La desidia y la falta de empatía con el medio ambiente, siguen haciendo que no se proteja el recurso en otros aspectos que van más allá de la pesca extractiva propiamente dicha. Es entendible que algún golpe de mar pueda barrer de la cubierta algunos envases aislados, no es lo habitual, ya que las tripulaciones se encargan de amarrar y protegerlos debajo de redes ad hoc.
En las últimas horas fueron retirados nada menos que 800 cajones plásticos en las costas de la Península Valdés –a unos 6 kilómetros de la playa Cormoranes, en las costas del Golfo Nuevo-, los cuales evidencian haberse usado en la industria pesquera.
No solo han sido cajones plásticos los que se encontraron, sino que se encontraron botellas plásticas, sogas, cartón, vidrio, redes en desuso, entre otros varios elementos.
A través de organizaciones se realizaron diversas jornadas de limpieza con dos objetivos bien claros: por un lado eliminar lo encontrado y que no siga causando daño en el medio ambiente y por otro, tomar conciencia del daño que se está causando.
Estas jornadas fueron organizadas por el Ministerio de Ambiente de Chubut, en forma conjunta con el Centro Nacional Patagónico, la Fundación Vida Silvestre Argentina y el Instituto de Conservación de Ballenas, con la participación de 30 brigadistas que se concentraron en la mencionada playa Cormoranes.
Con un comunicado de prensa, las entidades remarcaron que “la actividad realizada fue posible gracias a la participación y coordinación de diversos actores, con un esfuerzo de logística que implicó la utilización de cinco camionetas, dos cuatriciclos, trailers, un UTV y un camión con caja cerrada, pudiendo los participantes alojarse en la Estación de Campo de la Reserva San Pablo de Valdés, perteneciente a la Fundación Vida Silvestre».
El sector que fue limpiado se trata de una porción de la costa del Golfo Nuevo, donde hasta el momento ya se han contabilizado 18 ballenas muertas, aunque esto es producto de otra causa como la presencia de toxinas que producen la denominada “marea roja”, como ya lo hemos citado a través de nuestro portal. Ver nota Preocupa la marea roja en las costas del Golfo Nuevo.
En los alrededores de la Península de Valdés, además de la ballena Franca Austral, conviven otras especies como delfines, toninas overas, orcas, elefantes marinos, lobos marinos con sus harenes, pingüinos de Magallanes, gaviotas, garzas blancas, gaviotines, ostreros, biguás, paloma antártica, caranchos, chimangos y cormoranes.
La información difundida de parte del gobierno provincial del Chubut, indica que “la problemática relacionada con los residuos en las costas en general y los provenientes de la actividad pesquera en particular, requiere de un abordaje integral entre todos los actores involucrados a fin de reducir el impacto ambiental generado, estableciendo nuevas prácticas y comprometiendo a los generadores de los mismos. Entre otras estrategias, se trabaja en el Proyecto ‘Reforzando la resiliencia de las áreas marinas protegidas de la Argentina’ con financiamiento externo, que desarrollará distintas líneas de acción a partir de 2023, que incluye el tema de los residuos mencionados.
Se evidencia claramente que todo eso que llega a las distintas costas y que queda como residuo, no solo en lugares del sur, sino en las propias playas de la Costa Atlántica, o en otras ciudades costeras o también lugares inhóspitos, no llega ahí por generación espontánea, sino que alguien lo arroja al mar o bien lo deja depositado exprofeso.
Si no se toma conciencia del daño que se está causando al medio ambiente –y por carácter transitivo al propio ser humano- seguiremos en presencia de un riesgo latente del recurso pesquero y todo lo que su entramado productivo genera.
Esperemos tomar conciencia rápidamente y poner “manos a la obra”, no solo para este momento sino también para las generaciones venideras, mucho mas, en momentos donde la pesca es tan cuestionada por grupos proteccionistas y ambientalistas. Al menos, se eviten argumentos que seguidamente lo presentarán en contra de la propia actividad.