Tras 20 días sin operaciones de descarga de merluza fresca debido a las festividades navideñas y de fin de año, el BP Padre Pío ingresó ayer en la madrugada al puerto local, marcando el inicio de la actividad pesquera en 2025. El producto, merluza, comercializado a $800 por kilo, representa un aumento significativo respecto al precio de $650 fijado en la última operación de 2024. Sin embargo, este valor es considerado poco representativo del equilibrio real entre oferta y demanda, generando expectativas cautelosas en el sector.
A pesar de este primer movimiento, los armadores muestran escaso interés en retomar operaciones masivas, un fenómeno que contrasta con los años anteriores. La falta de rentabilidad sigue condicionando la actividad, particularmente para aquellas empresas dedicadas exclusivamente a la extracción para mercado interno. La situación se agrava por un consumo interno reprimido, con escasa demanda puntual y mercados internacionales que arrancan más fríos que en temporadas previas.
No obstante, es oportuno aclarar que si bien los precios comparados en boca de bodega con los registrados en enero de 2024, muestran una caída considerable ($1000 vs $800), estos guarismos no se reflejan al público, donde los precios en pescaderías y puntos de venta sufrieron un fuerte aumento como consecuencia de costos al alza e impuestos que no quedaron atrás de la tasa de inflación anual del 117.8%; lo que deja al descubierto que el ajuste lo terminó pagando «la bodega», es decir la industria primaria extractiva.
La temporada turística, que suele dinamizar la economía en las ciudades costeras, aún no ha alcanzado el esperado auge. Aunque los fines de semana muestran incrementos de afluencia, complejos comerciales y hoteles no han registrado el nivel explosivo de ocupación que caracteriza a la primera quincena de enero. Esto subraya la fragilidad de un entorno económico donde el turismo no logra compensar las dificultades del sector pesquero.
En este contexto, el ingreso de los Buques Pesqueros Gurises, Niño Jesús de Praga y Belvedere, programado desde la ultima hora de la tarde de hoy, podría ser clave para definir un valor inicial más sólido para la merluza fresca en esta nueva temporada.
Sin embargo, tanto el segmento de fresco como el de congelado a bordo enfrentan incertidumbres preocupantes, ya que los precios aún no encuentran un piso estable y la demanda sigue mostrando signos de debilidad, que según operadores de muelle , «estas primeras operaciones no son representativas de nada «.
El sector pesquero arranca 2025 con expectativas moderadas y un panorama que exige adaptaciones para enfrentar los desafíos económicos y logísticos de la actividad. La actividad como esta planteada la matriz de costos y precios internos u/o internacionales escapa a valores razonables de equilibrio que justifiquen rentabilidades acordes al capital invertido y al riesgo propio de la actividad. Un panorama crítico frente a un año con pocas expectativas; más que intensificar el diseño de una férrea estructura de costos para poder salir del estado en rojo de una actividad impulsora del PBI de la ciudad.