Está cerca de cumplir dos años en el cargo. Como representante del poder Ejecutivo ante el Consejo Federal Pesquero, Oscar Fortunato, transitó este tiempo con bajo perfil. Escasas declaraciones públicas y un fuerte trabajo hacia adentro del organismo.
«Es ahí donde yo más hablo y por ahí discuto», expuso en el inicio de la conversación que mantuvo con Pescare.com.ar, donde también abordó la necesidad de articular políticas, la agenda del sector y los desafíos que tiene la industria pesquera para seguir creciendo.
– ¿Cómo analiza el trabajo que viene llevando adelante el Consejo Federal Pesquero?
– En mi opinión particular, el Consejo debería ser un instrumento para hacer política pesquera. Pasado el tiempo, se ha ocupado mucho de administración pesquera, pero eso es una parte. Creo que deberíamos volver a que el Consejo determine de acuerdo a todos los intereses que hay una política de acción. Además, esta política no puede ser estable en el tiempo. Los que estamos en esto sabemos que la política pesquera va cambiando de acuerdo a cómo cambia el ambiente, lo que hay en el propio mar.
– ¿Falta contacto entre los consejeros y la realidad productiva del sector?
– Es fundamental estar en contacto con la actividad desde todo punto de vista: de la producción, de la captura, de la realidad que ocurre socialmente. Los recursos no sólo se manejan por aspectos biológicos, que son importantísimos, sino también por aspectos sociales, políticos y económicos. Esto está en los manuales internacionales de pesca responsable, no lo digo yo. Si a mí alguien hace veinte años atrás me hubiese dicho que íbamos a pescar 250 mil toneladas de langostino (por año), le hubiera dicho que estaba loco. Entonces cómo no cambiar nuestra forma de actuar frente a esa situación. A medida que las cosas cambian, también hay acciones políticas que son cambiantes. A medida que las cosas son más interesantes, cada uno de los estados provinciales va tomando interés en lo que es su costa, flota, carga y trabajo. Eso también influye en las decisiones que hay que tomar.
– En el último tiempo, la industria pesquera alcanzó una valoración en el más alto nivel político a partir de las reuniones que periódicamente tienen sus representantes con el presidente Macri. ¿Cómo evalúa este proceso?
– Es muy importante. Te lo digo no sólo como consejero, sino también como persona del sector. Esto nos tiene que hacer reflexionar. La pesca necesita instituciones fuertes, serias y que representen a una gran cantidad de gente, de empresas y demás. El sector tiene que mejorar mucho su comunicación, presentarse a la sociedad mostrando la capacidad que tiene, lo que produce y cómo lo produce.
– Sobre todo en un marco general de crecimiento…
– El presente de la actividad es bueno para quienes han cambiado, evolucionado, han hecho cosas. Por otro lado, creo que es necesario aggiornar la producción e ir cambiando hacia lo que los consumidores piden: desde una caja, un producto hasta la presentación. Cuando yo empecé a trabajar hacíamos filets interfoliados. Si seguimos haciendo filets interfoliados 3 x 7 o 2 x 7 o cosa por el estilo, va a haber mercado para eso; pero vamos a estar en la parte de abajo del mercado. Hay que empezar de a poco a cambiar. Creo que hay mucha gente que lo está haciendo. En Mar del Plata hay un grupo de empresas chicas, medianas, de gente joven que va muy bien, que está entiendo este proceso. Hay temas para trabajar. Somos uno de los pocos países en el mundo que no tiene tratados de libre comercio con los grandes bloques o con países importantes. Estos temas son importantes para generar acuerdos arancelarios y sanitarios. De todas maneras, creo que hemos avanzado.
– ¿Qué tan difícil fue consensuar el proyecto para renovar la flota?
– Fue uno de los temas que generó mucha discusión, con muchos intereses. Entiendo que si seguimos con las peleas, no crecemos. Lo mismo dije cuando empezó el debate por la cuotificación. Si uno se sienta en una mesa de negociación sin saber hasta donde puede perder, es muy difícil que se llegue a un acuerdo. Hay gente que no lo entendió. La realidad es que este es un gran momento para avanzar con la renovación. No sólo hay que quedarse con el decreto, sino mejorarlo para volver a tener la industria naval que teníamos.
– ¿La discusión más fuerte tiene que ver con la convivencia entre importaciones y la construcción de barcos es astilleros nacionales?
– Ningún país vive sin importar. Ningún país exporta, si no importa. Hoy día es muy difícil a un señor decirle que no importe; es decir, los motores no se hacen acá, buena parte de la electrónica es importada, también creo que importamos chapa naval. Esto no quiere decir que no debamos pensar en hacerlo. De todas maneras, el primer paso es muy bueno, hay que ir mejorándolo.
– El otro debate que asoma es el creciente esfuerzo pesquero sobre el langostino. ¿Cuál es su mirada?
– Las medidas (de protección biológica) se están haciendo fundamentalmente sobre una flota. Necesitamos observadores para los distintos tipos de flota. El Inidep está haciendo un buen trabajo; pero la propia industria necesita mejor información. La otra cosa que hay que entender es que el recurso es uno solo y no reconoce fronteras.
– ¿Se refiere a la necesidad de articular entre provincias-nación?
– Es que para eso está el Consejo. Esto no significa limitar el accionar de ningún estado provincial, ni cosa por el estilo; pero tienen que ser políticas congruentes unas con otras. Se está avanzando mucho en eso, pero todavía hay algunos detalles en los que trabajar.
– La discusión norte-sur, por caso, no se apaga…
– Las discusiones particulares tienen que darse en el Consejo. Si alguien lo hace en público, me parece bien, tiene el derecho de hacerlo; pero también es bueno decir que los barcos son todos iguales, los cascos son todos iguales, las redes son iguales. Me parece que cuando alguien trabaja de determinada manera, el de al lado lo hace igual.
– ¿Ya se empezó a trabajar en la renovación de las cuotas de merluza o todavía no llegó el tiempo?
– Todavía no se empezó a trabajar. Evidentemente no va a ser un trabajo tan arduo como el primero. Hoy hay una base inicial, que no tiene porqué ser la misma; pero tampoco muy distinta. Cuando en pesca se hacen inversiones, se piensa en el largo plazo. Alguna cosa puede cambiar: hay empresas que ya no están, otras que han cambiado su forma de trabajar. Todo eso habrá que evaluarlo; pero ya hay una matriz. Habrá que ponerle algún componente nuevo, ninguna duda.