El nuevo esquema, denominado Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), constará de un análisis de la capacidad económica y financiera del importador, una cuenta corriente única de comercio exterior y dará previsibilidad sobre la fecha en la que se podrán girar los pagos, indicaron las fuentes, días previos a su salida el 17 de octubre pasado.
Según el gobierno “ esto es para darle orden al esquema y evitar irregularidades «; mucho mas profundo es el tema. Hoy, es imposible importar, aun sean bienes de cambio o peluches chinos. (Aunque para los barcos generalmente se utilicen los primeros, vale aclararlo porque pareciera que algunos funcionarios que no funcionan no lo tienen claro).
El Gobierno lleva adelante un esquema de administración del comercio exterior para destinar los escasos dólares que tiene el BCRA a las importaciones de bienes e insumos para la producción nacional. Cuando se traba una bien de cambio como puede ser un repuesto para un motor, línea de eje, guinches de pesca, reductoras o tecnología que no se fabrica en el país, el daño a la empresa armadora es inmenso, imposible de cuantificar, mas el lucro cesante, la cuota de CITC, trabajadores, fábricas de reproceso y demás intermediarios y transportistas.
La brecha cambiaria que existe en Argentina de casi el 100% entre el tipo de cambio oficial, que se utiliza para pagar las importaciones, y los 15 tipos de cambios alternativos, estimula la existencia de irregularidades y de los vivos de siempre en el comercio exterior, con posible sobrefacturación de importaciones o duplicidad de pedidos de autorización, pero por unos pocos, se torna imposible de operar el sistema para todos. Incluso para quienes necesitan un «fierro» para seguir trabajando, produciendo y exportando.
Las empresas pesqueras son en el fondo generadoras de divisas, ya que el 96% de las capturas una vez procesadas, generando trabajo, mano de obra e impuestos, es exportada. Aun así, siquiera se puede importar un elemento vital para el buque pesquero.
La parálisis y el conflicto llegará en la industria pesquera, y la culpa no hay que mirarla fronteras afuera. Acaso ECUADOR exportó solamente a CHINA en lo que va del 2022, 431.741 toneladas de langostino Vannamei de cultivo que es de inferior calidad que el salvaje y natural argentino, (el doble de lo que pesca toda la flota Argentina en 1 año), ¿Cuál es la diferencia?, Argentina se ha convertido en una gran Aldea que algunos pocos caciques intentan con parches remendar el problema mas grande que tiene el país. Argentina malgasta fondos por ineficiencia y populismo barato. Gasta más de lo que ingresa. Solamente las empresas que administra el Estado pierden 3500 millones de dólares al año, pero cuando una empresa privada necesita importar un repuesto, a pesar de su saldo EXPO-IMPO exponencialmente alto, no puede. El empresario paga la fiesta de unos pocos.
Un laberinto burocrático, financiero, operativo y administrativo frena a la genuina producción de la industria naval y pesquera. Es imposible importar, mucho menos girar los dólares al exterior. Parecería como que la única ventana es llevar al empresario hacia el dólar colchón; ya que si uno accede al dólar Bolsa, termina auto limitándose por 90 días y ademas, justificando la pérdida entre el dólar exportación y el dólar MEP cuya brecha oscila, como decíamos, en el 100%.
Una encrucijada que el hombre de trabajo no está acostumbrado a hacer. Por unos pocos, paga siempre el que apuesta, trabaja e invierte, que necesita un repuesto para cualquier parte del barco que posibilite el normal funcionamiento de los sistemas de navegación, propulsión y pesca que posee.
En el sector, las quejas están a la orden del día. Buques que próximamente quedarán inactivos a la espera de un sistema que parece mas un caza brujas que un modelo informático para permitir trabajar a los pocos que aun creen en nuestro país y generan el movimiento genuino de la rueda.
Importar es una odisea, solamente, -hay que destacarlo-, la gestión del propio titular de la Subsecretaria de Pesca, media para que esto no se torne un imposible; y hasta la buena predisposición del Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan José Bahillo comprometiéndose frente a las cámaras de la pesca, el miércoles pasado, para buscar una solución con el flamante ministro de economía.
Una actividad que no es su función, que todo el marco productivo de la pesca se lo agradece, pero ese no es el camino a transitar.
La traba a la producción hoy, la genera la Secretaria de Comercio, (como si alguna vez, el joven Tambolini hubiese pagado una quincena), la Dirección General de Aduanas y fundamentalmente el desagiado BCRA que no autoriza giros de divisas al exterior, ni en tiempo ni en forma, que ademas, es de distinto color político de quienes hoy manejan la economía en nuestro país, como si ese fuese un justificativo.
Hay empresas pesqueras locales que invierten y dan trabajo a una gran parte de la población; que de no ser así, esa misma gente estarían engrosando las colas de ANSES y alterando con tambores y fogatas las veredas del municipio. A esos, se les da una vez mas la espalda. La industria naval y pesquera tiene herramientas llamadas barcos, los mismos tienen tecnología importada porque en Argentina no se producen motores, líneas de eje, reductores, cajas y hasta chapas de acero naval. Párrafo a parte para este insumo que pasó a ser relevante en la construcción y reparación de buques. Muchos se jactan de la renovación de la flota. ¿ Con qué se renueva la flota?, con chapas de acero naval que el mundo se negocian a 1270 U$S/Tn y en nuestro país, gracias a funcionarios que no funcionan, se la paga hasta 4000 U$S/Tn. ¿Cómo se puede ser competitivo de esta manera? Y después, algunos en una botadura vienen a dar catedra de producción arengando al empresariado presente, nada menos que a Pipo Ramacci, Federico Contessi, y otros, por no nombrar a los todos los empresarios del sector que asistirán hoy a la botadura del BP José Luciano.
Pasó poco más de una semana desde la entrada en vigencia del flamante Sistema de Importaciones de la Argentina (SIRA), que reemplazó a las SIMI, y los problemas que viene sufriendo la industria por falta de dólares se agravaron. No sólo ya no hay operaciones que tienen liberado el acceso al Mercado Libre Único de Cambios (MULC) de forma inmediata, sino que los plazos de pago de la gran mayoría de las firmas que solicitaron permisos para importar son a 180 días. ¿Qué proveedor mundial le dará 180 días a Argentina?, un país serial en no pagar sus compromisos. Y como ya venía sucediendo con algunos productos una vez agotado el cupo establecido por el Banco Central (BCRA), a las pymes y algunas medianas empresas se les vuelve una odisea conseguir financiamiento, de proveedores o de bancos, para poder concretar la operación.
Si bien una de las ventajas del nuevo sistema es que otorga previsibilidad en cuanto a la fecha de pago de la importación, los plazos otorgados resultan excesivamente largos para muchas empresas. Más todavía para aquellas que tenían todavía cupo disponible para acceder al dólar oficial y ahora se encuentran con las mismas limitaciones de las que no lo tenían. (SIMI a SIRA).
El subsecretario de Política y Gestión Comercial, Germán Cervantes, el funcionario que maneja el otorgamiento de los permisos de importación tuvo una reunión virtual con la Unión Industrial Argentina, la misma entidad que el Vasco de Mendiguren defendía estando al frente y ahora le da la espalda . El encuentro duró casi dos horas y reunió a técnicos de todas las cámaras sectoriales asociadas y a expertos de comercio exterior de la central fabril. Fuentes oficiales afirmaron que se escucharon los reclamos de la industria y quedaron en ver cuál era la mejor manera para atender las necesidades de los empresarios.
El funcionario “planteó que se están ordenando los plazos de pago en 60, 90, 120 y 180 días para las micro empresas, las medianas tramo I, las tramo II y las grandes”, ya que desde que se instrumentó el SIRA a la gran mayoría de las firmas le salieron los permisos con fecha de pago a seis meses. “Si se ordenan así los plazos, la situación es menos mala, pero sigue sin servir”, dijo una fuente del sector industrial.
Las importaciones en septiembre alcanzaron los USD 6.000 millones y en octubre rondarán una cifra similar. La pesca necesita al menos un cupo del 5% de ese valor, y sin embargo, todavía se da vueltas en un sistema que pone otro palo mas en la rueda del armador.
Desde la UIA, expusieron los siguientes problemas críticos que enfrentan las empresas con el sistema de control de las importaciones.
1) Plazos de acceso al MULC y fecha de pago: los plazos mínimos que se están otorgando son de 60 días para arriba. Esto complica a las empresas que se estaban manejando dentro de los cupos (A y C) para insumos y bienes intermedios, que habían planificado el resto del año, desde lo productivo y lo financiero. Se les están otorgando plazos que en muchos casos no bajan de los 120 a 180 días para insumos. Asimismo, el sistema arroja una fecha que no tiene correlato con los pedidos de las empresas.
2) Criterios de aprobación: se desconocen tiempos de gestión y criterios de aprobación de las SIRA, si hay diferencias entre los productos bajo Licencia Automática (LA) y los que están bajo Licencia No Automática (LNA).
3) Criterios de asignación de plazo para insumos críticos: algunos sectores que tenían plazos específicos de acceso al MULC (60 días para los fertilizantes y fitosanitarios, 90 días para algunos insumos críticos) o un marco particular como el sector automotriz no fueron contemplados en las excepciones del BCRA. Las empresas manifiestan que no consiguen financiamiento a los plazos que les están saliendo las SIRA. Asimismo, no están siendo considerados criterios en la asignación como “insumo crítico” que en la reunión anterior se comentó que iba a ser tenido en cuenta. Como pedido de solución a este punto, la UIA le reclamó al funcionario de la Secretaría de Comercio que se considere la priorización de insumos de fase previa que ya habían sido relevados por los sectores.
En cuanto a los plazos, si bien la idea es ordenar los plazos de acceso al mercado de cambios según el tamaño de la empresa -60 días en el caso de las pymes-, “hay muchos proveedores que no esperan más”, según confesó un empresario de la industria naval presente.
Fuentes empresarias que participaron del encuentro manifestaron que la reunión fue buena y que Cervantes admitió que todavía el sistema no está funcionando correctamente pero que se están integrando las bases de información para que lo que se había trabajado hasta el momento continúe. “ También se habló del tema de los bienes de capital, que ya no pueden pagarse con anticipos y que es un problema enorme para las industrias. Antes se podía anticipar hasta USD 250.000 por todo concepto; ahora ya no se puede ”, explicó el directivo de una de las cámaras. Sobre este punto, el funcionario planteó que era un tema a analizar con la Secretaría de Industria.
Así el panorama para el sector sigue sin resolverse, mientras el tiempo pasa y la pesca se torna el desafio del mas apto. Así, se trata al que invierte, trabaja y genera empleo en Argentina.