Desde hace tiempo la figura del capitán, por diferentes razones, está perdiendo responsabilidad a bordo, incluso cuando está claramente estipulado en la misma Ley de Navegación, (una de las mejores Leyes redactadas junto con la Ley federal de Pesca).
Nadie busca juzgar, simplemente exponer un tema donde queda claro, que las decisiones del comandante de un buque muchas veces pueden jugar una mala pasada a la vida de la embarcación, o de terceros o simplemente a sus propios tripulantes.
Ya lo habíamos evidenciado en una nota acerca del BP Repunte, donde en ningún momento se tuvo presente la figura de su Capitán. Lo que no quiere decir que sea tomado como culpable o responsable de los desafortunados hechos sucedidos, simplemente es una variable dentro de la cadena de responsabilidades que también se debiese investigar o al menos tener presente como una variable mas.
En una comparación, cuando existe algún evento desafortunado en alguna aerolínea y se precipita a tierra una aeronave, con el dolor de tamaña situación, lo primero que se escuchan son las conversaciones en la cabina y los movimientos dinámicos que toma el avión, para dar un veredicto de las causas que lo llevan al desastre, no para colocar una cruz y crucificar a nadie, simplemente porque el «comandante» es quien pilotea el avión. Quede claro este comentario a modo de introducción a la noticia.
Y la noticia tiene que ver con un desafortunado accidente que se dio días atrás en el BP Madre Margarita. Mientras la tripulación se aprestaba a iniciar una maniobra de pesca sobre la especie langostino, el viernes 15 por la mañana, donde las condiciones reinantes en la zona de pesca eran de vientos del sector Sudeste a 42km/h y mar 5, el joven Alexis Benítez, al momento de largar las artes de pesca al agua, queda envuelto con su pierna en un cable que le provoca una quebradura expuesta de tibia y peroné, según relatan sus compañeros de tripulación una vez que le sacaron minuciosamente la bota de agua.
Por distintas razones, el comandante del buque pesquero, su capitán, no solamente no pide una aeroevacuacion a la autoridad marítima sino que haciendo un liviano análisis entiende es una torcedura, por lo que prosigue intentando hacer ese lance y algún otro antes del mal tiempo que ya se hacia sentir en la subárea 8 operando sobre el limite oeste de la misma zona, a 150 millas náuticas de navegación hasta Puerto Madryn.
El resultado final es que a pesar de la doble fractura expuesta el tripulante prosigue la recuperación que posiblemente le lleve algo mas de 10 meses de rehabilitación pero superando los momentos críticos que vivió al llegar al hospital de Puerto Madryn.
El hecho es que una vez más, las malas decisiones y lecturas de las condiciones de un tripulante, de la máquina o del buque en general con su entorno, el mar; pueden terminar en una tragedia. Analizar el comportamiento y deslindar responsabilidades es un hecho habitual que se practica ante eventos desafortunados, pero las pruebas a la vista, las decisiones de una pésima decisión de un capitán pueden generar la perdida de una pierna, la vida de una persona o incluso el siniestro total de una embarcación, sin embargo, pocas veces se analiza el comportamiento de quien en una sola persona resume más atributos que el presidente de la Nación (poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial), el Capitán de pesca.