El Gobierno del Chubut, en una acción que conjuga firmeza institucional, decisión política y compromiso con el medioambiente, ha dispuesto el inicio de las tareas de reflotamiento del buque pesquero Sagrado Corazón, varado, encallado y hundido desde 2016 en las aguas del canal de navegación del río Chubut. La operación, autorizada formalmente por la Prefectura Naval Argentina mediante la Disposición DISFC-2025-906-APN-PNA#MSG, se llevará a cabo tras más de nueve años de abandono por parte de su propietaria, la firma Pennisi, Bonaccorso y Malvica S.R.L., cuyo accionar negligente y dilatorio ha sido eje de severas críticas por parte de las autoridades provinciales.
El Sagrado Corazón, identificado bajo matrícula nacional MN 01900, se encuentra hundido desde el 20 de agosto de 2016 en la posición geográfica Lat. 43º 20,234′S y Long. 65º 03,815′W, frente a la desembocadura del río Chubut, en proximidad a los muelles pesqueros de Puerto Rawson. El siniestro se produjo cuando el pesquero ingresó al puerto sin autorización, en condiciones de marea bajante y sin considerar el escaso calado de la zona. Una maniobra errónea derivó en su varamiento y posterior escora, precipitando su hundimiento definitivo.
Desde entonces, el buque ha permanecido como un obstáculo crítico a la navegabilidad, un riesgo para las actividades náuticas y un foco de potencial impacto ambiental. No obstante, durante todos estos años, la firma responsable —con sede en Mar del Plata— no sólo se ha negado sistemáticamente a afrontar sus obligaciones, sino que ha desplegado una estrategia procesal orientada a dilatar indefinidamente su responsabilidad, según varias administraciones de la secretaria de pesca de esa provincia.
Prórrogas, evasivas e insolvencia: el patrón de una evasión prolongada
La conducta de la empresa armadora, titular del buque siniestrado, ha sido calificada por diversos funcionarios como una muestra elocuente de la desidia empresarial y la falta de responsabilidad social. Desde el incidente, ni los armadores ni los propietarios de la embarcación —en ese entonces arrendada— se hicieron cargo de su remoción. Incluso tras múltiples intimaciones formales, la empresa ha insistido en solicitar prórrogas para la presentación de un plan de salvamento, aduciendo insolvencia económica para cubrir los costos del operativo.
En marzo del año 2023, nuevamente la compañía solicitó una extensión de plazo hasta junio, apelando a la supuesta imposibilidad financiera para actuar, lo cual fue interpretado como una maniobra dilatoria que desatiende las consecuencias que su inacción provoca sobre el dominio público provincial.
En este sentido, el exsecretario de Pesca, Adrián Awstin, ya había exhortado a la Prefectura Naval Argentina a cesar en la concesión de nuevas prórrogas, advirtiendo que la presencia del buque “afecta gravemente la navegabilidad, implica un peligro real para embarcaciones deportivas y representa un daño potencial para el ecosistema del área”.
Ante este escenario de irresponsabilidad privada y frente a la inacción sostenida de sus responsables legales, el gobierno provincial decidió no esperar más. Bajo la conducción del gobernador Ignacio Torres, la Secretaría de Pesca del Chubut, a través de su Dirección General de Puertos, gestionó con la Prefectura Naval Argentina y los juzgados intervinientes los permisos necesarios para proceder con la extracción y disposición final del Sagrado Corazón. El trabajo de funcionarios como Andrés Arbeletche y Gisela Silva fue clave para destrabar una situación enquistada en la burocracia y el desinterés.
La remoción del buque comenzará en los próximos días. Se trata no sólo de una operación técnica, sino de un gesto reparador frente a años de abandono, y una reafirmación de que el interés público debe prevalecer sobre la indiferencia empresarial. Como expresó el propio gobernador Torres: “Demostramos que, cuando hay voluntad política y compromiso institucional, incluso los legados más ominosos de la desidia pueden ser desmantelados”.