Los puertos son puntos críticos en la red de transporte global, fundamentales para el intercambio de bienes a nivel internacional y la conectividad económica. Su relevancia se extiende en varios aspectos:
- Facilitan el comercio: Actúan como puertas de entrada y salida para el intercambio de mercancías y personas, conectando países y regiones. Son esenciales para el transporte marítimo, que domina el comercio mundial.
- Impulsores del empleo y la actividad económica: Más allá de simples puntos de transbordo, son centros de actividad económica que generan empleo directo e indirecto, promoviendo el desarrollo económico local y regional.
- Pilares de la cadena de suministro: Son eslabones clave en las cadenas de suministro globales, influyendo en la eficiencia y costos del transporte de mercaderias, lo que impacta en la competitividad empresarial y los precios finales de productos comercializados.
- Centros de innovación logística: Adoptan tecnologías avanzadas para optimizar operaciones, mejorando eficiencia, seguridad y sostenibilidad. Desde sistemas de gestión de tráfico hasta tecnologías como IoT y blockchain, impulsan la innovación en el transporte de mercaderías.
- Importancia estratégica y seguridad nacional: Son infraestructuras críticas que requieren protección contra amenazas como el terrorismo y el contrabando. Controlar puertos estratégicos otorga influencia geopolítica y asegura la estabilidad económica y el desarrollo social. Para eso es necesario incorporar mas muelles al Código PBIP (Código Internacional para la Protección de los Buques y de las Instalaciones Portuarias) siendo este un conjunto de medidas y regulaciones de la Organización Marítima Internacional (OMI) que busca proteger el transporte marítimo contra actos de terrorismo marítimo y otros delitos marítimos relacionados.
En resumen, los puertos son mucho más que simples puntos de tránsito; son fundamentales para el comercio internacional, la innovación logística y el desarrollo nacional. Su importancia radica en su capacidad para facilitar el comercio, impulsar el desarrollo económico y proyectar poderío geopolítico, siendo esenciales para la economía global y la estabilidad mundial. Mar del Plata tiene todo para ello, solo hace falta decisión política y gestión.
En este contexto y tomando como iniciativa lo dicho, el puerto de Mar del Plata se perfila a ser uno de los puertos con mayor potencial del país.
Los cambios, que generan de por sí resistencias, llegan como consecuencia de nuevos participantes dentro de un espacio que deberá ordenarse para satisfacer la necesidad de los tres grandes jugadores: La histórica pesca argentina con el 58% de las descargas del país y principal puerto de reparaciones por excelencia; el sector de comercio exterior e intercambio comercial como ventana al mundo de insumos y materiales de origen extranjero y la salida de productos terminados con destino mundial; además de un nuevo participante de fuste como el sector petrolero, que bien podría cambiar la esencia de una ciudad que nació como turística, siendo la perla del Atlántico y que podría mutar a una integración determinante entre ciudad-puerto, donde las posibilidades de la existencia de hidrocarburos en la CAN Cuenca Austral Norte, podría cambiar el perfil íntegro de la ciudad.
Las oportunidades están a la vista, y la administración del CPRMDP tiene material humano para que esta gestión lleve esos cambios en una perfecta simbiosis y armonía entre los tres grandes participantes, quienes están desde los inicios de la construcción del mismo y quienes entrarán en juego, más temprano que tarde, con el arribo de otra naviera que dará competitividad al sector importador exportador marplatense y regional, además del petróleo.
La región del sudeste de la provincia de Buenos Aires, no es solamente pescados y verduras; Argentina, si alcanza los umbrales en su intento por ser el productor de alimentos del mundo, podría tener al puerto de Mar del Plata en un lugar de privilegio, donde se sitúa cercana al área productiva, industrial y procesadora por ende por ende al mundo.
Es el puerto la vía más cercana y menos onerosa de integración a los mercados mundiales, una ventaja propia de la provincia de Buenos Aires para el desarrollo con trabajo genuino y generación de riqueza.
Las posibilidades están a la vista, solo falta conectividad, medios, imaginación y condiciones favorables para su aprovechamiento y desarrollo donde el ser humano sea parte del crecimiento.