Ayer, 9 de diciembre de 2025, se formalizó y quedó definitivamente concluida la operación de compra–venta de dos unidades fresqueras, junto con la transferencia de sus correspondientes permisos de pesca, estableciendo asà el punto de partida de un nuevo ciclo empresario orientado a la recuperación de activos y a la expansión con integración vertical.
Por la parte vendedora, la transacción fue instrumentada por el entramado corporativo vinculado a la casa central china Dalian Huafeng Aquatic Product, cuya presencia en la Argentina se canaliza a través del Grupo Arbumasa Pesquera Austral y, en el plano estrictamente operativo —incluidos los permisos de pesca—, mediante su controlada Pesquera Chiarmar y Ardapez S.A..
En cuanto a la identificación técnica de las embarcaciones, se trata del Huafeng 818 (ex Letare, Mat. 0245), botado en 1981, con 25.15 metros de eslora y 6.20 metros de manga; y del Huafeng 819 (Mat.0438), botado en 1989, de 23.80 metros de eslora y 6.10 de manga. Ambas unidades, con capacidad de bodega de 1200 cajones, se encontraban inactivos, sin operaciones de pesca registradas y con caÃda de sus correspondientes Certificados Nacional de Seguridad de la Navegación (CSCN), a la espera de reparaciones navales de ejecución inminente.
La adquisición fue concretada por el binomio integrado por los empresarios Daniel Antonio y Luis Santander, compradores, socios y amigos, quienes definieron el movimiento como una apuesta estratégica de reinversión, con énfasis en la continuidad del trabajo y la integración de procesos productivos.
En palabras de Antonio, tras la firma: “Es una gran apuesta. Seguimos con nuestro norte de mayor participación en la actividad, entendemos que el mundo pide alimentos con valor agregado, y en ese sentido buscamos integrar estas dos unidades, a pesar de la adversidad que todos conocemosâ€, en una alusión explÃcita a la volatilidad de los mercados internacionales y a las restricciones de financiamiento. El monto total pactado por ambas embarcaciones ascendió a US$ 2,5 millones.
Desde el punto de vista operativo, el diagnóstico inicial fue expuesto con precisión: “el punto de partida es claro; ambos buques requieren trabajos significativos en astillero y a flote, para retornar a condiciones de navegación y producción que nosotros deseamos, eso esta contemplado en el precioâ€. En consecuencia, el plan inmediato contempla la ejecución de las reparaciones necesarias, el alistamiento junto al equipo técnico del astillero TPA —donde una de las unidades se encuentra desde hace algo más de diez dÃas— y la implementación de un cronograma que proyecta dejar ambas embarcaciones plenamente listas y operativas hacia marzo.
La proyección productiva quedó delineada conforme al encuadre regulatorio de los buques: ambos disponen de permiso nacional irrestricto de variado costero (sin langostino) y presentan ausencia de CITC de merluza. Este marco normativo se alinea con la estrategia definida por los nuevos titulares, centrada en una participación sostenida en el variado costero, con prioridad en corvina. La intención, según explicó Antonio, es que el Huafeng 818 y el Huafeng 819 trabajen “a la parejaâ€, bajo un esquema regular durante todo el año.
El destino comercial se articula sobre un objetivo rector: ordenar la captura y la oferta final a fin de ampliar el menú de productos disponibles y, con ello, incrementar las alternativas para los compradores. En esa arquitectura, la exportación ocupa un lugar explÃcito. Antonio indicó que el plan prevé despachos hacia paÃses del oeste de Ãfrica, donde la corvina exhibe demanda sostenida, y, simultáneamente, el fortalecimiento de vÃnculos comerciales ya desarrollados en Europa, incorporando nuevas opciones de abastecimiento, tanto en fresco como en congelado.
La expansión no se limita al mar. En tierra, el proyecto incorpora un capÃtulo decisivo: Antonio señaló que “se encuentra iniciada y avanzada una negociación para cerrar próximamente la compra de un establecimiento procesador con cámara de congelado, con la intención de consolidar un modelo integrado que vincule pesca, manufactura, frÃo y exportaciónâ€. La estructura, agregó, se proyecta con base familiar, incorporando integrantes de su entorno directo, con el propósito de conformar un grupo operativo robusto y sostener un rumbo empresarial de mediano plazo.
En el marco de esa ampliación, los titulares precisaron que el plan también se apoya en capacidades ya existentes: con estas incorporaciones, la intención es articular con los dos congeladores de Daniel Antonio, BP Pedrito y San Juan B, y con la flota que Santander ya posee y administra —BP Marlene del Carmen, Nddanddu, MarÃa Rita, Nueva Neptunia y Nddanddu—, con un objetivo declarado: producir alimento con destino exportación, diversificando presentaciones y disponibilidad para atender una demanda más amplia, agregando valor, transformando materia prima con mano de obra local y potenciando la generación de divisas derivada de las ventas externas.
Con el traspaso ya cerrado y el plan técnico en ejecución, el eje del nuevo ciclo queda nÃtidamente trazado: recuperar dos unidades que venÃan sin actividad, reencuadrarlas para operar con regularidad sobre el variado costero —principalmente corvina—, culminar la incorporación del establecimiento elaborador y sostener una oferta más amplia y consistente, alineada con una estrategia de continuidad anual y expansión exportadora.
Buena pesca, buena mar y el pleno cumplimiento de cuanto ha sido planificado: tal es el anhelo sincero de quienes conocen, de primera mano, el origen y la trayectoria de Daniel Antonio, desde aquellos dÃas inaugurales en que forjó su oficio como marinero hasta el porvenir que hoy diseña, codo a codo, junto a Luis Santander. Ambos, con derroteros labrados en el trabajo y una vida hecha de muelle y de mar, se disponen ahora —con temple, experiencia y vocación— a proyectar nuevos horizontes.






