En el día de hoy, la comunidad pesquera e industrial de Mar del Plata y de toda la Argentina se ve profundamente consternada por la partida de Oscar Ángel Fortunato, figura emblemática y referente histórico de la administración y el desarrollo de la actividad pesquera en nuestro país.
Meticuloso y apasionado lector, Oscar, se consolidó a lo largo de su vida como una voz referente y formador de opinión en la política pesquera argentina. Técnico químico de profesión –quien siempre se encargó de diferenciar con atribuciones de ingeniero que jamás ostentó, aunque completó toda esa carrera-, nació en la localidad de Los Pinos, Balcarce, y desde sus primeros pasos se destacó por su capacidad analítica y su visión estratégica comprometida con la filosofía del pensamiento científico aplicado al pescado.
Su trayectoria comenzó en el Instituto de Biología Marina (IBM), donde desarrolló modelos empíricos de investigación y se especializó en el estudio de los procesos de descomposición y la caracterización de texturas en la merluza, sentando bases científicas que aún hoy tienen vigencia.
Con el tiempo, trasladó ese conocimiento técnico a la gestión empresarial, liderando compañías del sector pesquero con la misma rigurosidad y compromiso que caracterizaron su labor científica. Profundo conocedor de la dinámica de la industria pesquera y de los mecanismos de su administración, tanto a nivel nacional como provincial, Fortunato se convirtió en un actor clave en la construcción de políticas públicas vinculadas al mar y sus recursos.
Su experiencia y liderazgo lo llevaron a integrar en varias oportunidades el Consejo Federal Pesquero, donde se desempeñó en distintos períodos: 2003-2007, 2014-2016 y 2018-2019, siendo un aguerrido luchador por sus ideas e ideales en defensa de los intereses que desde su lugar representaba. Respetado por grandes referentes del CFP; Carlos Cantú, Ricardo Patterson, Adrián Awstin y Carlos Liberman entre los mas contemporáneos.
Además, fue socio fundador y primer presidente del Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas (CEPA), institución que nuclea a las principales compañías del sector y que ha sido fundamental para el desarrollo y la modernización de la pesca en el país.
Desde sus primeros pasos en la industria pesquera, Fortunato destacó por una vocación genuina de servicio y por una comprensión cabal de la compleja trama que une a los hombres de mar, las empresas, los recursos naturales y el Estado con la convicción de transformar un pez en un producto alimenticio de altísima calidad para el mundo.
Con una trayectoria marcada por la excelencia y la integridad, se desempeñó en diversos roles de relevancia, alcanzando los más altos niveles de representación sectorial. Durante años, encabezó la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura para finalizar conduciendo CEPA desde donde impulsó políticas orientadas a la sostenibilidad de los recursos, la modernización de la flota y la defensa de la industria nacional frente a los desafíos de un mundo globalizado, llevando adelante la política pesquera de los más altos exponentes del sector pesquero e industrial marplatense y nacional como el tridente integrado por los Grupos Moscuzza, Solimeno y Valastro.
Su labor lo llevó a convertirse en una voz autorizada en foros nacionales e internacionales, participando activamente en la conformación de estrategias de manejo responsable de la pesca, promoviendo el diálogo entre los distintos actores del sector y defendiendo con firmeza los intereses de la Argentina en los ámbitos de negociación.
El legado de un dirigente visionario
Fortunato no solo supo administrar y defender el pasado y presente de la industria pesquera, sino que también proyectó su mirada hacia el futuro desde los distintos estrados de la función pública que supo transitar.
Fue uno de los principales artífices en la consolidación de Mar del Plata como epicentro de la actividad pesquera nacional, fomentando la capacitación de trabajadores, la incorporación de nuevas tecnologías, un obstinado desafío por la calidad de los productos de origen marino para la búsqueda de mercados internacionales y su competencia.
Su enfoque estratégico y pragmático le permitió construir consensos donde parecía haber solo diferencias, guiando a un sector históricamente complejo hacia metas comunes. A lo largo de su carrera, Fortunato se ganó el respeto de empresarios, trabajadores, autoridades y colegas, quienes reconocían en él una figura conciliadora, serena, certera, profundamente comprometida, palabra autorizada en calidad de pesca e industria pesquera como así en política y normativa pesquera.
Un adiós que marca una época
La noticia de su fallecimiento se siente como una pérdida irreparable para la comunidad industrial. Su legado permanecerá vivo en cada barco que zarpe de los muelles marplatenses, en cada convenio alcanzado con esfuerzo y en cada política pública que él ayudó a forjar con visión y tenacidad.
En estos momentos de duelo, Mar del Plata y la Argentina despiden a uno de sus más grandes referentes, un hombre que dedicó su vida a que la riqueza de nuestros mares se transformara en alimento de calidad para el mundo generando bienestar para el desarrollo de la sociedad.
Con su partida, se cierra un capítulo fundamental de la historia pesquera e industrial del país, pero su ejemplo seguirá iluminando el camino de quienes hoy toman la posta.
Desde esta redacción, elevamos una oración para que Oscar descanse en paz, y que el cielo que funda color en las aguas que tanto amó y defendió, lo reciban en la eternidad. Acompañamos a su familia en este doloroso momento.
Será velado hoy, en Casa Sampietro (Hipólito Yrigoyen 2046) de 10 a 20 horas, y mañana sábado será trasladado a Los Robles a las 09:30 horas.
Por DMC