su auxiliar, más los marineros Jonatan Amadeo, Nahuel Navarrete, Carlos Daniel Rodríguez junto a quienes, como tantos otros llegaron de otra provincia como Luciano Mierez y Rodrigo Blanco, habían zarpado el 5 de junio de 2018, poniendo el pecho y los hombros al trabajo, a la vida.
Las manifestaciones se sucederían en los días siguientes junto a familiares del “Repunte” y del submarino ARA “San Juan”.
Tras 26 días, en cercanías de las costas de Rawson en la provincia del Chubut fue hallado el casco, o dicho con más precisión, fue detectado que estaba a unos 93 metros de profundidad, a la altura de Punta Tombo, dato aportado por el INIDEP ya que a través del BIP “Víctor Angelescu”, había realizado un barrido con un sonar de última generación.
En el operativo participaron cerca de 100 efectivos de Prefectura, medios terrestres, aéreos, de superficie.
La bronca y la indignación de los familiares se acrecentó cuando conocieron la noticia que el Estado argentino “aún no había definido si se iba a instrumentar algún operativo para intentar buscar los cuerpos de los tripulantes”, según había surgido de fuentes oficiales, argumentando, entre otras cosas, que necesitaban confirmación al menos a través de las imágenes aportadas por el ROV.
El personal del guardacostas SB-15 “Tango”, que operaba el robot a distancia (ROV), pudo detectar las inscripciones en el casco: “Mar del Plata” y “Rigel”, este ultimo, habiéndose desprendido el tangón de babor, que nunca se lo hallo en las cercanías.
Algunas voces se silenciaron, a otras trataron de callarlas, otras se siguen escuchando.
Desde PESCARE vaya nuestro recuerdo para los tripulantes, el abrazo sincero a sus familiares y el deseo de que cosas como estás no ocurran más. No se trata de buscar responsables toda vez que ocurre una tragedia, se trata de que no ocurran, de que todos y cada uno, sea responsable de la parte que le toca hacer para resguardar a esos hombres que día a día van por el sustento al Mar Argentino.