La actividad pesquera en aguas bajo jurisdicción de la provincia de Chubut atraviesa un momento alentador. Durante los primeros 19 días de noviembre, se registraron descargas oficiales que ascienden a 9.443,60 toneladas de langostino, con predominio de las tallas L2, L1 y L3, marcando un inicio sólido para la zafra 2023-2024. Este volumen refleja un desempeño robusto de la flota pesquera, que incluye un alto protagonismo de la flota tradicional costera y artesanal, cuya participación ha sido fundamental en estos primeros logros.
Este período, sin embargo, carece de referencias directas con el año precedente, ya que el comienzo de la temporada 2023-2024 estuvo condicionado por demoras vinculadas a cuestiones gremiales, lo que postergó su inicio hasta mediados de diciembre de 2023, quedando noviembre sin descargas evidentes. No obstante, si se compara con la temporada 2022-2023, este mes en curso podría situarse con un gran desempeño lo que marca claramente la importancia de las decisiones asumidas hace algo mas de un mes para poner en marcha cuanto antes esta temporada aprovechando las bondades del recurso que, -como todos los años- se acerca a las costas de Rawson donde es capturado generando un ciclo evolutivo comercial procesador que es un referente a nivel mundial de capturas y disponibilidad de langostino salvaje y natural.
En tanto, las proyecciones son auspiciosas. Se estima que el volumen proyectado de capturas para noviembre alcanzará las 16.400 toneladas, reafirmando la solidez de los resultados iniciales y generando expectativas positivas para el resto de la temporada.
La relevancia de esta actividad va más allá de las cifras de captura, pues tiene un impacto sustancial en la cadena productiva de la región. La pesca de langostino no solo sostiene la dinámica económica de los puertos de Rawson y Puerto Madryn, sino que también impulsa un flujo significativo de materia prima hacia las plantas procesadoras, principalmente en las mencionadas localidades. En Chubut existen unas 38 plantas habilitadas que emplean a aproximadamente 6.600 trabajadores dedicados al procesamiento del langostino en sus variantes con destino principalmente comercio internacional. Estas plantas procesan el marisco capturado en diversas presentaciones, como producto entero, cola, pelado y desvenado, lo que permite que el 95% de la producción sea destinada a mercados internacionales, incluyendo Estados Unidos, China, Italia, Francia y España.
Este dinamismo en la producción y procesamiento de langostino tiene un impacto directo en la economía local, generando ingresos por más de mil millones de dólares anuales, de los cuales el 58% corresponde a salarios del sector. El sector pesquero ha logrado consolidarse como la segunda actividad económica más importante de la provincia, después de la industria petrolera, lo que resalta su importancia tanto para la generación de empleo como para el fortalecimiento de la economía regional y es por ello que las actuales autoridades como el propio gobernador Ignacio Torres y su representante en pesca, el Secretario de Pesca Andrés P. Arbeletche buscaron solucionar de fondo un conflicto gremial que por más de 11 meses paralizó a todo el complejo langostinero con las implicancias que de esto se desprende en lo social.
En tal sentido, Gustavo González, presidente de la Cámara de la Flota Amarilla de Chubut, destacó el inicio exitoso de la temporada de pesca, comenzando en noviembre, lo cual marca una mejora respecto a años anteriores. Resaltó que » los efectos positivos de las políticas de conservación y administracion, han logrado proteger el caladero, asegurando un recurso saludable y más sostenible. Además, la temporada es prometedora, con abundancia de langostino, alcanzando resultados históricos en las primeras semanas, lo que genera un fuerte optimismo en la pesquería de la región «.
El contexto actual muestra un noviembre que se perfila como un mes de logros destacados, especialmente si se compara con el mismo período de 2022, cuando las condiciones de captura fueron menos favorables. Este repunte de la actividad pesquera consolida al sector como un pilar fundamental de la economía provincial, demostrando su capacidad para sostener y dinamizar el tejido laboral y productivo de la región.
No obstante, este avance productivo enfrenta un desafío de difícil solución en los mercados internacionales. La demanda global por langostino se ha mantenido fría y bajo presión de competencia del camarón de cultivo, lo que ha afectado la competitividad de los precios. Por su parte, en el mercado de consumo, el reciente descenso del Euro a niveles mínimos de 1.04 frente al dólar estadounidense ha complicado aún más las perspectivas del mercado, sobre todo en Europa, que es uno de los principales destinos del langostino argentino, donde el dinamismo financiero de la paridad Euro-Dolar complica la ecuación de intercambio comercial. Esta variabilidad en los tipos de cambio, combinada con la fluctuación de la demanda global, genera un contexto económico complejo, que obliga al sector pesquero a adaptarse rápidamente a las condiciones del mercado internacional.
Asimismo, el precio del langostino en Rawson en boca de bodega es de 2,10 dólares por kilo, un valor que, aunque elevado para las plantas procesadoras, es reconocido como el mínimo indispensable para la sustentabilidad de las operaciones primaras extractivas. Por otro lado, se advierte que este margen es extremadamente ajustado y que, de comenzar a pescar la categoría L2 como se lo está haciendo, podría verse obligado a cerrar operaciones a la baja debido a la imposibilidad de cubrir los costos ya que los valores de comercialización FOB actuales, impiden pagar más en el muelle. Actualmente a valor FOB, el langostino entero de categoría L1 oscila entre 5,90 y 6.20 dólares por kilogramo, mientras que el L2 se comercializa entre 5,40 y 5,50 dólares por kilo. Por su parte, una caja de dos kilogramos de colas L1 se cotiza en un rango de 7,50 a 8,30 dólares el kilo, aunque para algunos mercados de mayor volumen como el chino, estos valores pueden descender incluso por debajo del límite inferior mencionado poniendo al sistema en rojo.
A pesar de estos desafíos, la actividad pesquera de Chubut muestra un equilibrio entre el esfuerzo de las capturas y la generación de empleo, siendo un motor clave de la economía local. La resiliencia de la industria pesquera, su capacidad de adaptación frente a la incertidumbre internacional y su respuesta a las demandas del mercado global serán claves para consolidar los buenos resultados obtenidos hasta el momento y asegurar la sostenibilidad del crecimiento en el largo plazo.