El clima esta enrarecido, la caldera arde y hay cierto desconcierto en quienes deben planificar el año de pesca. Las recientes noticias que llegan desde la provincia de Chubut acerca de las mermas en las cantidades descargadas y la imposibilidad de completar como años anteriores en mareas de 8 a 10 horas, donde en otras oportunidades había fresqueros que aprovechaban la abundancia y el ciclo de mareas semidiurnas para hacer dos viajes en el día (hoy la administración provincial de pesca ya lo prohíbe, en un claro ejemplo para dar sostenibilidad y sustentabilidad a la pesquería).
Si a este panorama, se le agrega que corre vigencia, por mas que los actos administrativos -para los armadores absolutamente anticonstitucional, arbitrario y de aplicación a quien no corresponde- respecto al Fondo Ambiental Pesquero FAP, con la pretensión de cobrar 1 litro de gas oíl por cada cajón descargado de langostino para los puertos de Camarones y Puerto Madryn; no están siendo propinados por la autoridad de aplicación (por ahora).
Y además, la casi imposibilidad de cumplir con la norma de administración de manejo del recurso -Resolución 171/2018- que endeuda directamente a las empresas siendo una medida de difícil cumplimiento, habida cuenta que el espíritu y fundamento de esa resolución fue creada para cuando el recurso estaba hasta 7-8hs de navegación, y esta temporada de aguas nacionales, para los puertos del litoral chubutense, estaban a 18-20hs sin contar la lejanía a puertos de Caleta Paula, Puerto Deseado y Comodoro Rivadavia, además terminando la zafra a 20hs de navegación de la ciudad de Mar del Plata.
En concreto, son al menos 4 los problemas hacia adelante que sufrirá la rentabilidad en las empresas que armen a langostino:
1- Menor abundancia de la especie y mayor lejanía a puertos
2- Fondo Ambiental Pesquero, que si bien no se ejecuta por el momento para algunos, la medida está vigente.
3- Aplicación de normas de administración de manejo de la pesquería, al menos deficitaria, arbitraria, punitiva e incongruente, entre la normativa vigente y las operaciones a bordo de buques, que dificulta la operación debido a la presunta suposición de operaciones fraudulentas en alta mar con sus respectivas imputaciones.
4- Por los pasillos y en la ultima botadura, el sábado pasado, del HUAFENG 827, los sindicatos ya hablaban de una recomposición del 60%.
Sin lugar a dudas, SE DEBE PESCAR BIEN, MEJOR Y EN FORMA RESPONSABLE, se entiende que el escarmiento fue grande y es de esperar que las nuevas medidas que desde la administración y en forma conjunta desde cámaras de fresqueros y congeladores intentan acercar a la administración, se mejore sustancialmente la normativa, para evitar esa disgregación entre la legislación vigente y la operación sobre un barco.
En el fondo desde la misma DNCyFP como desde la Subsecretaria de Pesca, saben fehacientemente que esta RESOLUCIÓN de manejo de la pesquería NO ES LA MEJOR, y así como todas las miradas y criticas apuntan al Director Dr. Julián Suarez, el mismo, no hace mas que hacer cumplir una reglamentación que si bien tiene sus errores conceptuales, no es su función discutirla, sino aplicarla y que en todo caso se traslade el verdadero problema al estamento indicado para esa función. La DNCyFP es un organismo de aplicación, no legislativo, y «off the record» bien sabemos que tanto el Dr. Liberman como Suarez, no están de acuerdo con la presente resolución.
Por eso, se cree que este año, muy probablemente se acerquen propuestas superadoras a esa Subsecretaria para ser consensuada entre los distintos miembros del Consejo Federal Pesquero siempre en pos de una mejor y más eficiente pesca pero por sobre todo bajando los umbrales de litigiosidad y empujando todos para un mismo lado, sin brechas, grietas ni diferencias que son miradas de reojo por habidos compradores externos que ante el menor ruido, bien saben ajustar por precios.
Por Gustavo Seira