Luis Pedro Stinco es Doctor y Licenciado en Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Cuenta con más de 30 años de experiencia donde se ha desempeñado en la actividad privada, es profesor y Director de Geociencias Aplicadas a la Exploración y Desarrollo de Hidrocarburos, profesor Regula Adjunto en la UBA y Profesor Titular de la Universidad Austral. Dirigió y dirige tesis de licenciatura, maestría y doctorado, así como también ha sido jurado en instancias similares y de cargos de profesor en universidades nacionales, privadas y extranjeras. Un destacado y didáctico profesor, eminencia por sus conocimientos, integra el panel del curso sobre Introducción a la industria del Petróleo que están dando en la UTN Regional Mar del Plata.
En el diálogo con PESCARE el profesor Stinco dio detalles muy interesantes, desde el punto de vista además de la Geología.
Uno de los aspectos tal vez más importantes asociados con esto, es que en los últimos 15 años, los mayores descubrimientos con respecto a los volúmenes de recursos de hidrocarburos a nivel mundial, se han realizado en el offshore, es decir, en la costa afuera del mar adentro. Eso implica para Argentina, para Mar del Plata, una posibilidad de aplicar los años de historia en el mar, los conocimientos a partir de actividades en las universidades, la posibilidad de puestos de trabajo y a su vez eso va a generar también una visión diferente y complementaria de las actividades.
¿A qué viene todo esto? volviendo a la geología -como comenzamos el diálogo- hace dos años, se han realizado descubrimientos muy importantes del otro lado del Atlántico. En Namibia, en Sudáfrica. Eso es lo que genera, de alguna manera, una perspectiva más que interesante, porque la geología es muy parecida.
Tomando aquella vieja teoría que los Continentes africanos y americanos estaban juntos… que “calzan” uno con el otro.
Exactamente, que es un modelo geológico diferente a lo que tiene Brasil, porque Brasil se parece a Angola, que está más arriba, en cambio nosotros, más a Namibia y a Sudáfrica. Desde el punto de vista de la geología, eso es un aliciente y genera expectativas más que positivas.
Namibia tiene puertos muy importantes como los de Luderitz y Walvis Bay. ¿Se pueden vincular las acciones de algún modo?
Probablemente, todo esto es un ida y vuelta. Hoy en día está todo tan globalizado, tan interconectado, que es más que interesante. Me permito hacer una autorreferencia. Yo comentaba que en el año 97, yo trabajaba en Shell, en ese momento y estuve en el pozo “Pejerrey X-1”, cuando se hizo acá. Son cosas realmente más que interesantes y definitivamente Argentina tiene que ver con el offshore. No puede no mirarlo.
La pregunta que se impone y que se vienen haciendo muchos sectores es ¿qué pasa con la pesca? ¿Qué pasa con el recurso?
Esto va a crecer, todo va a crecer. Son actividades que requieren de multidisciplinariedad y distintos aspectos, más allá de la geología, requieren personal especializado, técnicos, ingenieros, abogados, contadores. Es decir, realmente es algo que promueve la actividad económica, eso genera puestos de trabajo.
Siempre la preocupación, tal vez desde una mala información inicial, es que se va a afectar directamente al recurso pesquero. Hay una corriente de pensamiento que las playas se van a teñir de negro y que no va a haber más peces cercanos a Mar del Plata, al menos es lo que han tratado de imponer desde algún sector.
Primero que estas actividades están totalmente avanzadas en cuanto al cuidado del medio ambiente. Así que en ese aspecto no es preocupante. El segundo aspecto, las actividades en principio, van a estar a más de 200 kilómetros. Y el tercer aspecto es que no podemos dejar de pensar que dentro de todo, es una actividad en donde hay gente viviendo y haciendo cosas. Tiene que ser seguro.
Hay experiencia a nivel mundial. En nuestro país tenemos explotación, si uno quiere “mar adentro”, aunque más no se acerca a la costa, desde la década del 30 en el Golfo de San Jorge, que se hacían los pozos desde la costa. Y a nivel internacional, desde la década del 40 que se hace en pozos, con “pelo de agua” de 50 metros. Hoy la tecnología permite ir a profundidades mayores.
No es para nada peligroso, no es complicado, y por supuesto hay ya todo un conocimiento. Hubo una curva de aprendizaje a nivel mundial, de cómo afectar mínimamente cualquier actividad del entorno. Ya sean actividades vinculadas con la fauna marina, para evitar que haya interferencias con zonas en donde se mueven los cardúmenes o zonas en donde tienen apareamiento, todas esas cosas ya están pensadas, ya se sabe.
En el Mar del Norte se explota desde la década del 70, y ahí tienen muchísimo cuidado con el medio ambiente. En el Golfo de México también, entonces, no son cosas nuevas, y lo más interesante es que genera puestos de trabajo, genera conocimiento y hay que aprovecharlo.