La reciente modificaci贸n al C贸digo Alimentario Argentino (CAA), impulsada por el Gobierno a trav茅s del Decreto 35/2025, marca un cambio significativo en el comercio exterior de alimentos, con implicaciones directas en la industria conservera marplatense. Esta reforma promete optimizar los procesos regulatorios y, al mismo tiempo, reducir los costos asociados a la importaci贸n de productos alimenticios, en un esfuerzo por hacer m谩s accesibles los alimentos para los argentinos y fortalecer las importaciones y exportaciones del pa铆s.
El eje central de esta medida es la desregulaci贸n de las importaciones, espec铆ficamente en lo que respecta a los alimentos provenientes de pa铆ses con sistemas de control sanitario reconocidos y similares o superiores a los nacionales. Entre los pa铆ses que se benefician de esta flexibilizaci贸n se encuentran Australia, Canad谩, la Uni贸n Europea, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Israel, Jap贸n, Tailandia, Indonesia y el Reino Unido, todos ellos con rigurosos est谩ndares de seguridad alimentaria. Esta disposici贸n permitir谩 que los alimentos certificados en estos pa铆ses ingresen a la Argentina sin restricciones, eliminando la necesidad de realizar tr谩mites burocr谩ticos complejos como registros, autorizaciones y la presentaci贸n de muestras y productos para su inspecci贸n.
Para la industria conservera marplatense, este cambio ofrece un doble desaf铆o y oportunidad. Por un lado, la mayor accesibilidad a alimentos importados, provenientes de mercados internacionales con altos est谩ndares sanitarios, podr铆a mejorar la competitividad de las empresas locales al diversificar las materias primas disponibles para la producci贸n. Por otro lado, este marco normativo podr铆a plantear un riesgo para los productos nacionales si no se acompa帽an de una pol铆tica que refuerce la calidad y la competitividad de las conservas argentinas frente a los productos extranjeros.
Asimismo, la desregulaci贸n tambi茅n introduce una nueva din谩mica en las exportaciones de alimentos. El Gobierno ha dejado claro que su objetivo es eliminar las 芦mochilas 禄 regulatorias que impon铆an restricciones a los productores argentinos, en un esfuerzo por facilitar las transacciones comerciales internacionales. Bajo este nuevo r茅gimen, los productores nacionales podr谩n exportar con mayor libertad, ajust谩ndose 煤nicamente a los requisitos del pa铆s receptor. De esta forma, las empresas conserveras de Mar del Plata, que hist贸ricamente han tenido que lidiar con tr谩mites y requisitos innecesarios para exportar sus productos, podr谩n acceder a nuevos mercados sin las barreras que antes limitaban su crecimiento.
Si bien la medida tiene como objetivo la agilizaci贸n y fluidez de los procedimientos y la reducci贸n de costos, su impacto en la industria conservera depender谩 de su implementaci贸n efectiva y de la capacidad de las empresas locales para adaptarse a este nuevo panorama de mayor competencia por el ingreso de productos ya elaborados con origen en paises que han demostrado una gran tecnificaci贸n y sobre todo un menor valor de costos siendo productos mucho m谩s competitivos sin la pesada carga impositiva de sus estados de origen. La posibilidad de importar materias primas m谩s accesibles puede generar beneficios inmediatos, pero tambi茅n plantea la necesidad de asegurar que la industria marplatense contin煤e destac谩ndose por la calidad y la innovaci贸n de sus productos, factores que han sido su sello distintivo en mercados internacionales.
Finalmente, este paso hacia la desregulaci贸n del comercio exterior alimentario pone de relieve, con crudeza, la profunda desconexi贸n entre las pol铆ticas fiscales del Estado y la competitividad de las industrias locales en el segmento internacional. Aunque la reforma promete abaratar productos y fomentar exportaciones, omite abordar la ra铆z del problema: una cadena productiva industrial asfixiada por una carga impositiva desmesurada y desproporcionada, por pol铆ticas en el Tipo de Cambio poco competitiva en funci贸n de costos laborales y m谩rgenes actuales, y por la falta de cr茅dito del sector financiero a tasas razonables que permitan la incorporaci贸n de bienes de uso que alienten la mayor productividad y calidad a menor precio.
Consultada una fuente que prefiri贸 permanecer en el anonimato, simplemente declar贸 禄 como est谩n dadas las circunstancias y la coyuntura econ贸mica, no solo a nosotros los conserveros, sino todo el sector pesquero, desde la banquina hasta el gran exportador: nos van a terminar fundiendo; creo que con eso te resumo el pensamiento de todo el sector. Ac谩 cuanto m谩s trabajas, m谩s perd茅s y ojo, nosotros venimos de una familia de trabajo desde mis abuelos, pero esto no da para m谩s...禄
El caso de la industria de la conserva marplatense, con su reconocida trayectoria y calidad, ilustra esta contradicci贸n estructural. No se trata solo de demostrar excelencia en un mercado global cada vez m谩s exigente, sino de sobrevivir a un entramado tributario que penaliza sistem谩ticamente al productor nacional. Cada lata de conserva que sale al mercado lleva consigo un peso fiscal que supera con creces el valor real de la materia prima procesada, convirtiendo al producto argentino en un bien costoso e incapaz de competir, tanto en el mercado interno como en la arena exportadora.
Es inadmisible que desde el 谩mbito gubernamental se critique el precio final de los productos destinados al consumidor, mientras se ignora deliberadamente el impacto devastador de una pol铆tica impositiva voraz y desarticulada. Este desequilibrio fiscal, lejos de impulsar el desarrollo industrial, condena a toda la industria procesadora a una posici贸n de desventaja frente a competidores internacionales que operan en condiciones m谩s razonables y menos onerosas. As铆, la tan proclamada intenci贸n de 芦fomentar exportaciones abriendo la econom铆a 芦, queda reducida a un espejismo, mientras la industria nacional lucha por sobrevivir en un entorno econ贸mico dise帽ado, parad贸jicamente, para limitar su potencial. No llovi贸, y hay barro en todos lados…




