Números muy significativos está mostrando la provincia de Santa Cruz, puntualmente en los puertos de Caleta Paula y Deseado, donde los incrementos entusiasman al sector pesquero en una provincia donde el trabajo se divide entre la minería, el petróleo y la actividad pesquera.
Con respecto al 2021, los resultados de acumulación del volumen de descargas de productos pesqueros en los dos puertos mencionados se incrementaron, pasando de 16.811 toneladas a 18.600 toneladas (Caleta Paula), representando un 11% más que el período anterior, mientras que Puerto Deseado pasó de 54.571 toneladas a 58.110, aumentando en un 6%.
Lucrecia Bravo, Subsecretaria de Pesca de la provincia de Santa Cruz, en diálogo con PESCARE, mostró su satisfacción por la operatividad que hoy tienen los puertos santacruceños.
“Las descargas son nuestro objetivo principal, en función de cada una de las zafras. Hemos trabajado mucho para que los puertos estén operativos todo el año. Comparativamente con el año pasado, tanto Deseado como Caleta, han aumentado mucho su nivel de descargas. En referencia al langostino, hay un compromiso de parte de las empresas que están radicadas en la provincia de trabajar, y en comparación con otros años han crecido mucho”, comenta Bravo.
Previo a viajar a Buenos Aires donde sesionará nuevamente el Consejo Federal Pesquero, la Subsecretaria chubutense, destacó las estadísticas son inobjetables, remarcando sobre todo una de las empresas más importantes del sector, donde uno de los barcos congeladores de merluza, equivale a cuatro tangoneros aproximadamente, no solamente en volumen, sino en términos de trabajo de los estibadores y de exportaciones que las empresas mismas hacen a través de las cargas en el portacontenedores, con un buen sostenimiento, sobre todo en Puerto Deseado donde el mayor trabajo confluye en los barcos congeladores.
También se incrementaron las descargas en Caleta Paula.
En Caleta lo que pasó con la merluza es algo particular, porque a mitad de año se ha consumido el 100% de la reserva de la provincia de la cuota social de merluza. Todo ese es trabajo que quedó en la localidad.
Con respecto al langostino tuvimos algo de movimiento entre junio y julio, ni bien iniciada la zafra, por la cercanía de zona de pesca y los conflictos de Chubut, que por cercanía de puerto, nos volvimos una alternativa. La realidad también es que en las últimas tres semanas, hay varios barcos grandes operando en Nación sobre merluza, fuera del área de veda, y que están descargando algo en Caleta, algo en Deseado, que luego es enviado a otros lugares como Mar del Plata por ejemplo.
Ahí es cuando nosotros hablamos del trabajo en conjunto entre los gremios, el Estado y las empresas, como tres patas de la efectividad, porque hemos logrado articular y ponernos de acuerdo para sostener el trabajo.
No deja de sorprender el aumento de los porcentajes como han subido, a pesar de que siempre hay dificultades.
Con una coyuntura bastante compleja, con los gremios que a veces surge algún conflicto, con la entrada de nuevos barcos, y además la pandemia, porque no nos tenemos que olvidar de eso, no hace la cosa tan fácil. Porque también se cuida un poco más la estructura de costos en términos macroeconómicos, también complejiza la actividad.
A veces algunos actores piensan que somos en una isla y que porque tenemos trabajo fluye todo igual y hay un montón condicionantes, que justamente, condicionan la posibilidad de que tengamos todos trabajo.
La realidad es que, salvo algún conflicto gremial, donde todas las actividades económicas pudieron estar involucradas en algún conflicto no hemos tenido “grandes ruidos”. Hemos logrado que los puertos tengan movimiento y lo que más orgullo nos genera es que la plaza está llena de trabajadores y trabajadoras de forma sostenida, entendemos que es nuestro gran plus y lo que es un poco diferente la gestión que venimos haciendo en la provincia desde el 2015.
¿Cuánta gente está involucrada en forma directa en lo que es el trabajo de la pesca?
Entre estibadores, personal de plantas, camioneros y en todo el entramado directo, están involucrados, haciendo actividad unos 3.000 trabajadores y trabajadores.
Solamente en Caleta, en la planta más grande hay 400 trabajadores dentro de ese establecimiento. Claro que están los marineros que mueven esas plantas para la ciudad, por decirlo de algún modo. En el proceso están los camioneros, los comerciantes locales, los estibadores, los trabajadores propios del puerto. Todo el encadenado es grande, sobre todo en términos poblacionales que tiene Santa Cruz, con localidades chicas y además comparándolos con las otras actividades productivas como la minería o accesorios que movilizan mucha más gente.
Para localidades como Deseado o Caleta, son actividades que permiten la circulación y el sostenimiento de la economía local. Esa gente que trabaja en la plaza o el marinero o el estibador, consume del mercado del barrio, toma un remise, todo ese encadenado para nosotros también es fundamental.
Desde hace algún tiempo se viene trabajando mucho sobre la paridad de género. Santa Cruz no está ajena a esto. ¿En qué momento se encuentran en líneas generales y particularmente en la pesca?
Estoy convencida de que nosotros en la actividad, en general, no sé si un 50% exacto, pero tenemos un gran nivel de paridad. Esto es una opinión personal, pero creo que hacer alguno relevamiento. La realidad es que si bien los hombres son los que quienes predominan la industria pesquera en el mar, digamos en el mercado, la realidad marca que las mujeres ocupamos mucho espacio en las plantas y en la industria en tierra, que es el otro 50% de la actividad.
Esto último es en la provincia y a nivel nacional. Creo que existe, desde mi perspectiva y como feminista, que hemos alcanzado un cierto grado de paridad, que por supuesto podríamos mejorarlo mucho, pero para ellos necesitamos tener estadísticas y números reales que nos planteen en concreto y también discutirse las incorporaciones de algunas disidencias a la industria.
Me parece que tenemos un camino para recorrer, pero que estamos mucho más allanados o más parejo en términos de equidad en relación con otras actividades productivas.
Y algo muy simbólico es que en la mesa del Consejo Federal Pesquero, en la representación de las cinco provincias con litoral marítimo, dos están gobernadas por una mujer. Eso también habla de que las mujeres fuimos ganando todo espacio, con alguna discusión también.
El sector en general empezó como a registrar que no se trataba de una cuestión de género, sino de capacidad de trabajo y que no estamos invalidadas para realizar ninguna actividad por el hecho de ser mujer, al contrario. Allá por Mar del Plata tiene por ejemplo a una persona como Ledesma que lidera uno de los gremios importantes de la alimentación y eso es una gran responsabilidad. Claro que probablemente tenga un montón de hombres acompañándola atrás, pero lo conduce una mujer.
Los números de los que se enorgullece Lucrecia Bravo quien resalta las tareas que desarrolla su equipo, con un gran compromiso, prácticamente hablan por sí solos.
Con respecto al langostino, en Santa Cruz, pasaron de 9.705 mil toneladas a 12.019 en el puerto de Deseado, lo que representa un 24 % sobre esa especie; mientras que en otros puertos patagónicos el volumen de descargas se redujo significativamente.
Con respecto a la merluza hubbsi, en Caleta Paula se incrementó un 11 %, ya que tomando el mismo período en 2021 la descarga promedió las 14.500 toneladas y este año superó ampliamente las 16.300.
Por su parte, Puerto Deseado tuvo un importante crecimiento que asciende al 164 %, ya que la descarga pasó de 2.840 a 7.500 toneladas.
Además, la pesca en Santa Cruz sigue creciendo en términos sustanciales gracias a la puesta operativa de tres plantas procesadoras, dos en Caleta Olivia y una en Puerto Deseado, más la de Puerto San Julián cuya obra está próxima a finalizarse, lo que representará más de dos mil puestos laborales que, en su gran mayoría, trabajarán todo el año con las diferentes pesquerías, donde el trabajo portuario representa el 20 % de la gente involucrada en el proceso productivo del sector.
En definitiva, una prolija administración por parte de «Lula» Bravo, donde supo buscar consensos entre gremios y trabajadores, su propia gestión en el equipo que lidera la Subsecretaria de Pesca, la concordancia con la administración nacional de pesca y fundamentalmente el sector privado, comienza a dar frutos. Santa Cruz posicionó sus puertos , «liquidó» la cuota de la reserva de merluza de su provincia y genero trabajo y entornos de trabajo bajando la histórica conflictividad que tenia a mal traer el sistema. Los resultados, están a la vista. Una representante del sector pesquero que toda provincia desearía tener.