Tras el fallo que ordenó a GAAD Group cumplir con la dotación mínima del buque Marlene del Carmen, su propietario, Luis Santander, cuestionó el rol sindical y advirtió sobre el impacto económico que podrían tener este tipo de decisiones en la actividad pesquera.
Luego de que la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata resolviera hacer lugar al recurso presentado por el SOMU y ordenara a GAAD Group S.A. cumplir con la dotación mínima de 10 tripulantes en el Marlene del Carmen, el empresario Luis Santander, propietario del buque, habló con Pescare y expresó su desacuerdo con la resolución.
Según Santander, el gremio “toma este fallo como un trofeo”, pero en realidad “el tema no está cerrado”, aseguró que el sector privado atraviesa un momento crítico y que “no hay nada para festejar; decisiones como estas no ayudan a las empresas, sino que suman más gastos en una actividad que está casi destruida”.
“El SOMU debería preocuparse por la pesca en general”
¿Cual es la posición de su empresa respecto al fallo?
—Pienso que el SOMU está tomando esto como un trofeo y es todo lo contrario. Este tema no está terminado, faltan instancias. Creo que el sindicato debería preocuparse por la pesca en general: tuvimos una temporada de aguas nacionales casi perdida, no solo para las empresas sino también para sus afiliados. Se preocupan por un tripulante de un barco y salen a festejar una victoria. ¿Qué festejan? Se olvidan de los cientos de marineros que se quedaron sin temporada por cuidar sus privilegios.
“El convenio está obsoleto y hay que adaptarlo a los tiempos actuales”
¿Ud.cree que el que quedó desactualizado?
—Claro que parece una imposición. Ese convenio colectivo quedó obsoleto y hay que volver a armarlo para los tiempos actuales. Vamos a ser cautelosos con este fallo: esperaremos que quede firme y después evaluaremos los pasos a seguir. Este tema es exclusivo del Marlene del Carmen, pero marca un antecedente que no necesariamente se ajusta a la realidad actual de la flota.
“La Justicia ni los gremios invierten en nuestros barcos”
¿Piensa que estas decisiones judiciales vulneran la actividad privada?
—Entiendo que la ley es ley y hay que cumplirla, pero como armador tengo algo claro: ni la Justicia ni los sindicatos invierten en nuestros barcos. No recibí un peso de ninguno de ellos. Nosotros somos los que invertimos, nos modernizamos, hacemos barcos más seguros, con mayor tecnología, cintas, equipos nuevos automatizados. Entonces no pueden venir a decirnos cuántas personas deben trabajar a bordo mientras cumplamos con las dotaciones de seguridad. Si apostamos a la modernización, ¿para qué nos modernizamos, si después nos imponen condiciones que no consideran esa evolución?.
“El mercado nos observa, hay que ser inteligentes”
Por último, estuvo en Conxemar. ¿Cómo vió el mercado internacional del langostino en general?
—Fui a Vigo a charlar con clientes y colegas. Se habló mucho de lo que pasó en aguas nacionales y de lo que viene en Chubut. Ya están firmados los acuerdos con todos los gremios, menos con el SOMU, así que no deberíamos tener inconvenientes. Las condiciones están dadas y la venta está. Producto de lo que pasó en aguas nacionales, el precio repuntó por falta de stock, pero mantenerlo será un desafío difícil.
Tenemos mucho trabajo por delante; el mercado nos mira, así que tenemos que ser inteligentes y dejar atrás lo que no funciona. Como productores, debemos ofrecer lo que nos demandan, perseguir la calidad a bordo desde el momento de la captura y cada eslabón de la cadena productiva. El modelo argentino debe prevalecer porque tenemos todo para competir y desarrollarse aunque haya siempre obstáculos a vencer. Somos la pesca argentina, estamos acostumbrados a resolver situaciones críticas del mundo moderno.