El naufragio del FV Argos Georgia en aguas del Atlántico Sur ha dejado un saldo trágico de nueve tripulantes fallecidos y hasta el momento cuatro desaparecidos tras una serie de complicaciones técnicas y condiciones meteorológicas adversas. El incidente ocurrió el pasado martes en aguas al Este de las Islas Malvinas, desencadenando una intensa operación de rescate y una posterior investigación.
La investigación está siendo llevada a cabo por la Marine Accident Investigation Branch (MAIB) del Reino Unido, dado que el Argos Georgia navegaba bajo la bandera de Santa Helena y el hundimiento tuvo lugar en aguas bajo jurisdicción ilegitima del gobierno de las Islas Malvinas. Testimonios de los sobrevivientes destacan fallos en la compuerta de estribor del barco, que no se cerraba adecuadamente y permitió la entrada masiva de agua, situación agravada por una escotilla de cubierta que también falló su estanqueidad debido a las condiciones meteorológicas.
De los 27 miembros de la tripulación, 14 fueron rescatados con vida. No obstante, el dolor persiste para las familias de aquellos que perdieron la vida, incluida la del patrón de pesca, César Acevedo, y el cocinero Santiago Leyenda. Los sobrevivientes, quienes lograron escapar gracias a balsas salvavidas, han descrito una experiencia aterradora, marcada por la rápida entrada de agua al buque y el frío extremo de la zona. También se habría producido una entrada masiva de agua por la escotilla de cubierta “estaba estropeada, no se cerraba del todo. Con el mal tiempo, voló”. Durante la travesía esa puerta “se fue abriendo sola; cuando se dieron cuenta ya había entrado muchísima agua”.
Comparado con sus buques hermanos, el Argos Georgia, construido junto al Argos Helena y el Nordic Prince por Argos Froyanes en Tersan, poseía un sistema de cierre de compuertas distinto. El método de cierre del Argos Georgia consistía en levantar la compuerta, un sistema que aparentemente falló durante la travesía, permitiendo que se abriera involuntariamente y permitiera la entrada de una gran cantidad de agua antes de que la tripulación pudiera reaccionar adecuadamente, en lo que parece más una sucesión de eventos de terror que una navegación criteriosa y segura de un buque de pesca enfrentado, incluso antes de zarpar a inclemencias severas de mar y viento.
A pesar de los esfuerzos de la tripulación por utilizar bombas de achique, el colapso fue inevitable. Uno de los sobrevivientes, Francisco Gondar Sanjorge, mencionó que el capitán del buque, José Saborido, y el primer oficial, José Ramón Hombre Sobrido, están recibiendo atención médica tras regresar a España, siendo estos dos de los tres sobrevivientes que requieren soporte psicológico por el estrés vivido. «Si no fuera por lo rusos, no hacíamos nada. Ellos vaciaban el agua«. Golpeados por grandes olas y el frío, la espera final se convirtió en un suplicio. «Las dos últimas horas, ahí sí pensé que nos moríamos«, confiesa.
Las condiciones del mar, con olas de hasta 10 metros y temperaturas heladas alrededor de cero grados centígrados, complicaron aún más la situación. Este contexto meteorológico extremo permanece en la memoria colectiva, ya que no se había registrado un temporal tan devastador en la región en al menos 30 años.
Hay que tener en cuenta, además, que el palangrero llevaba bastante carga, teniendo en cuenta testimonios de marineros sobrevivientes: “En tierra descargaron para pesarlo todo, volvieron a cargar para llevarlo a otro puerto”, o probablemente a otro reefer haciendo transbordo al sur de las Islas Georgias del Sur. Solo en combustible el pesquero tenía capacidad para 503.000 litros de gasoil.
Gondar, recuerda que fue «terrorífico, física y mentalmente«, a su vez, confirmó la crítica entrada de agua y la angustiante lucha por mantener el buque a flote antes de emitir la señal de socorro. Agrega que «tenía cámaras. Por todos lados se veía que estaba entrando agua masivamente«, asegura, y era «imposible solucionarlo«. «Lo intentó por todos los medios el jefe«, revela durante la conversación.
Las autoridades de las Islas Malvinas han intensificado la búsqueda de los cuatro marineros desaparecidos, entre ellos dos gallegos: Antonio Barreiro Torea y Juan Antonio García Rey. Hasta el momento, la búsqueda ha incluido patrullas marítimas sin éxito. Este suceso subraya la importancia de la seguridad en la industria pesquera y la necesidad urgente de evaluar la infraestructura de los barcos que operan en estas inhóspitas aguas.
Hasta el momento, las autoridades del archipiélago han confirmado ya que en el naufragio perdieron la vida nueve de los tripulantes, entre ellos Santiago Leyenda, cocinero del buque desde marzo, así como el vigués César Acevedo, patrón de pesca. Otros 14 fueron rescatados con vida y cuatro siguen desaparecidos.
Desde la Armada Argentina apuntaron que esta señal del equipo radioeléctrico –opera en el canal 406 MHz, tiene un dispositivo hidrostático que queda accionado por la presión del agua (o de manera manual)– se activó a las 14:11, hora local argentina del martes. La orden de abandono se formuló más de dos horas después, a las 16:23 horas. “Algunos compañeros se quedaron en el barco, no sabían nadar”.
La lista de supervivientes incluye a José Saborido Rey (capitán), José Ramón Hombre Saborido (primer oficial) y Ramón García Reiriz (jefe de máquinas); Francisco Gondar Sanjorge (segundo oficial); la bióloga Amparo Burguillos y Pere Hernández Banquete.
El sector pesquero, que enfrenta desafíos como la sostenibilidad de recursos y la salud de sus trabajadores, se encuentra en luto y reflexión tras esta tragedia. Las familias esperan respuestas sobre las causas del naufragio, mientras que la comunidad marítima y las instituciones implicadas resaltan la necesidad de estrictas regulaciones y medidas de seguridad para proteger a los trabajadores en el mar en una sucesión de errores que portaron a pésimas decisiones, previas a la partida del buque, por saberse anticipadamente de un evento meteorológico de esta naturaleza y presentar deficiencias de estanqueidad previo a la zarpada, según lo detallado en las declaraciones de los tripulantes consultados por Faro de Vigo.